"Bombo, el reaparecido", del mito al olvido: reflexiones, preguntas y respuestas sobre los años 70

En diálogo con Infobae Cultura, Mario Santucho presenta la biografía del "partisano rural más importante de Argentina del siglo XX". Las vicisitudes del protagonista corren en paralelo con el drama de aquellos días y la presencia ineludible de la violencia relacionada con la política. La sombra de su padre, "Roby" Santucho, ex jefe máximo del ERP

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“Bombo, el reaparecido” (Seix Barral),
“Bombo, el reaparecido” (Seix Barral), de Mario Santucho

Julio Ricardo Abad. Bombo Ávalos. Capitán Armando. En ese orden: identidad real, apodo de niño y nombre de guerra usado dentro de las filas del Ejército Revolucionario del Pueblo. Se trata del personaje central de Bombo, el reaparecido (Seix Barral), un atrapante libro escrito por Mario Santucho, hijo del ex líder del ERP, que aborda el drama de los años 70 desde una perspectiva novedosa. El texto recorre la vida de este combatiente, de origen plebeyo, que se convirtió, según en el autor, en "el partisano rural más importante de Argentina del siglo XX" por sus dotes para "moverse como pez en el agua" en el monte tucumano, donde la organización guerrillera desplegó la compañía de monte Ramón Rosa Giménez.

El desempeño de Bombo Ávalos en el monte tucumano lo llevó a ascender en el escalafón de la guerrilla, fue promovido al Estado Mayor de la compañía de monte y su figura "se convirtió en un mito a lo largo y ancho del territorio tucumano", en palabras del autor. "Pintaba para leyenda", sostiene Santucho. Todo esto llevó a que la cabeza de Ávalos pasase a ser un trofeo codiciado para el Ejército, que desde febrero de 1975 empezó a combatir al ERP en Tucumán en el marco del operativo Independencia.

Tan importante llegó a ser la figura del Bombo en ese momento, que la revista Estrella Roja, órgano de difusión de la guerrila guevarista, publicó una entrevista con Ávalos en la que aparece con su nombre real, toda una rareza para la época.

La entrevista de “Armando” en
La entrevista de “Armando” en Estrella Roja, donde reveló su verdadera identidad

Pero esa fama ganada por Ávalos en esos años violentos años no llegó hasta nuestros días. ¿Qué pasó en el medio? El capitán Armando no forma parte del "panteón de héroes revolucionarios que construyó la iconografía progresista", como dice el autor. ¿Qué pasó en el medio? Santucho busca esas y otras respuestas a lo largo de las páginas del libro. El disparador de la historia es la fugaz reaparición de Ávalos en su Santa Lucía natal, 40 años después de su casi segura muerte a manos de los militares. Pero, ¿era él?

El libro no es sólo una biografía. Las peripecias de la vida del Bombo Ávalos corren en paralelo con reflexiones en torno a la violencia que aquellas generaciones abrazaron, la relación de la violencia con la política y "la que persiste pese a los esfuerzos por barrerla bajo la alfombra, la que vendrá y no sabemos cómo", asevera el autor. E inevitablemente también esta presente la sombra de Mario Roberto Santucho, "Roby". ¿Es este libro un puntapié inicial de otra historia, la de la vida de quien comandó el ERP ? Entrevistado por Infobae Cultura, el autor responde esta y otras cuestiones sobre su reciente trabajo.

¿Qué lo llevó a escribir sobre este personaje, que tal vez sea conocido en la militancia pero no en el gran público?

-Yo creo que no es muy conocido ni en el gran público ni tampoco en las historias que se han hecho sobre esa época y en la manera que ha habido de contar los 70. Y eso me interesó, me interesó que fuera un personaje anómalo, no el típico militante que uno recuerda, que uno ha logrado poner en el centro de lo que fue esa generación. Uno siempre tiene más la imagen del estudiante que se radicaliza, de la gente de clase media también que se compromete con un movimiento global que venía del primer mundo o que tenía un alcance regional, mundial. Uno tiene más esa imagen, o la imagen del obrero, del trabajador, que se organizaba en sindicatos, que de alguna manera se comprometió con el peronismo, que vio como el poder oligárquico impedía la construcción de una sociedad justa en base a un proceso democrático de justicia social como el que proponía el peronismo y por lo tanto hubo toda una camada de trabajadores que asumió los conceptos del marxismo de que era posible una sociedad construida sobre la clase obrera y el socialismo, cosas que en el momento estaban vigentes. Y Bombo no es precisamente de ese linaje, viene de otro lado, de un pueblito del sur tucumano, organizado en torno a un ingenio azucarero que en 1968 había cerrado por la dictadura de Onganía.

