BAFICI: la excusa de hacer una película para reconstruir el vínculo entre una madre y una hija

"La excusa del sueño americano" es un documental de Florencia de Mugica y Laura Mara Tablón, una co-dirección necesaria para ahondar en una historia tan íntima como potente: el reencuentro de una hija con su madre exiliada en Miami después del argentinazo del 2001

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En el 2002 Silvana deja la Argentina y también a su ex marido y, con él, a una hija. Dieciséis años después, junto a un equipo reducido, pone como excusa hacer un documental para recomponer un vínculo filial. La excusa del sueño americano es fruto de una aproximación a través de dos viajes a Miami, un sinfín de videos compartidos a través de redes sociales y una inmensa preparación que comenzó con el hallazgo de VHS familiares. Florencia de Mugica y Laura Mara Tablón forman una dupla nutrida en sus coincidencias y diferencias (ambas productoras y realizadoras, la primera también es actriz, y la segunda, abogada). Conversaron con Infobae Cultura sobre su proyecto y el momento de la autoficción en el cine.

-¿En qué se basó la decisión de hacer una película con este tema?

-Un poco es una excusa, el título juega, La excusa del sueño americano, la excusa de hacer el documental. Quizás, poner una cámara y jugar con el documental era una forma de poder entrarle a mi mamá. Ella – Silvana – inventó un programa de televisión entrevistando a la gente en la calle, y me mandaba videos todo el tiempo, quería, como que se le produzca algo, un programa, una peli, algo. La película es para tratar de generar ese vínculo que no está.

-¿De dónde emerge la decisión de una co-dirección?

-Filmamos en dos etapas la película, (la primera en 2017 y la segunda 2018) y en el primer viaje nos dimos cuenta, en ese primer momento que ella iba a estar siendo hija en esta película – siendo protagonista, co-protagonista – que necesitaba una mirada externa la película sobre el vínculo. Que no sea el mismo personaje y punto de vista que narre, y que si bien empezó siendo eso, terminó siendo una película sobre ellas dos, sobre Florencia y su madre, sobre ese vínculo. Estar tanto tiempo delante de cámara era imposible poder hacer todo.

(Gustavo Schiaffino)
(Gustavo Schiaffino)

-¿Cómo componen una película con tanta diferencia de registro en el tiempo?

-La película está contada a partir de escenas, a partir de una división de escenas numeradas, sin ser progresiva o cronológica, algunas duran un montón y otras son más cortas: los dos viajes están bastante distribuidos por toda la película. Mucho menos del primero, porque fue el primer acercamiento en el que no sabíamos qué iba a pasar con tener la cámara adelante. ¿Cómo iba a reaccionar la madre? ¿Iba a estar dispuesta? Fue sorprendente, porque el primer encuentro fue una charla bastante potente, y es la primera escena que filmamos.
Realmente ahí fue un primer acercamiento, con una cámara adelante, a entender un montón de cosas que no sabía o que desconocía de todos esos años, sentada con mi mamá al lado, pudiendo – o tratando de – preguntarle. Hubo algo de querer poner todo en esa charla. Ese fue el diparador: se terminó de escribir a partir de ese primer viaje y a partir de esa primera aproximación con Miami y con la madre y con Flor.

-¿Cómo creció el proyecto después de ese primer viaje?

-Estaba muy enojada al comienzo: no tenía información, desconocía mucho sobre lo que se habló en esa charla, no había respuestas. No podíamos decirnos nada. Estuvimos muy poco tiempo. Cuando volvimos, estuvimos un mes conviviendo con ella y armamos un equipo muy íntimo. Eso generó esa naturalidad que existe en lo cotidiano, en su día a día. Empecé a entender a quién tenía al lado. La relación entre mi mamá y yo cambió durante el rodaje, después de eso seguimos trabajando, seguimos escribiendo.
Se generaron las dos cosas que nos interesaban contar: la relación y la ciudad en la que ella vive, y como esa ciudad es un reflejo de ella misma, el lugar que ella eligió. Sus personajes, su arquitectura, su calles, las luces de neón, una Miami bastante gris, y bastante más real que lo que se conoce.

(Gustavo Schiaffino)
(Gustavo Schiaffino)

-Lograron ver a una Silvana integrada al plano general de esa Miami de los exiliados.

En Miami conocimos gente allá muy similar a Silvana. Ella tiene las mismas costumbres de acá, tiene toda una búsqueda de replicar la vida que llevaba acá en el otro lugar. Es como una negación del propio exilio, además de no estar los afectos ni las amistades, es una persona que está muy sola, y así están muchas personas que se fueron. Vive una comunidad de gente argentina, no se relaciona mucho con los norteamericanos. ¡Hasta lo del idioma! Ella no lo maneja tan bien y hace dieciséis años que vive allá, como una negación, a pesar que ella dice que es americana y demás, no sé, hasta qué punto ésto es así.

-¿Cómo fue sumar a gente al equipo?

-Trabajamos juntas hace tiempo, con otro proyecto como productoras, y me parecia que – Laura Mara Tablón – era la persona indicada, quien podía tener la sensibilidad para poder estar con mi mamá, que entendía y me entendía. También estaban Lucas Larreira – sonidista, también amigo – y Gustavo Schiaffino – director de fotografía. Gente de mucha confianza, que iban a entender el tipo de proyecto y podían conectar con mi mamá. Y sucedió, se armó como una especie de familia, convivíamos, y eso hizo que sea posible. Porque si el equipo era gigante no iba a ser posible la intimidad ni nada.

