Hace unas pocas semanas fui a ver la muestra de pinturas de Lautaro Fiszman en Timbre 4. Me conmovió especialmente el cuadro de un hombre en una motocicleta, cargando una puerta, en medio de un bosque nevado. El programa, contaba que los trabajos, en su mayoría, habían sido inspirados en imágenes de teatro o de películas. Salvo el cuadro de la puerta que fue inspirado en el libro Voces de Chernóbil, de Svetlana Alexievich, en el que un hombre de Pripiat cuenta su historia. Dice que cuando explotó la bomba atómica, él y su familia tuvieron que abandonar su casa sin llevarse nada porque absolutamente todo tenía radioactividad. Tuvo que abandonar todas sus pertenencias, pero lo único en lo que él pensaba es en la puerta, esa puerta que contenía todas las marcas de su altura cuando era niño, y donde él había marcado, a su vez, la de sus propios hijos. Una noche, no puede con el impulso y roba la puerta de su propia casa.
Fiszman dice: "Las pinturas son un poco como puertas, donde uno deja sus marcas". Esa lectura me inspiró para pensar las lecturas para estas novedades –y no tanto-. Los lectores también podemos ser como puertas. Las marcas, que nos van dejando las historias que leemos o que nos cuentan, las elecciones que hacemos, las posibilidades que construimos, las marcas que van definiendo quiénes somos, cuando nos abrimos, cuando no.
Adentro y afuera
Clara y el hombre en la ventana, escrito por María Teresa Andruetto, ilustrado por Martina Trach. Buenos Aires: Limonero, 2018.
Qué difícil saber quién va a marcar el rumbo que pueda tomar nuestra vida en algún momento. "Esta es la historia de mi madre y su amigo Juan", dice María Teresa Andruetto. A comienzos de este año, en una de sus visitas por Buenos Aires, recuerdo haberla dejado a Tere en la editorial, cuando este libro se estaba cocinando. Desde ese momento lo espero.
En esta historia, que transcurre en los años '50, hay una puerta, hay una niña, hay un hombre, hay una madre, hay una abuela, hay muchos libros, y empieza a haber una amistad. Hay un encuentro o varios. Y, por supuesto, hay más. Porque Clara y el hombre se encuentran, pero antes hubo otros encuentros y desencuentros. Hay una historia de idas y vueltas.
Eso que no podemos decir, eso que nos atormenta sobre la mirada de las otras personas. ¿Puede la mirada de los otros encerrarnos, no dejarnos ver la luz, el afuera? ¿Cómo hacer para que eso cambie? Este libro, cargado de poesía, cuenta una historia particular, pero al mismo tiempo cuenta muchas otras.
La edición es hermosa, las guardas, las páginas silenciosas, las dobles páginas en las que aparece ese ir y venir.
Los zapatos rojos van y vienen sobre una paleta neutra, en sepia, con acentos de rojo y verde. Los colores arman también el recorrido, y las distracciones que se le presentan en una hermosa intertextualidad con Caperucita. La secuencia se arma en un mismo dibujo. Clara y los libros encienden una luz. Con ella el afuera entra en la casa del hombre.
"- ¿Siempre estuviste acá dentro?
– Siempre no."
Un libro hermoso recomendado para personas de cualquier edad.
Hay días, escrito e ilustrado por María Wernicke. Buenos Aires, Calibroscopio, 2012.
Un libro álbum que nos hace entrar en la vida de dos mujeres, una madre y su hija, en la intimidad de sus días, en un vaivén de conversaciones, sentires, deseos, ausencias. Hay días, en los que encontramos un pasadizo. Hay días que es más difícil. Un libro que cuenta desde los silencios. Dice María: "Para mí es muy importante ese aire. Por eso la elección de tanto blanco, el manejo del espacio." Y con una paleta contundente y reducida, con una belleza de esas que te invitan a detenerte, a encontrar.
