Sobre la calle Borges, del otro lado de la bicisenda, la Librería Borges. Adentro, rodeados de —justamente— libros, varios editores literarios se juntaron a charlar alrededor de una mesa larga, como si fuera una mesa de ping pong pero sin red ni pelotitas. Más que un debate, fue una puesta en común de ideas, de incertidumbres, de quejas y de optimismo. ¿Cómo resistir esta economía que todo lo ennegrece? ¿Cuál es el pulso de la industria editorial hoy?
Ésto sucedió ayer, jueves, a las cinco de la tarde, en el marco del anuncio oficial de la Feria Edita, un nuevo revés del sector para darle pelea a la crisis. Será en en el Centro Universitario de Arte de La Plata durante dos días —sábado 15 y domingo 16 de 15 a 21 horas— y participarán más de cien editoriales de todo el país y de Latinoamérica. Lo que es habitual: además de la venta de libros, habrá charlas, exposiciones y lecturas. La solidez de la propuesta promete volverse un clásico para los platenses, así como ocurre acá, en Buenos Aires, con la Feria de Editores que en agosto tuvo su séptima edición.
Entre todos los que integrarán mesas, que son varios, se pueden destacar Celeste Diegues, Mario Montalbetti, Dani Umpi, Elvio Gandolfo, Juan José Becerra, Vera Giaconi, Mariana Muscarsel Isla, Pía Bouzas y Carla Maliandi, entre tantos otros.
"Este proyecto está fundado más allá de lo netamente literario porque las librerías y todo el sector están pasando momentos muy malos. Por eso la importancia de estos encuentros", comenzó diciendo Francisco Magallanes de la editorial Club Hem, que forma parte de la organización de la feria junto a Papel cosido, EME, Fa, Pixel, Malisia, la Facultad de Bellas Artes y el Centro de Arte, ambos últimos de la Universidad Nacional de La Plata.
Damián Ríos de la editorial Blatt & Ríos comenzó dando el parte médico de la industria. "Uno se junta con otros editores para darse ánimos porque todo se achica cada vez más. Sabemos que el año que viene se va a vender menos. Nosotros hemos agotado títulos pero nos quedamos sin dinero para reimprimir. ¿Cómo nos acomodamos a eso? Y… con mucha imaginación", dijo, y continuó: "Es paradójico que la figura que haya elegido este gobierno haya sido la del emprendedor. Nosotros, los que estamos acá, lo somos, y somos justamente los más castigados".
"Los títulos se posponen, se publica menos y hay menos ideas circulando porque hay menos canales", comentó Leandro Donozo de Gourmet Musical, mientras que Sebastián Martínez Daniell de Entropía agregó que "las restricciones materiales llevan a políticas editoriales más conservadores, lo que hace que haya menos diversidad".
"Falta una política clara para el sector. El gobierno no se mete con las papeleras que son un oligopolio muy poderoso, por eso el problema es que las políticas de ajuste van sólo a los de abajo", dijo Víctor Malumián de Godot, y Miguel Balaguer, editor de Bajo La Luna, reflexionó: "Hay muchos hilos delgados, la librería es uno, pero la falta de ideas es otro. Hay una situación de estar en estado de feria permanente".
Hoy las editoriales que quieren exportar tienen que pagar una retención del 12%. Antes, hace años atrás, lo que se pagaba era un anticipo de derecho a la exportación del 5% que, contaron estos editores, era un dinero que podía volver. "En 2016 —dijo Agustín Arzac de la editorial EME— teníamos tres dólares de ganancia por libro; hoy es de un dólar".
Pero no todo es (tan) apocalíptico. Matías Reck de Milena Caserola reflexionó sobre el momento del sector y destacó que hace falta tener una perspectiva histórica a la hora del análisis. "Las editoriales que estamos acá, la mayoría, nacimos de la crisis del 2001. Nos llamábamos independientes porque estábamos fuera de la circulación comercial. Luego vino la bonanza, los años maravillosos, lo que todos sabemos. Y estos años son lo que son. Hay que ser más reflexivo y no asustarse tanto", sentenció.
Otro punto importante a tener en cuenta es que el mercado de las editoriales pequeñas y medianas de la Argentina es un mercado de oferta. Un sistema a consignación. Esto hace que la ganancia aparezca con la reposición y, por consiguiente, con la reimpresión, que es lo que justamente no están pudiendo realizar por los elevados costos. Por otro lado, los editores explicaron que antes la facturación gruesa estaba en los libros que dejaban en las librerías; hoy no es tan así. ¿Por qué? Porque el sector supo, en estos tiempos de crisis, volver a sus raíces: las ferias. Esa idea de "estado de feria permanente" se traduce en, durante 2018, más de cuarenta ferias en todo el país.
La Feria Edita es uno de los tantos encuentros donde la literatura —la emergente, la alternativa, la que no está atada a las movidas masivas del mercado— vuelve a estar en el centro de la escena, y una de las formas que la industria editorial encuentra para seguir surfeando la crisis. Las olas son grandes, cada vez más enormes, pero la destreza del surfista crece también.
* Feria Edita
Sábado 15 y domingo 16 de 15 a 21 horas
Centro Universitario de Arte (UNLP) – Edificio Sergio Karakachoff
Calle 48 entre 6 y 7 – La Plata
Entrada libre y gratuita
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