La cultura canadiense busca abrirse al mundo

Se realizó un encuentro de la industria cultural canadiense en la Argentina y llegaron representantes para firmar convenios de cooperación. ¿Qué pasa con los artistas del otro gran país del norte?

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Simon Brault y Valérie Creighton
Simon Brault y Valérie Creighton

En la película de South Park, la serie animada estadounidense protagonizada por unos personajes muy ácidos, políticamente incorrectos y divertidísimos, la sociedad entera decide que –para no provocar conflictos internos muy grandes ni pensar demasiado– Canadá tiene la culpa de todos los males y entonces cantan por calles, escuelas y hogares: "¡Culpa a Canadá!" (Blame Canada!) como santo y seña de aquella decisión. Quizás hayan elegido a Canadá ya que mucho no se sabe de ese país, uno de los más grandes del planeta, que comparte la frontera más larga del mundo con los Estados Unidos y que es, en rigor, una monarquía parlamentaria ya que reconoce a la corona británica como regente de la nación.

Sin embargo, los tiempos cambian y, decididos a que el Canadá más vibrante y que incluye grandes poblaciones indígenas, jóvenes que conviven con las migraciones más diversas y hasta las particularidades de la siempre autonomista provincia francófona de Quebec, se dé a conocer al mundo, los ciudadanos de ese país pensaron que una de las maneras sería a través de la industria cultural y sus productos. Por eso, en una gira que incluyó México y Colombia, la primera plana de las instituciones del otro gran país del norte se dieron cita en la Argentina para intercambiar no sólo ideas, sino para firmar convenios y realizar compras de productos, de un lado y de otro, a través de la "Misión comercial de las industrias creativas canadienses en América Latina", que se realizó en el hotel Intercontinental y que cerró con un cocktail en el CCK. Por el país, asistieron editores, galeristas, representantes de la industria audiovisual y funcionarios como el secretario de Cultura Pablo Avelluto y el ministro porteño Enrique Avogadro.

Infobae conversó con dos de los protagonistas de las jornadas: Valérie Creighton, Presidenta y CEO de Canada Media Fund y Simon Brault, Director y CEO de Canada Council for the Arts. Creighton se dedica a promover y financiar productos mediáticos, desde programas concebidos para televisión hasta animaciones infantiles, series y realizaciones digitales que tienen como objetivo ser consumidas por los sectores más jóvenes y dinámicos de la sociedad.

Valérie Creighton
Valérie Creighton

"Nos dedicamos desde la televisión tradicional a los productos digitales y hasta la realidad virtual y realidad aumentada", dice Creighton.

–Entonces tienen mucho contacto con jóvenes –dice Infobae.

–Claro, porque los jóvenes ya no miran televisión en televisores o lo hacen cada vez menos, sino en teléfonos o tablets, especialmente si tienen menos de 30 años. Por eso tenemos una convergencia de medios digitales y promovemos contenidos en diferentes plataformas. La gente va al cine, claro, pero hoy se ven películas en estos dispositivos digitales. Las costumbres están cambiando.

–Los Estados Unidos tienen programas de todo tipo que se ven alrededor del mundo, ¿hay programas canadienses que se distribuyan y consuman más allá de sus fronteras?

–Todo el tiempo. Especialmente los productos para niños que, además, tiene mucho consumo porque los niños y bebés siguen naciendo y consumiendo programas infantiles, dibujos y toda una serie de productos dirigidos a ellos. Hay una serie canadiense llamada Los misterios de Murdoch, que se ha vendido mucho en Europa y Estados Unidos. Otra llamada Cardenal, que es un drama psicológico muy oscuro, muy emparentado con las series negras nórdicas, que presenta asesinatos muy sofisticados que también se ha difundido mucho. Habría que ver si no está acá en alguna plataforma, se la recomiendo. Hay una serie de francotiradores de élite llamada Flashpoint y que tenía mucho público en los Estados Unidos, más que los de su género producidos allá. Es que los canadienses debemos hacer productos diferentes para atraer a un público tan grande.

–Bueno, tienen con qué plantear esa diferencia. Tienen a Quebec, a los pueblos originarios…

–Quebec es único. Tienen su propio sistema de estrellas de películas, más que la Canadá angloparlante. La población nativa tiene muchos escritores, directores y creamos la primera oficina de pantalla para pueblos originales, que se está organizando en la actualidad.

–¿Hubo acuerdos realizados con la Argentina en estas jornadas?

–Firmamos un acuerdo con el INCAA para realizar trabajos conjuntos, coproducciones, es un comienzo pequeño, pero un buen comienzo.

–¿Van a hacer una serie sobre el asesino serial que actuaba en el barrio gay de Montreal?

–Nosotros no elegimos los contenidos; el productor debe tener una licencia de un canal y elige sus contenidos, a los que aportamos. Pero si hubiera algún interesado, sería una buena serie. Habría que ver si Argentina quiere hacerlo en conjunto. Hemos elegido con mucho cuidado los socios con quienes queremos realizar producciones y pensamos que México, Colombia y la Argentina son países con los que podemos trabajar en conjunto de manera armoniosa.

El Canada Council of the Arts es el ente público que promueve el estudio y producción de arte en aquel país, similar a nuestro Fondo Nacional de las Artes pero, naturalmente, con mucho más presupuesto. Simon Brault es su director y también habló con Infobae.

–El Council of the Arts abarca muchas ramas de la creación artística. ¿Cómo evalúa esa producción hoy?

–Yo estoy encargado de los fondos federales para todas las disciplinas artísticas y manejamos un presupuesto importante por decisión del gobierno. Invertimos tanto en las industrias culturales como en los artistas, porque sin artistas no hay industria cultural. Actores, escritores, guionistas, pintores se capacitan en el sector de arte y luego su producción puede pasar a la industria. Entonces la calidad y la fuerza del sector artístico en Canadá está viviendo un renacimiento que está muy influido por artistas indígenas, mujeres, artistas jóvenes que reciben el apoyo del Council. Hay nuevos abordajes, nuevas interrelaciones entre disciplinas artísticas y también se puede ver en el ímpetu generacional de los jóvenes. También hay mucha producción en los pueblos originarios, en sus músicos, artistas visuales y escritores. En Canadá el teatro es muy fuerte y también en el sector de danzas.

–¿Hay alguna diferencia entre la producción que se realiza en Quebec y la realidada en el resto del país?

–Hay dos razones por las que Quebec tiene tanta fuerza. Porque la provincia misma apoya la producción artística y porque sin ese apoyo el idioma francés no sobreviviría. Lo que noto es también es que tiene poca diversidad. En cambio, en Vancouver, en el oeste, hay una gran diversidad que le da una renovación en la aparición de artistas. Hay muchos artistas emergentes que están cambiando la forma en que se hace el arte.

Una imagen de las reuniones de trabajo y negocios de los equipos canadienses en Argentina
Una imagen de las reuniones de trabajo y negocios de los equipos canadienses en Argentina

–Margaret Atwood, Alice Munro, Leonard Cohen, esos canadienses que atravesaron fronteras con su producción, ¿cómo son percibidos en Canadá?

–Son voces icónicas y crearon una marca pero hoy hay nuevas voces que no son francófonos o anglófonos y blancos, hay muchos indígenas y hay una apuesta a esas voces sólidas que deben ser financiadas en el próximo capítulo de la gestión del Council.

Todo un desafío que, de ser exitoso, hará conocer un Canadá que aún permanece oculto y procurará que el público argentino, como suele suceder en general, no confunda a los artistas canadienses con los de su primo mayor.

 

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