Por Esteban Castromán / Iñaki Echeverría
Héroxs del ´88 // Documental, punk treintañero, oxímoron
Nada más punkie que la Argentina. No porque sea un país de voluntad libertaria en su fondo conceptual, y mucho menos rupturista como estructura sensible, tal vez todo lo contrario.
Nada más punkie que la Argentina, digo, más bien por su horrible modelo de anarquía involuntaria, neurótica, poco estable, de angustia permanente.
Si la utopía discursiva del punk fuera posible, ahora todo estaría prendido fuego: MAL.
Pero evidentemente vivimos en una época de conformismo pacífico y miedoso, masoquista del voto, de una seductora y misteriosa pasividad que masajea aquellos músculos usualmente de baja tolerancia respecto a la sensación cero de bienestar básico, para domesticarlos con un final feliz.
Es que vivimos alienadas y alienados: más allá de nuestros géneros, más allá de nuestros deseos, más allá de nuestras voluntades.
Tal vez por eso nos parece tan mágica, y enamorable, cualquier secuencia de la realidad cotidiana capaz de coquetear con el punk.
Como sensación individual, la síntesis sensible del punk podría ser algo así como los recuerdos de ciertos pogos salvajes durante estribillos en aquellos confusos recitales de ensueño.
Algo de esa confusión es lo que se propone narrar la película Héroxs del ´88: la historia de dos jóvenes, Chuchu Fasanelli y Walter Kolm, que crearon el sello Radio Tripoli y lanzaron el disco Invasión 88, que dejó para siempre el legado de uno de los movimientos contraculturales más importantes de la Argentina.
Más allá de la posterior proyección popular de Attaque 77, con el disco no pasó demasiado, ni tampoco con una escena punk que transitaba su segunda generación, pero que empezaba a mostrar algunas señales de "fin de una era": una noche aún con rezagos de la represión policial en una joven democracia, peleas entre punks y skinheads, cambios constantes en la formación de las bandas y cierta indiferencia o desinterés por la grabación del disco.
A continuación, un fragmento de la conversación con Luis Hitoshi Díaz, director de Héroxs del ´88.
–¿Cómo surgió la idea del documental?
–Invasión 88 fue el disco que cambió mi vida cuando lo escuché en el 91 y me metió para siempre en el mundo del punk rock y la autogestión. Me volví fanático del disco y de todo lo que aparecía de las bandas que lo integran y de esa época del punk local. La excusa de los 30 años sirvió para rendirle un homenaje personal.
–¿Cuál te parece que fue su importancia en el mapa cultural argentino?
-Es un disco que dejó para siempre el legado de muchas bandas que no se hubieran conocido de no ser por el disco. Lanzó a Attaque 77. Es un referente de la independencia discográfica y es una foto de una época rara: hiperinflación, alzamientos, represion policial, pre menemismo… y, sobre todo dos pibes, Chuchu Fasanelli y Walter Kolm, de 24 y 20 años dejando para siempre esto.
–¿Considerás que hubo otros casos similares a la aparición de este disco (en cuanto a impacto, ruptura y emergencia de lo nuevo) en los últimos 20 años a nivel local?
-Quizás en el ámbito hardcore punk, Mentes Abiertas y el éxito masivo de 2 Minutos. Pero me da la sensación que Invasión 88 tiene un romanticismo distinto. El vinilo transparente, el fanzine que traía, la tapa a colores, el mito del VHS que nunca salió.
*Héroxs del 88, en el marco del BAFICI
Viernes 5 de abril a las 17.15h en Multiplex Belgrano
Sábado 6 de abril a las 20.30h en Parque Centenario
Domingo 7 de abril a las 17.10h en Maratón BAFICI
Jueves 11 de abrl a las 21.30h en Cultural Morán
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