La primera escena de Infección -una vista en alto de Caracas con los ojos de Hugo Chávez a la izquierda y un graffiti que reza "Maduro dictador" a la derecha- ya vaticina que lo que se verá no será solo un film que dará miedo. Presentada en la segunda edición del Festival de Cine Fantástico y de Terror Blood Window, la ópera prima de Flavio Pedota también es una alegoría de la crisis humanitaria que atraviesa el país caribeño.
Filmada en el estado de Aragua, Infección muestra una Venezuela azotada por una ola de contagios zombies provocada por la mezcla de una droga con la rabia. En ese marco, una historia: la del doctor Adam Vargas que intentará salvar a su hijo de la epidemia. El contexto atroz en que sucede la película es la Venezuela actual, la de escasez de alimentos y suministros médicos, la de las fronteras abarrotadas y la de un gobierno que no da cuenta de su situación interna.
El director venezolano, exiliado en México desde hace dos años, proyectó su película el jueves pasado en Pinamar, el lugar elegido por el Instituto de Cine y Artes Visuales (INCAA) y el Festival de Sitges con el apoyo de la Municipalidad para realizar Blood Window hasta este mismo sábado con entrada gratuita en todas sus funciones y actividades. En diálogo con Infobae Cultura, aseguró que la realidad de su país superó su "imaginación" y ya es "peor" que una película de terror.
-¿Cómo surge la película Infección?, ¿primero vino la idea de hacer una película de terror y después se le dio el tinte político o fue algo que surgió emparentado?
-Primero surgió la idea de hacer una película sobre una epidemia, basado en el subgénero z. Como ocurre en la Venezuela actual, un país que está forrado en política, con las calles y la gente que habla de la dictadura, de la oposición y de la crisis humanitaria, era inevitable mostrar eso en la película. No quería una Venezuela artificial, que no existe, sino que se viera la Venezuela de ahora. Mi película de zombies es sobre cómo afectaron las políticas de estos gobiernos. Plantea qué pasaría si una epidemia golpeara al país o a Latinoamérica, quién está preparado, cómo reaccionarían los gobiernos.
-Ese contenido político ya queda de manifiesto con la primera escena de la película…
-Es inevitable filmar en Venezuela sin que salgan esas cosas. A pesar de que es ficción, en la película se habla de que hay una crisis humanitaria, que se está muriendo la gente y no hay medicinas, pero también se muestra que no hay abastecimiento en el mercado, que hay desinformación. Si existe una epidemia en Venezuela, no me enteraría por la radio, sino por las redes. A eso estamos acostumbrados. A veces la realidad supera la ficción. Cuando empezamos a hacer esta película las cosas no estaban tan terribles, ya había escasez pero desde entonces hasta acá ha escalado a un nivel humanitario. Las personas bajan 20 kilogramos, hay niños con desnutrición…
-¿Se puede decir que lo que está pasando es como una película de terror?
-Es horrible, es peor. Superó mi imaginación lo mal que está Venezuela. Me alegra poner el tema sobre la mesa, hablar de lo que pasa, más allá de que la gente también pueda disfrutar de la película por lo que es, una película de acción, de horror, de 96 minutos de ver lo que sufren los personajes.
-¿Cuándo filmaste en Venezuela?, ¿recibiste algún apoyo para filmar?
-Filmamos hace tres años en Aragua, en el centro del país, y todas las locaciones son en un rango de 50 kilómetros. No recibimos apoyo gubernamental, excepto por una escena que se filmó en PDVSA y nos dieron el permiso de mostrar el logo. El resto fueron localidades municipales y áreas rurales. Intenté terminar la película en Venezuela pero no pude y tuve que migrar a México. Ahí conocí a un productor, entraron varias empresas mexicanas de postproducción e hicimos un crowdfunding en Kickstarter.
-¿Cómo está la industria del cine en Venezuela en este contexto de crisis?
-Antes una película tenía dos o tres millones de entradas, hoy como mucho tiene 100.000. Está el CNAC, el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía, pero en mi caso pedí apoyo para venir a Buenos Aires para participar de Ventana Sur y me dijeron que no había dinero. Ellos no están dando apoyos para viajar a festivales y están sumamente politizados. Aparte una persona del CNAC me dijo que los zombies eran una cosa imperialista, que es un género burdo. Entonces, como soy opositor al chavismo, pensé el proyecto de forma independiente y fue por medio de colaboraciones que logré hacerlo.
-¿En qué países proyectaste Infección aparte de la Argentina?
-Hicimos el estreno mundial en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, y el internacional es acá en Blood Window. Ambos festivales nos ayudaron muchísimo y estamos muy agradecidos con Blood Window porque nos promovieron por Cannes, Ventana Sur y Guadalajara. Luego iremos a Fantaspoa en Brasil y luego a Sitges en octubre. El estreno comercial será a fin de año en México.
-¿Y pudiste estrenar en Venezuela?
-En Venezuela está en veremos. Tenemos una audiencia muy viva en las redes sociales, pero nos falta el certificado del CNAC y es un proceso que está tardando más de lo normal. Esperemos que nos lo den.
-¿Cuál es tu expectativa con la situación actual y con Juan Guaidó?
-Espero que funcione todo este proceso para algo mejor. Está siempre la ilusión de un pueblo. Uno no ve la luz a pesar de que tiene mucha esperanza, pero estamos esperanzados de que pueda haber un cambio algún día.
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