"Petróleo": el fenómeno teatral del grupo 'Piel de Lava', que agota entradas en el San Martín

Desde su reestreno en febrero, todas las funciones fueron a sala llena. Cuatro mujeres interpretan a trabajadores en un pozo petrolero perdido en la Patagonia, en una obra hilarante que busca interpelar al público. Infobae Cultura dialogó con sus protagonistas

Guardar
Valeria Correa, Pilar Gamboa, Laura Paredes y Elisa Carricajo son “Piel de Lava” y protagonizan “Petróleo” en el San Martín
Valeria Correa, Pilar Gamboa, Laura Paredes y Elisa Carricajo son “Piel de Lava” y protagonizan “Petróleo” en el San Martín

Una fila larguísima en el hall del Teatro San Martín. Una fila larguísima que baja las escaleras, dos pisos. Una entrada caótica a la sala Casacuberta, donde hay un escenario oscuro con una plataforma apenas iluminada. Un público expectante. Una sala llena. Literalmente llena. De repente, hay movimiento y una voz en off presenta uno a uno a los protagonistas. El Carli, de Pilar Gamboa; el Monto, de Laura Paredes; el Palla, de Elisa Carricajo; y el Formo, de Valeria Correa. Detrás de escena, Laura Fernández. Petróleo, la quinta obra de teatro del grupo Piel de Lava, está lista para empezar.

El argumento se puede resumir en un par de líneas: la rutina de tres trabajadores de un pozo petrolífero en medio de la Patagonia se ve interrumpida por la llegada de un cuarto, que les hará cuestionar aquello que daban por sentado, desde el trabajo en sí mismo hasta sus poses más masculinas, léase también machistas. A lo largo de los 80 minutos de función, la historia toma un tono hilarante, con múltiples guiños al público y sin caer en la parodia.

(Martín Rosenzveig)
(Martín Rosenzveig)

Claro que parte de la gracia es ver cómo una mujer puede habitar un hombre tanto desde lo físico como en las actitudes y los gestos, algo que de hecho Piel de Lava logra a la perfección. Pero Petróleo va más allá de eso. Hay una deconstrucción de sus protagonistas que poco tiene que ver con que sean caracterizados por mujeres y más con la posibilidad de desprenderse de los tabúes y los mandatos sociales. Los hombres del principio no serán los hombres del final. La obra puede leerse así en clave de género, como una forma de criticar el patriarcado desde otro lugar.

Infobae Cultura habló con las actrices de Piel de Lava y la directora de Petróleo poco antes de que entraran en escena. Faltaba solo Carricajo, quien divide su tiempo entre el teatro y la filmación de una película. Cuando estaba por empezar la entrevista, les llegó una noticia: ese mismo día había salido a la venta la función del 14 de marzo; se agotó a las pocas horas. Ya en agosto del año pasado, cuando fue el estreno en el Teatro Sarmiento, la obra venía siendo un éxito de convocatoria. Ahora, reestrenada en febrero en el San Martín, directamente es un suceso. Comentan entre risas que hasta sus amigos les piden ayuda para conseguir entradas, pero que ni ellas lo logran. Tienen funciones hasta el 31 de marzo y los tickets se ponen a la venta con dos semanas de anticipación.

Las funciones en el San Martín continuarán hasta el 31 de marzo
Las funciones en el San Martín continuarán hasta el 31 de marzo

Petróleo es una creación propia del grupo con Laura Fernández que, según ya han dicho, se comenzó a gestar el año pasado durante la reposición de sus cuatro trabajos anteriores en el marco del programa "Artistas en Residencia" del Teatro Sarmiento, ¿cómo fue ese proceso creativo?

Pilar Gamboa: Lo primero que nos dio ganas fue actuar de varones. El grupo es una especie de laboratorio, siempre pensamos de qué nos gustaría actuar y la obra surge desde ese deseo. Entonces dijimos de hacer de hombres. La idea del petróleo vino después, porque queríamos un mundo que fuera puramente masculino, y en el mundo del petróleo no hay mujeres. Encontramos unos textos muy interesantes sobre la masculinidad y el petróleo. Desde ahí, empezamos a investigar cómo sería hacer un hombre, con la premisa de no parodiar, sino de intentar de habitarlos emocionalmente. Y así fuimos de a poco armando Petróleo.

Valeria Correa: No nos planteamos al principio que fuera una comedia, se fue dando así. Siempre en nuestras obras trabajamos con el humor, porque compartimos el sentido del humor y entonces se da naturalmente, pero no fue una decisión. Descubrimos que la obra era una comedia por lo que pasaba en el público. Tampoco planteamos personajes cómicos, aunque sí pasaba que cuando los empezamos a armar, nos reíamos mucho al ver a las demás y eso se impregnó en cada personaje.

(Martín Rosenzveig)
(Martín Rosenzveig)

¿Cómo fue la asignación y la construcción del hombre de cada una?

Laura Fernández: No había a priori una idea porque no sabíamos cuán lejos o cuán cerca estaba el varón, ni hacia dónde llegar, sino que fue una búsqueda del cuerpo, de la voz, de que si suena así entonces debe tener tal característica. Tuvo más que ver con acercarse emocionalmente y no con una aspiración de parecerse a tal. Hicimos ejercicios físicos para ver qué varón tenía cada una. Se logró muy fácilmente porque cada cuerpo iba emanando una masculinidad que daba una característica y después sí se llegó a alguien que era más tierno, o a alguien que estaba todo el tiempo queriendo romper todo, u a otro que dirigía.