"Ma, te quiero contar algo…
En nuestro jardín hay un pasadizo."
Así empieza esta historia.
¿Qué pasa con los broches de la soga? ¿Qué sostienen? Sostienen esta historia de escucha, de mirada que habilita, de madres e hijas, de la vida que pasa. María Wernicke nos propone y nos invita, con un lenguaje profundamente poético, a entrar en su universo. Adentro, una cocina, una mesa, afuera, en un patio con un tendal de ropa que abraza. Como lectores nos encontramos con la intimidad de ese vínculo. A encontrar pasadizos, a buscarlos si hace falta.
Un libro recomendadísimo para leer, releer, mirar, escuchar y conversar, una y otra vez.
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Dos sobre mirar el mundo
Infinito, escrito e ilustrado por Pablo Bernasconi. Buenos Aires: Sudamericana, 2018.
¿Qué es el infinito? ¿Qué puede ser? Bernasconi mira el mundo y con mucho humor y sensibilidad arriesga respuestas a estas preguntas.
Poesía visual en estado puro. Pablo cuenta que cuando iba a la escuela, un compañero preguntó que era el infinito y la maestra dijo algo que a él lo tuvo llorando durante una semana: "Fue tan lejana a lo que yo esperaba oír y tratar de entender que quedé completamente afuera de esa respuesta."
Entonces este libro propone encontrarnos con la metáfora, con la sutileza, con mirar profundo. En esta historia, que forma parte de La verdadera explicación (otro libro genial), Bernasconi sigue pensando y creando explicaciones, entre palabras e imágenes.
"El infinito es leer solo la última línea de un libro e imaginar lo que falta…"
"Es el ojo de un artista justo antes de empezar a dibujar."
"Es una hormiga que perdió la fila y deambula confiada por entre las patas de un elefante."
Volvamos a la pregunta "¿Qué es el infinito?" Este libro, que habilita lecturas para todos los públicos, tiene una puerta en la tapa. Yo que ustedes, salgo corriendo a buscarlo.
Museo vivo de los insectos. Escrito por François Laserre, ilustrado por Anne de Angelis. Traducido por Isabel González Gallarza. Madrid: HarperKids, 2018.
Los entomólogos son personas que estudian los insectos. Y este entomólogo decidió hacer lo que hacía cuando era chico: lupa en mano, describirnos y explicarnos con lujo de detalles sus insectos favoritos, creando su propio museo, y sus propias categorías: los disfrazados, los nadadores, los maestros cantarines, los gigantes, los armados, los alados, los no alados, los adornados, los elegantes, los no comestibles, los comestibles, los okupas, los viajeros, los imitadores, los gregarios, los dragones voladores y los redondos.
Desde la primera página, nos convoca Laserre:
"Después de años y años de descubrimientos e investigaciones sobre los insectos, he decidido presentar en este libro los que me parecen más curiosos […]. Ya me dirás qué te parece, mientras tanto doy la bienvenida a este lugar lleno de criaturas de seis patas. Ah, no, perdón, también he incluido a un animalito de ocho patas […]."
Este libro es una invitación a descubrir y mirar el mundo de los insectos y sus características. Es un libro de formato grande, en el que las personas niñas podrán meterse, casi literalmente, adentro. Dan ganas de tirarse en el pasto con el tiempo disponible para mirar los universos de cada insecto que aparece. Una fiesta las ilustraciones magnificas de Anne de Angelis, llenas de colores vibrantes, formas diversas, patas, alas, antenas. Los dibujos son hermosos, de un realismo increíble. Y el modo y el amor con el que está contado dan ganas de seguir hasta el final. Son cincuenta y nueve los insectos incluidos en el índice.
