Pistolero, la última película de Nicolás Galvagno, forma parte de la última edición del BAFICI. Es una ficción que recrea de manera original el raid delictivo en el interior rural de los hermanos Mendoza durante la dictadura de Juan Carlos Onganía. Estos dos bandidos logran ganarse con sus acciones el cariño del pueblo y convertirse en los enemigos públicos número uno del poder de turno y las corporaciones. Sin embargo, no es solamente una película de acción, es también un drama que reflexiona sobre el hombre y sus circunstancias, de la relación del ser humano y la violencia. Pero sobre todo, de cómo escapar o no de un destino que parece fijado de entrada.
-¿Por qué elegiste realizar un wéstern, un género no muy común en la Argentina?
– La película se ubica a finales de los años 60, la idea me la trae el actor Juan Palomino mientras estábamos filmando la película Diablo en 2011. Me propuso hacer una film de pistoleros tipo bandidos rurales. Allí me mencionó el caso de los hermanos Isidro y Claudio Velázquez que fueron los últimos de la Argentina. Empecé a investigarlos y tenían una vida súper interesante. Ahí comencé con el guion basándome en sus historias. Decidí cambiarles el apellido para tener la libertad creativa de hacer lo que quiera con esas historias pero mantuve cosas claves que tenían en su leyenda como que eran una especie de Robin Hood y que el pueblo los quería mucho, ya que robaban bancos, joyerías y con ese motín ayudaban mucho a la gente. Para la policía era imposible atraparlos porque los mismos vecinos los encubrían. Tanto eran buscados que el día que los atrapan y fusilan lo declaran el día de la policía de esa provincia.
-¿Qué características tiene para pertenecer a este género?
– Tiene un escenario descampado, ruralidad, los bandidos, el policía que los sigue y la gente que los apoya. Además, cuenta con una fotografía que tiene una estética naturista. Tiene mucha estructura de un wéstern, si bien no es uno clásico al 100%, podría enmarcarse como uno moderno. Fue filmada en la provincia de Mendoza, en el Departamento de Lavalle, que nos dio un gran apoyo para filmar la película. Tuvimos cuatro semanas de rodaje. Allí encontramos un desierto que fue ideal para darle ese contexto: el desierto, el cielo cargado y la cordillera de fondo. Además, la gente de arte hizo maravillas para reconstruir un escenario de 1960 que hizo que no fallara nada.
-¿Cómo construiste la personalidad de los protagonistas para generar empatía con el público aunque sean delincuentes?
– Fue difícil. Lo que hice fue mostrar su lado más humano. No secuestraban gente, no mataban a las víctimas que les robaban y después no centrarme en los hechos delictivos sino que mostrar esa relación fraternal entre los hermanos, que existía entre ellos, cómo se cuidaban y defendían. También sumaba mucho el personaje del Tano Petri, interpretado por Diego Cremonesi que es un tiro al aire y genera mucha simpatía. A su vez, le agregamos el contrapunto romántico incluyendo a María Abadi que hace de una maestra rural que llega de Buenos Aires y se enamora de Isidro. Este personaje no sale de la historia real sino que es totalmente ficticio.
-¿Qué experiencia tuviste al sumar al boxeador "Maravilla" Martínez cómo uno de los protagonista?
– No hubo ningún inconveniente. Quería tener ensayos previos con los actores antes de rodar para ir formando ese espíritu de equipo para que se sientan cómodos entre ellos. Lautaro Delgado, que interpreta a Isidro, y Diego ya se conocían de haber trabajado en la película de Nicanor Loreti Kriptonita. Me importaba poder sumar a ese grupo a Maravilla. Por suerte, se dio de manera natural, se divertían mucho y tenían muy buena energía. Además, contaba con Lautaro que para mí es uno de los mejores actores de la Argentina. Tiene una versatilidad y sutiliza para construir los personajes que te da la confianza y libertad para dejarlo crear. En un principio, Juan iba a codirigir y ser el protagonista pero después se fue extendiendo el tiempo de llegar al rodaje ya que es una película muy difícil y costosa que requería sí o sí la búsqueda de financiamiento y logística. Se le complicó en el itinerario así que se bajó de esos dos roles y se quedó con el papel de Maidana, que es el policía antihéroe que busca a estos dos hermanos.
– En Pistoleros se habla mucho de la libertad, ¿dónde la encontrás a la hora de filmar?
– Tomando riesgos al momento del filmar. Filmar hoy en la Argentina ya es todo un riesgo de por sí. Tenés que tener mucha creatividad. Esta película tendría que haber tenido el doble de tiempo de rodaje pero tuvimos que ingeniárnosla para reducirlo. Si te dejás llevar por la realidad no la hacés. Entregarte a las ideas que te surjan y no censurarte. Subirse al barco, que te lleve la corriente y timonear un poco para que no se dé vuelta el barco pero siempre con la convicción de que vas a llegar a destino. Obviamente en ese transcurso te surgen miles de dudas. El cine es un trabajo colectivo que te permite crear un equipo que pueda ayudarte.
Funciones
Jueves 11 de abril a las 22.30hs | Multiplex Belgrano – Sala 2
Viernes 12 de abril a las 14.15hs | Multiplex Belgrano – Sala 2
Ficha técnica:
Director: Nicolás Galvagno
Guion: Nicolás Galvagno
Productor: Nicolás Galvagno
Productora Ejecutiva: Oriana Castro
Productores Asociados: Oriana Castro, Esteban Mentasti, Horacio Mentasti, Juan Palomino
Director de fotografiá: Leonel Pazos Scioli
Directora de arte: Lucila Presa
Director de sonido: Sebastián González
Edición: Emanuel Flax, Nicolás Galvagno
Música original: Mariano Castro
Directora de producción: Clarisa Oliveri
Asistente de dirección: Martín Blousson
Interpretes: Lautaro Delgado Tymruk, Sergio "Maravilla" Martinez, Diego Cremonesi, Juan Palomino, Maria Abadi
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