Mario Santucho, autor del libro
Mario Santucho, autor del libro sobre el Bombo Ávalos

Al narrar la historia de Bombo hace un paralelo un poco con la historia del ERP y la de la guerrilla rural en Tucumán, junto a un análisis de cómo vive la población tucumana ese proceso

-Ese es otro tema que me motivó mucho a escribir el libro. Primero, el personaje, que tiene ese condimento de la reaparición, que a mí me impactó mucho, que me pareció como extraordinario desde el punto de vista narrativo y literario, ese es el disparador. Me obsesionó la historia de esa reaparición y todo lo que dice esa reaparición de un personaje anómalo como el del Bombo. El otro eje que me influyó mucho a dedicar tiempo, cabeza, y también como desafío de escritura, es el pueblo de Santa Lucía, conocer la realidad actual de ese pueblo, a esas personas que vivieron en ese momento una situación realmente extraordinaria, que fue la de que se instalara primero un experimento guerrillero, que eligió esa zona por cuestiones geográficas, relacionadas con el monte, y también la eligió por cuestiones históricos políticas por la organización de lucha de los trabajadores de Tucumán.

Santa Lucía es un pueblo múltiple, como todos los pueblos, donde había gente más sensible y más propensa a verse interpelada por una guerrilla que en ese momento quería luchar contra el capitalismo y otra que no, entonces el pueblo fue muy atravesado, primero por esa incursión, que según cuentan, en un inicio en general eran muy bien vistos. Porque era gente de afuera, de las ciudades, de clase media, educada, que venía, hablaba con ellos, recorría el pueblo, conversaba. Todavía no había una situación de tensión y hostilidad con el ejército y el Estado, pero que en un momento cuando llega la represión emerge con toda la fuerza una dimensión más trágica, como el que significa un enfrentamiento armado como el de esa época.

Combatientes del ERP en el
Combatientes del ERP en el monte tucumano

En la narración aparece un personaje muy particular, que es Manolo Avellaneda. Tenía como un juego pendular, ¿favorecía a los obreros o jugaba para los militares?

-Es un personaje fascinante, le hubiera querido dar más lugar en el libro. Incluso hubo gente, amigos y amigas que leyeron el libro antes de publicarlo, como hace todo el mundo, y algunos me señalaron que ese personaje era raro y además alguien controvertido en Tucumán. Ahí yo encontré claramente una diferencia, por ejemplo, en Santa Lucía era recordado como un tipo positivo, como un tipo querido en el pueblo. Era el dueño del ingenio, había luchado para que no se cierre y cuando cerró, él se mantuvo ahí. Era una especie de patrón paternalista humanista. Debe haber sido de los últimos. Y después era un tipo que tenía una inquietud intelectual, escribió tres novelas. A mí me gustaron mucho, también después contrastando con otras personas esos libros, la mayoría me dijo que eran de baja calidad literaria. Pero a mi me fascinaron. Uno busca a veces lecturas que no sean necesariamente buenas técnicamente, pero que te conmuevan. Y sus tres novelas me conmovieron, dos dedicadas a esta experiencia de guerrilla rural. La primera se llama 'Josefa, el nacimiento de la guerrilla'. Y de alguna manera avizora o anticipa el surgimiento de la compañía de monte y la otra es sobre Bombo. El personaje se llama 'Bombo, el último guerrillero' y yo tengo muchas sospechas de que se trata del mismo personaje sobre el que yo escribo, aunque su libro es de ficción. El apodo del personaje principal Bombo.

Este personaje, Manuel Avellaneda, es central en la posibilidad de que la reaparición haya sido real. El libro plantea que Bombo reaparece en 2013 en Santa Lucía, que hubo gente que lo vio y mi hipótesis es que si eso pasó, es porque Manolo Avellaneda cumple un papel clave. Eso es lo que yo imagino, que tuvo un papel clave para que Bombo haya sobrevivido.

Bombo fue secuestrado en el 76, varias personas lo ven en los centros clandestinos de detención. Lo llevan a Tucumán y lo torturan especialmente. Era muy buscado, porque en cierto momento se convirtió en un personaje mítico en el sur de la provincia, porque no lo podían agarrar, era muy hábil. Creo que puede haber sido el partisano rural más importante de Argentina del siglo XX. El más hábil. Cuando lo secuestran, cuando está en los centros clandestinos de detención, mi impresión es que Manolo Avellaneda, que tenía una relación con (Antonio) Bussi, que era amo y señor de Tucumán en ese momento, mi impresión es que el puede haberlo visto cuando estaba detenido. Es mi hipótesis, haber hablado con él y en base a esos diálogos haber escrito su novela sobre Bombo, que la escribió en los años 90. Si algo de eso puede haber sucedido, creo perfectamente posible que un personaje como Manolo Avellaneda haya interferido para que lo liberen a cambio de no aparecer más.

En función de eso creo que es posible que alguien como el Bombo, a partir de una promesa o un acuerdo que haya hecho, se haya mantenido estos 40 años en una dimensión paralela. Yo creo que si Bombo sobrevivió hay algo así como que tampoco el mundo quiere que reaparezca. Tampoco hay una preocupación por si reaparece o no. Si reapareciese ahora, ¿qué significaría? Para mi conmovería una cantidad de cosas de una forma preocupante.