"Cuando me lo encuentro entre la hierba, en el suelo, me comporto como un perro de caza: me paro en seco, mirándolo fijamente, deseando atraparlo. Pero luego no le hinco el diente, no, lo cojo con cuidado y se lo enseño a todo el mundo. Me encanta la reacción de la gente: "¡Guau!". No solo es muy grande, sino que además tiene reflejos azulados, o incluso violáceos, que brillan al sol, ¡menudo espectáculo! Si tú también quieres atraparlo, recuerda dos cosas: ¡cuidado con su mandíbula, y sé muy rápido, porque corre como el viento y se esconde en un abrir y cerrar de ojos!"
Recomendadísimo para salir con la lupa en las mañanas, las tardes y las noches de verano.
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De novela y de cuenta
Serafín, el escritor y la bruja, escrito por Claudia Piñeiro, con ilustraciones de Carlus Rodríguez. Buenos Aires: Alfaguara, 2018.
"Esta es la historia de tres solitarios que se encontraron una noche mirando la misma estrella. Y luego fueron cuatro." Este acápite nos presenta la historia. Nos pone en sobre aviso. Y luego la historia se arma, con nombre y apellido. Felipe Echenique, un escritor de biografías. Serafín Iraola, un chico que se acaba de mudar, el menor de seis hermanos de una familia "prestigiosa", fanático de los cuentos de brujas, y Amanda Amancay, una bruja que no encaja en su mundo. Estos tres personajes miran, ven y se encuentran.
Esta es la historia que Claudia Piñeiro les contaba a Ramiro, Tomás y Lucía, sus hijos. Una novela sobre brujas y computadoras. Una novela sobre encuentros. Y también es una novela sobre hacer lo que uno quiere.
"La noche lo sorprendió mirando a través de la ventana de su escritorio, mientras saboreaba un chupetín bolita, su único vicio. La estrella de Serafín y Amanda lo encandiló con su brillo, y la miró. A partir de entonces fueron tres los que la miraron; tres que, como decía la madre de Amanda, tarde o temprano se encontrarían."
El libro incluye al final palabras de los autores, Piñeiro dice que esta historia nació inspirada en su hijo Ramiro, fanático de las brujas y las computadoras a la vez. Carlus Rodríguez, el ilustrador, cuenta que para ilustrar la novela se nutrió de los hechizos que vuelan por su casa y de su marcador negro 0,6 mm.
Muy recomendada para lectores y lectores que leen solos. Y para compartir por capítulos en voz alta antes de dormir, o en las siestas del verano, también.
El arte no sirve para nada. Escrito por Pablo Médici (Brocha). Buenos Aires: AZ, 2017.
"El niño sabe que La gran ola de Kanagawa, del pintor japonés Hokusai no es simplemente un cuadro. Le enseñaron hace tiempo que una pintura de un árbol no es un árbol."
¿Para qué sirve el arte? El arte no sirve para nada nos invita a escuchar relatos, pero también nos propone pasar un rato en el país del arte. ¿Es un libro de cuentos? ¿Es una galería de arte? ¿Es una invitación a mirar? Si. Es todo eso. Las historias se entremezclan con los cuadros de Van Gogh, Hokusai, Chagall, Berni, Picasso, Iturria, Apollinaire, Arcimboldo, Modigliani, Uccello, Matisse, un aguayo andino, una fotografía del Riachuelo de 1937, y un par de obras del propio Médici también. Es interesante que las historias muchas veces hablan del cuadro en cuestión, invitando a mirarlo atravesado por esa lectura. Es una invitación a una selección de obras que dan ganas de conocer o de volver a mirar. Lo que le agregaría es un índice de las obras plásticas que aparecen, para sumar al índice de cuentos. Para la próxima edición, lo pediría.
El libro tiene una serie larga de dedicatorias, del libro entero y de cada cuento. Amé la dedicatoria a su compañera e hijos, a los que le dedica hasta los espacios en blanco de sus libros.
