En un pueblo de la provincia de Santa Fe, a 52 kilómetros de Rosario y a 125 de la capital provincia, nació y se crió Juan José Saer, un escritor que supo mover los cimientos de la literatura argentina y latinoamericana con su escritura. Serodino es el nombre de la comuna —hoy tiene alrededor de 3600 habitantes— y allí, en aquella vieja casa que supo ser un almacén de ramos generales atendido por el padre de Saer, hay un taller mecánico.
Autos, motos y camionetas dentro de esa casa antigua, desgastada por el tiempo, una casa más, que pronto, en abril, pasará a ser un Centro Cultural y Documental dedicado a su obra.
Todo comentó en 2016, con una serie de acciones que inició el Gobierno de la Provincia de Santa Fe: el Año Saer. Duró, justamente, un año, hasta el 28 de junio de 2007, día que el escritor hubiera cumplido 80 años. Fueron muchas movidas culturales y artísticas a lo largo de esos doce meses que lograron volver a poner sobre la mesa de la actualidad a la literatura de este genial narrador, poeta y ensayista.
"En 2016, tras todo lo que fue el Año Saer, el gobernador Miguel Lifschitz nos encomendó empezar las gestiones para poder comprar la casa. Él la conocía porque la había visitado más de una vez. Estaba en manos de una familia que no tiene nada que ver con la familia Saer. Nos pusimos en contacto con la comuna de Serodino para, a través de ellosa poder comprar la casa", cuenta del otro lado del teléfono Paulo Ricci, secretario de Desarrollos Culturales del Ministerio de Innovación y Cultura.
"La provincia se hizo cargo de los costos, que ascienden a tres millones de pesos, pero es la comuna la que le compra la casa a los propietarios", agrega en este breve diálogo con Infobae Cultura.
¿Y en qué se convertirá ese lugar? "La propuesta fue llevar ahí una versión definitiva de a href="https://www.infobae.com/cultura/2018/03/12/el-legado-de-saer-mas-vivo-que-nunca/" rel="noopener noreferrer" target="_blank"Conexión Saer/a, una muestra itinerante que estuvo por muchos lugares del país, además de una colección de primeras ediciones de sus libros, también los reeditados ahora por Seix Barral para que sea una casa de lectura también. Y construir una pequeña biblioteca teórica de todos los trabajos críticos que se hicieron a lo largo de todos estos años para generar un espacio de estudio e investigación de su obra".
En estos años, con lo que sucedió con Año Saer —se editaron libros, se hicieron coloquios, se filmó una película—, muchas personas se acercaron a los organizadores desde un impulso personal. O lo leyeron, o lo conocieron o tenían algo importante de Saer que, sabían, podía deslumbrar a cualquier saeriano. "Muchas cartas de él, por ejemplo, o libros autografiados, también documentos de actividades que hizo en los años sesenta… Queríamos que la casa pueda funcionar como una especie de acervo de todo ese archivo valioso de colecciones privadas", cuenta Ricci.
Lo importante de esta noticia es que habrá un lugar donde pueda albergar a todo el universo saeriano. "Estoy convencido, como lector de Saer primero, y como funcionario de Cultura después, que su obra está entre las mejores de la literatura latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX sin lugar a dudas", dice Ricci. Lo ha leído con atención, también lo ha investigado. No es sólo una apreciación emocional. "Hizo de Santa Fe un territorio literario con una vida y una identidad propias, conocido en todo el mundo gracias a la zona ficcional que armó".
"Es más, me arriesgo… no sólo de Latinoamérica o Argentina, es uno de los más grandes autores de habla hispana. Para mí, es la segunda obra más importante de este país, después de la de Borges, por su complejidad y por su volumen que se ve un proyecto de autor inmenso", concluye.
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