Mario Roberto Santucho, “Roby”
Mario Roberto Santucho, “Roby”

Otro personaje que aparece en el libro es un ex militar, Carlos Españadero, alias Peirano, alguien que está ligado con la caída de Bombo y que también está presente en un episodio que le tocó vivir cuando era un bebé. Cuenta que tuvo un encuentro con él, ¿cómo fue?

-Es una anécdota triste. En el sentido de que para nosotros hay muchos de estos enigmas, por ejemplo en mi caso el motivo y la forma de la desaparición de mis padres, cómo y por qué caen y qué pasa con sus restos. Son una serie de preguntas sin respuestas que 40 años después sabemos que hay gente que las conoce. Uno sabe que hay gente que tiene este conocimiento y tiene esta posibilidad de simplemente blanquear como fue. Y muchas veces aparece la posibilidad, la tentación, de poder hablar con esta gente, atravesando todas las barreras que hay en estos casos de gente que para uno es tan condenable. Además que son los que asesinaron y desaparecieron a nuestros padres. También es un debate dentro del movimiento de Derechos Humanos, un debate que tiene ramificaciones en el debate sobre verdad y justicia. Eso creo que impidió una propuesta que creo surge de los militares de cambiar verdad por justicia, reconciliación en base a una verdad. Para mi es muy importante que no cedamos en ese sentido, la justicia no se negocia.

Sin embargo es muy importante también que en otros planos poder atravesar y conseguir verdad, realmente reconstruir la sucedido, no por una cuestión de archivo o de obsesión. Sino porque son elementos que necesitamos conocer para poder elaborar mejor lo sucedido. Y hay gente que sabe muchas cosas. Españadero sabe muchas cosas, específicamente él fue el que preparó y condujo a un infiltrado en el PRT, que fue el que entregó al personaje del libro, al Bombo. Entonces yo tenía la ilusión de que hablando con Españadero él pudiera contar cómo fue, que paso…y no.

Por eso yo digo lo de la tristeza, porque incluso hace el ademán de querer terminar sus días con cierta dignidad, entre comillas, demostrándose a sí mismo, quizás a su familia, a la sociedad, de que ellos no fueron lo canalla que han quedado a nuestros ojos. Incluso creo que enfrentados a esa necesidad, y por eso me interesó verlo, mi impresión es que no pueden asumir realmente sus actos. No pueden hacer justicia con sus actos, no pueden sincerarse con lo que hicieron, compartirlo. Porque no estaban a la altura ética, y un poco mi experiencia fue esa, intentar hacerle unas preguntas a este personaje y claramente lo que encontré fue un modo de esquivarlas, no responder. Decir que no saben nada, un pacto de silencio que permanece. Esto me parece muy importante, porque hay un elemento fundamental en toda esta historia reciente y en toda esta discusión, que sigue viva, que sigue abierta, que es que no somos lo mismo, que hay una asimetría entre los que dieron su vida, que lucharon por cambiar la sociedad y los que entregaron su mano de obra y su ferocidad para defender un orden injusto y para servir y hacer servilismo al poder constituido.

¿Por qué el Bombo Ávalos y no su padre? ¿O este libro es el puntapié inicial para después abordar la historia de Santucho?

-No lo sé, no lo sabría decir. Siempre me preguntan '¿cómo llevás lo de tu papá?' Ser hijo de un personaje famoso y polémico, complejo, adorado por muchos y rechazado por otros tantos. En ese sentido, ética y políticamente no me resulta un peso, me siento orgulloso de esa historia. En cierta medida me siento un heredero, pero en un plano menos rimbombante. No quiero verme obligado a escribir, a investigar, a poner mi atención y mis búsquedas creativas y de pensamiento en función de una obligación, de un mandato. Imaginen que tengo muchísima información, muchas historias, en ese sentido me cuesta mucho. Es importante siempre ser fiel con las propias búsquedas, con el deseo propio y no con el mandato. Si mi deseo, mi vocación creativa, mi interés, de repente se cruzan con mi viejo, y con ciertos enigmas que hay en torno a su historia, seguramente lo escribiré, me volcaré por ese lado. Si no sucede, como en este caso sucedió con el Bombo, que fue el personaje que me cautivó, y una historia que me interesó muchísimo, irá por otros lados.

El autor

Mario Santucho nació en Buenos Aires en 1975, pero creció en Cuba, donde transcurrieron sus primeros dieciocho años de vida. A su regreso al país estudió Sociología en la Universidad de Buenos Aires y desde entonces se dedica a la investigación política. Integró el Colectivo Situaciones, donde participó en la escritura de varios libros, entre ellos 19 y 20. Apuntes para el nuevo protagonismo social. En la actualidad es editor de la revista Crisis.

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“Bombo, el reaparecido” será presentado el domingo en la Feria del Libro

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