"Preparar el aula para inventar un cielo no es una tarea tan fácil. A pesar de haber estacionado su viejo auto en la puerta de la escuela, el maestro tendrá que hacer dos viajes. No le alcanzan las manos para trasladar todos los elementos que trajo: varios rollos de telas de un azul ultramar; una escalera; una bolsa negra, bastante grande, llena de hojas de eucaliptus; un grabador; una regadera y una carpeta de radiografías viejas." Después de leer este fragmento de "Cielos en la noche", no me digan que no quieren estar adentro de esa historia.
Un paseo por varios museos para regalarse en el verano o en cualquier otra época del año, que cuenta, además, con una ventaja: puede hacerse sin siquiera sacarse el pijama. Recomendadísimo para personas niñas y no tanto.
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Dos sobre el primer tiempo en el planeta Tierra
Imposible, escrito e ilustrado por Isol. México: FCE, 2018.
"Toribio tiene dos años y medio y sus papás lo quieren mucho.
Pero también querrían poder dormir en la noche…"
Celebro este nuevo libro de Isol. La ternura, el humor, la agudeza en la mirada.
Ese Im Po Si Ble silabeado, como dicho en voz alta, fuerte y claro, nos propone, desde la tapa, el caos hermoso y terrible de objetos nuevos que empiezan a invadir la casa cuando la habita un nuevo integrante (en este caso Toribio). Las guardas con ese garabato "descontrolado" anticipan la historia.
Me gusta mucho la mirada profunda, llena de amor e ironía, con algo de desesperación también, nada romántica, que tiene Isol sobre la maternidad. Y me gusta esto que pasa con la voz narradora de esta historia. ¿Qué quieren los padres de Toribio?
Imposible hace tándem natural con El globo (otro libro de Isol que recomiendo mucho). La autora tiene algo que recuerda a Quino en su talento para captar momentos cotidianos con humor ácido y profundo. Su poética cuestiona, provoca, dialoga y es sutilmente audaz en sus tramas.
La paleta de tierras y azulinos, los personajes muy expresivos y los trazos decididos, sintéticos, con el aire del dibujo de la infancia, y su característico pintar fuera de la línea, que también habilita, todo esto cuenta la historia. Es un libro álbum que invita a reírse, a compartir, a mirar sin prejuicios y con curiosidad la vida cotidiana, desde todos los lados posibles, rompiendo con algunas convenciones.
Recomendadísimo para personas de todas las edades, especialmente si tienen algún personaje de la misma edad que Toribio en sus casas.
Aquí estamos. Notas para vivir en el planeta tierra. Escrito e ilustrado por Oliver Jeffers. Traducido por Susana Figueroa León. México: FCE, 2018.
¿Quién no querría tener una guía para vivir en el planeta tierra?
Este libro nos lleva de la mano por espacio sideral desde la tapa y las guardas. "¡Cómo encontrar tu camino cuando lo has perdido?" Y entonces viene la dedicatoria para su hijo Harland: "Este libro se escribió en los primeros dos meses de tu vida, mientras intentaba hacer que todo fuera comprensible para ti. Estas son las cosas que creo que debes saber." Y abajo, al pie, hay una cita de J. M. Barrie que nos propone poner una nueva regla en nuestras vidas a partir del ahora ya, de esta noche: "siempre tratar de ser un poco más amables de lo necesario." Apoyo esa moción.
Cuenta el autor que cuando nació Harland, lo impresionó la idea de que su hijo no sabía absolutamente nada de la vida. Entonces decidió escribirle una carta y de esa carta nace este libro. Si bien lo escribió para su hijo en sus primeros dos meses de vida, este libro es para cualquiera de las personas que habitamos el planeta tierra.
Jeffers se considera a sí mismo un artista que descubrió la satisfacción de trabajar con el formato libro para compartir sus historias. Hace poesía y filosofía en este libro álbum. Porque es verdad, todo en la tierra es raro, confuso, terrible, intenso. Hay estrellas, luna, tierra, mar, estratósfera, colores vibrantes, cosas que dan miedo, aire, otros planetas, la vía láctea, la atmósfera, los ríos, el arco iris, el agua de lluvia. Y también estamos las personas con nuestros cuerpos, nuestros miedos, nuestras posibilidades. En relación al cuerpo, el autor propone: "Cuídalo, porque la mayoría de sus partes no vuelve a crecer."
