Un día antes de la reapertura al público, el Museo Bellas Artes recibió a la prensa. En el hall central, las autoridades contaron las impresiones de este este proceso de renovación que incluye, además de muestras inquietantes, cambios en la distribución de las salas y métodos de recorrido. "Antes era todo muy laberíntico, no había un recorrido lógico y los visitantes se preguntaban '¿esto ya lo había visto?'", comentó el director del museo, Andrés Duprat, con micrófono en mano.
Además del nuevo diseño de circulación y del mejoramiento de varias salas, se puso en valor la fachada y se abrió un lugar para establecer la tienda del Bellas Artes. "Un museo no es sólo una colección, es también un servicio", agregó. La importancia de estas modificaciones y de repensar permanentemente el lugar del arte en la sociedad surge, explica Duprat, cuando uno observa que "los museos han tomado una relevancia nueva en los últimos años: son lugares de encuentro".
Antes de emprender la recorrida por las nuevas exposiciones, agradeció a la Asociación Amigos del Museo, representada en la presencia de Julio César Crivelli, porque fue gracias a su apoyo monetizado en siete millones de pesos que el Bellas Artes logró esta renovación.
En diálogo con Infobae Cultura, el secretario de Cultura de la Nación Pablo Avelluto aseguró que se trata de "un nuevo hito en la historia de este gran Museo Nacional".
"A lo largo de estos más de tres años hemos ratificado la vocación de libertad y autonomía, los concursos para los cargos profesionales y técnicos, la accesibilidad y la mejora continua. Hoy el Museo es un museo mejor, más moderno, con más visitas y más y mejores espacios. No es la obra de un funcionario ni un director sino de un grupo de personas talentosas y comprometidas con un proyecto que nos han demostrado que cuando trabajamos juntos no hay grieta que valga", concluyó.
Política y paisaje
La primera exposición distribuida en dos salas es la de Diana Dowek titulada Paisajes insumisos y curada por Mariana Marchesi. Autos en llamas, cerdos amontonados, sendas peatonales, calles y represión policial en la primera sala; mientras que en la segunda la política adquiere otros niveles, tal vez más metafóricos, como los paisajes llenos de alambrados rotos.
"Sigo en el campo de batalla con la pintura", dijo la artista, presente en este recorrida.
El arte según Warburg
La segunda exposición —albergada en cinco salas— es una jugada más que interesante. Ninfas, serpientes, constelaciones. La teoría artística de Aby Warburg busca ilustrar las ideas principales del historiador alemán con obras del arte europeo y prehispánico conservadas en colecciones argentinas.
Todo, curado por José Emilio Burucúa, tiene el objetivo de ser un acercamiento a la producción estética contemporánea examinada a la luz de sus teorías. "En Argentina el warburgismo parece transformarse en el nuevo psicoanálisis", comentó Burucúa.
Arte precolombino
Continuamos con una sala dedicada al arte prehispánico o precolombino. "Hay que pensar toda esta producción desde donde vienen: de comunidades integradas que se conciben como una sociedad toda donde no hay individuos", explicó María Alba Bovisio en medio de todos estos elementos.
Esta exposición tiene la particularidad que fue ampliada por la donación Azul García Uriburu y de Mateo Goretti al Bellas Artes. La de Goretti una colección de arte precolombino integrada por 1583 piezas, muchas de las cuales son expuestas en esta oportunidad.
En diálogo con Infobae Cultura, Goretti aseguró estar "muy contento que ahora todo el mundo pueda acceder a la colección, que ahora tiene carácter público y todos los argentinos y los extranjeros que visiten el país puedan apreciarla". Y agregó: "Es una colección muy completa, cubre todos los períodos y todas las culturas".
Retrospectiva de Alonso
Por último, en la sala más grande, Pintura y memoria de Carlos Alonso: una muestra llena de color, con giros estéticos, claras alusiones a pintores emblemáticos (hay retratos de Lino Spilimbergo y Vincent Van Gogh y referencias a Rembrandt y Francis Bacon) y mucha política.
Si bien hay collage y una imponente instalación que fue censurada en 1976 antes de ser expuesta, lo que prevalece es la pintura.
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