-La excusa… tiene muchos videos que parecen ser grabados por Silvina con su celular.

-Muchos de los videos que se ven son que me envía, es su forma de comunicarse conmigo durante todos los años que estuvo afuera. Ella saca muchas fotos, filma mucho con su celular o una cámara. Entrevista gente, está con amigas haciendo compras, filma por la calle, es su forma de intentar conectar conmigo, su forma de decir acá estoy, como estás vos. Yo, la que se hace cine, le mando un video, intentando buscar el mismo lenguaje, la convivencia. Los videos son muy cotidianos: estábmos en la preproducción de la película y la teníamos a Silvana en el celular, a un costadito mientras estaba haciendo la mudanza porque había un huracán. Ella necesitaba todo el tiempo compartir con Flor, y creo que era la única manera que encontraba que sea más real, o que ella encontraba más real, de comunicarse con su hija.

(Gustavo Schiaffino)
(Gustavo Schiaffino)

¿Cómo se encaró el trabajo de registro?

Con cuidado. A veces filmábamos una hora, cuarenta y cinco minutos, y se iba buscando. Ella estuvo dispuesta a tener esa charla con su hija ante una cámara, que es muy difícil. Por momentos, Silvana le daba la espalda o se iba, pero creo que se pudo lograr. No se la ve del todo, pero eso se va rompiendo y va hacia una intimidad. Con respecto a los paisajes, pensamos y charlamos mucho con Gustavo sobre qué queríamos: dos partes de una película. Así es que se utilizaron planos completamente diferentes, planos generales en los que hay movimiento interno y se puede observar desde un lugar más lejano, contra un acercamiento a ellas dos.

-¿Cómo se encontraron ustedes viviendo ese mes?

-Tenía muchos altibajos, me enfrentaba a muchas cosas con mi madre que estaba asimilando a medida que avanzábamos en el rodaje. Me costó un poco pero disfrute muchísimo el rodaje.
Para mi -Laura- fue uno de los rodajes más disfrutables, por el equipo tan pequeño, que hace se genere un vínculo muy cercano entre todos, y porque Silvana es un personaje muy querible, una excelente persona. Me parece que lo que se generó es, también, una aceptación del otro en el rodaje, de todos nosotros, de las cosas buenas y malas de cada uno, y que la convivencia sola te puede dar eso, de mostrar tu cara buena y tu cara no tan buena.

(Gustavo Schiaffino)
(Gustavo Schiaffino)

-¿Qué sucede con la incipiencia de las películas de familia, el bio-drama, o la autoficción en el cine?

-Empezó Solnicki con Papirossen, empezó a surgir la historia familiar. Tratábamos que no sea una película en primera persona, salir un poco de la convencionalidad de las historias familiares. Creo que tiene que ver con cuestionamientos, con épocas, con, por ejemplo, el encuentro de estos videos. Fue parte de un disparador, como a veces pasa con el encuentro de VHS. Son cuestionamientos que generan que uno use el cine como medio o como excusa.
También hay algo de la exposición, como cada vez se va complejizando la intimidad y deja de ser tan íntima y pasa a ser un poco más visible, más pública.El cine está buscando eso en su lenguaje, el tema es cómo eso se muestra. Nosotras intentamos ser cuidadosas desde ese lugar, de no mostrar todo o no mostrar cosas para generar un efecto. La película dialoga con las redes, con la necesidad de la gente de mostrar su vida y cuida ese lugar de exposición.

-¿Qué lugar tiene Silvana como espectadora?

-Mi mamá no vio la película todavía, vio partes, le pareció muy divertida. Ah pero ésta película es muy divertida, dijo. Es algo de lo que está muy contenta por lo que generó en nosotras y en ella. Creo que es un espectador que es interpelada. Se la está exponiendo y tratando de cuidarla, obviamente es duro para ella verlo, pero todas las partes que vio las disfrutó y se sintió como un espectador que disfruta de la película. De hecho, hay escenas en las que se la muestra a ella dando el pie para filmar. Ella está muy bien siendo parte y sabiendo que era una parte esencial: nada es robado, todo está consensuado, entonces ella sabe qué filmamos pero no sabe qué quedó en la película.

-¿Es la principal destinataria de ésta pelicula?

-Está pensada para las madres y las hijas. No todos somos madres pero todos somos hijos, entonces desde ese lugar uno puede ver la película y identificarse con esas charlas, esos momentos, ese vínculo tan contradictorio del amor y de la incomprensión al mismo tiempo. De hastío, de bronca, de entender que es la persona que te dió la vida y que hace lo que puede, y que uno está muy agradecido hacia ese otro.

 

Título de exhibición: La excusa del sueño americano
Año: 2019
Minutos: 85
Director de fotografía: Gustavo Schiaffino
Guión: Florencia de Mugica, Laura Mara Tablón, Mariapaula Rithner
Sonido: Lucas Larriera
Edición: Lorena Moriconi
Productor: Laura Mara Tablón, Kristina Konrad
Interpretes: Silvana Vecchi, Florencia de Mugica
Produccion ejecutiva: Laura Mara Tablón
Compañía: Rita Cine, Bomba Cine, Weltfilm
Dirección: Laura Mara Tablón, Florencia de Mugica.
País: Argentina

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