Es un libro que habla de la vida recién llegada, de la tierra, del mundo, del tiempo, de las vorágines, de ritmos, de intensidades. Y da el mejor consejo: preguntar siempre.
"Mirar atrás y ver tu planeta como planeta es un sentimiento increíble. Es una perspectiva totalmente distinta, y te hace apreciar; realmente, lo frágil de nuestra existencia". Dra. Sally Ride, astronauta y física.
Un libro cargado de poesía, que nos pone en situación: vivimos en la tierra, que tiene un tamaño pequeñísimo dentro nuestra propia galaxia: aquí estamos.
"Generalmente funciona así: cuando sale el sol es de día y hacemos cosas.
El resto del tiempo es de noche; entonces está oscuro, excepto por la luna, y dormimos.
(¿por favor?)"
Hermoso libro para leer, mirar y descubrir.
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Para terminar, qué mejor que pedir deseos
Quince ocasiones para pedir deseos en la calle, escrito por Nicolás Schuff, ilustrado por Maguma. Buenos Aires: Limonero, 2018.
"Cuando ves en una panadería un postre recién hecho (el deseo puede ser dulce)."
Al estilo del refrán que decían en mi casa "Dime con quién andas y te diré quién eres", aquí la vuelta es la siguiente: Dime qué estás mirando y te diré qué deseo vas a pedir.
Un libro inspirador, para leer, para mirar, para pedir. Son excepcionales las ilustraciones de Maguma, colores plenos, vibrantes, este ilustrador es además arquitecto y diseñador. Sus imágenes son misteriosas y muy expresivas.
Se sabe, no hay un solo tipo deseos. El libro invita a pedirlos, y también a pensar de dónde salen. Y a compartirlos, aunque sea en sueños. Pueden ser pequeños, grandes, para siempre, instantáneos, fugaces, salados, unidireccionales o con un sinfín de posibilidades. Pueden ser ocultos, contagiosos, inentendibles, pero lo mejor de los deseos, o lo más interesante, es que a veces, se cumplen.
Tengo varios dichos que le atribuyo a mi abuela, y uno es que hay que tener cuidado cuando deseamos algo, porque se puede cumplir.
Entonces les invito tomando la sugerencia de la contratapa: "Basta con abrir la puerta (o este libro) y sacar a pasear la imaginación." Y animarse a pedir. Y qué mejor ocasión que esta época, con un año lisito y nuevo para estrenar, que leer este libro, y empezar a pedir.
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Una yapa con música
5 Besos, escrito por Ruth Kaufman, ilustrado por Diego Bianki. Buenos Aires: Pequeño editor, 2016.
El sábado escuché este cuento leído y musicalizado por Carla Breslín y Ernesto Algranati de Cuentos a cuerda. Y me hizo pensar en todo el universo que se arma con este pequeño libro de la colección Los duraznos. Los dibujos de Bianki son divertidos y en cada página encontraremos al menos un par de ojos que sonríen.
1 gorro
2 mitones
3 botones
4 medias malolientes
5 beso me da mi padre en lugares diferentes.
La encuadernación cartoné posibilita el manipuleo, el aprender a hojear, a mirar un libro y, en la interacción, nace la historia que invita a jugar. Entonces, y como cantaba Carla, brindemos por los momentos de besar, y los de leer.
Muy recomendado para leer y besar a las personas más pequeñas de la casa.
Para terminar, me dan ganas de brindar por este año de encuentros con lecturas como las de esta selección, llenas de posibilidades, que nos proponen multiplicidad de sentidos, de crecimiento y de buenos deseos.
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