Laura Paredes: Y también a medida que avanzaba el proceso, nos íbamos dando cuenta de que lo que iba a definir a esos hombres era lo vincular. Había algo en la manera de vincularse, de la energía de la broma pesada, tan de los ambientes donde se fomenta esa masculinidad y la complicidad para la maldad.

¿El trabajo para impostar la voz y poder proyectarla durante toda la función requirió de una preparación especial?

Laura Paredes: La voz fue lo que más tardó en aparecer, con excepción del Carli de Pilar, que el día dos ya estaba hablando así. Había que encontrar una particularidad, que hubiera colores diferentes en las voces. Pero había mucho miedo al poner la voz…

Valeria Correa: … porque en la voz se develaba a la mujer.
Pilar Gamboa: Una amiga, Claudia Cantero, nos ayudó con cómo respirar. Y después medio kamikazes, piletazo.

Una hora y media les lleva la transformación de mujer a hombre. Peluca, barba con pegamento, un poco de suciedad en la cara, un corpiño binder que achata el pecho y al mismo tiempo hace que el tórax quede más armado, ropa holgada. "Gordura", bromea Gamboa. "Ponemos la pose así", agrega Correa haciendo un gesto con el hombro, "y estamos".

Son casi las siete de la tarde del jueves y afuera ya hay gente retirando las entradas para esa noche. De fondo, suenan los eternos bocinazos de la avenida Corrientes, esta vez potenciadas por un incendio en un restaurante en la intersección con Montevideo. Abajo, sentadas en unos sillones, Gamboa, Correa y las dos Lauras están relajadas previo a la función.
Las actrices recuerdan que se conocieron hace 15 años, cuando estudiaban con Rafael Spregelburd y Alejandro Catalán. "Fue bastante instantáneo. Nos conocimos, trabajamos en la primera obra y en la segunda decidimos que queríamos seguir todas juntas. Nos pusimos un nombre, Piel de Lava, y a partir de ahí no paramos de trabajar. Nos hicimos muy amigas", cuentan. También en ese contexto conocieron a Fernández, quien escribe y dirige las obras: "Hacemos una combineta perfecta".

(Martín Rosenzveig)
(Martín Rosenzveig)

Trabajan juntas desde hace mucho tiempo en un ámbito donde muchas veces la mujer queda relegada al objeto, ¿fue difícil para ustedes hacerse un lugar hasta que les llegó el reconocimiento con la retrospectiva y el premio en el BAFICI por la película La Flor (de Mariano Llinás)?, ¿sienten un cambio de época desde el teatro?

Valeria Correa: Cuando éramos más chicas, teníamos la dificultad de la edad y de ser mujeres. Ahora cada vez somos más mujeres pudiendo ocupar espacios. Una vez en Chile nos preguntaron qué sentíamos de ser parte de un montón de espacios porque la mujer "está en agenda". Y sí, se trata de ocupar espacios, es algo que nos debían. Hay una gran diferencia ahora, las cosas han cambiado y por suerte nos toca vivir esta época, no solo desde el teatro.

Laura Fernández: Lo señalaron como si fuera una demagogia. Decir demagogia es debilitar ciertas luchas, es machista.

Pilar Gamboa: Y se suma que trabajar entre mujeres y además en grupo pareciera ser un doble tabú.

¿Creen que parte del éxito de Petróleo también se explica desde este contexto social feminista, de reflexión y de deconstrucción tanto del hombre como de la mujer?, ¿hay un mensaje en ese sentido en los personajes de Petróleo?

Laura Paredes: Sí, eso fue fundante. Parte de la idea de meternos con el mundo del petróleo era que en algún momento hubiera un enrarecimiento que empezara a resquebrajarlos.

Valeria Correa: Pero cuando estos hombres empiezan a deconstruirse en algunos aspectos femeninos no son los personajes deconstruyéndose en las actrices, no es que como somos mujeres haciendo de hombres luego volvemos a nuestro femenino, sino que vamos hacia el femenino de ellos. Hay algo de una postura de supervivencia que cambia cuando se relajan.

Laura Paredes: El éxito tuvo que ver, entre otras cosas, con que todos estamos interpelados. El público está interpelado como todos nosotros por este tema. Y el humor permite tener una mirada liviana sobre esa crítica y reírnos de las construcciones y los estereotipos. Es un tema serio, pero el teatro tiene ese lugar extraño de poder exorcizar desde el humor y reírnos para tomarlo más en serio que nunca.

 

*Petróleo, protagonizada por Valeria Correa, Pilar Gamboa, Laura Paredes y Elisa Carricajo y dirigida por Laura Fernández, está en cartelera los miércoles, jueves, viernes, sábados y domingos de marzo a las 20:30 en la sala Casacuberta del Teatro San Martín, Av. Corrientes 1530.

SEGUÍ LEYENDO

Piel de Lava: retrato a cuatro voces del grupo de actrices estrella del BAFICI

Mariano Llinás y su esperada "La Flor", en el BAFICI: 10 años de trabajo, 14 horas de duración

Guardar