La pintura 19,10 Bogotá de Rómulo Macció alcanzó un precio récord para el artista argentino. Un comprador anónimo pagó USD 183.200 por el óleo sobre tela, en la subasta realizada por Roldán Subastas.
Los momentos previos en el edificio de Juncal al 700 se vivieron con una eléctrica expectativa, ya que la pieza, que salió al mercado con una base de USD 120 mil, representa una de las mejores trabajo del pintor fallecido dos años atrás. Así, se produjo una cinematográfica puja entre un interesado por teléfono y varias que estaban en la sala. El interesado detrás del teléfono fue quien, finalmente, se quedó con la pieza de la que se desconoce si permanecerá en una colección privada en el país o si se unirá a alguna en el exterior.
En diálogo con Infobae Cultura, Nahuel Ortíz Vidal, nieto del fundador de Roldán y actual director, comentó con respecto a la obra de 1962: "Es un año clave para Macció porque participa de la Bienal de Venecia y de la primera bienal americana de Córdoba, que era Kaiser con jurados extranjeros y grandes curadores del mundo. Por la época, por el tamaño y por el tema es el año de quiebre de Macció, que es entonces muy superior a los otros artistas. En el '62 y el '63 es el néctar, el corazón de lo mejor de su producción".
Para Ortíz Vidal el cuadro tiene el nivel de los grandes museos, y consideró que era una "buena oportunidad para el artista": "El último remate récord de Macció lo teníamos nosotros, que fue por USD 140, pero no era de esta calidad. Y esta es una obra calidad museo. Esto va a cambiar el precio público de Macció".
Con respecto al título sostuvo que "corresponde a un viaje al que fue invitado para una muestra de la que participó de pintura sudamericana contemporánea, fue el único representante argentino".
Sobre la selección de artistas, que incluyó otras 68 obras de creadores como Gyula Kosice, Antonio Berni, Ernesto Deira, Marcia Schvartz, Marta Minujín y Luis Felipe Noé, entre otros, sostuvo: "Desde el 2007 subastamos exclusivamente arte, eso nos da una pauta de lo que está buscando el coleccionismo. No nos distraemos con obras que no estén en línea con nuestros compradores. Con esa selección, hacemos una curaduría para alcanzar los lotes exactos que pueden ser vendidos".
"Buscamos hacer subastas de menos de 80 obras, como se hace en el resto del mundo, como en Christie's o Sotheby's, porque no se puede mantener la atención de los compradores con otro tipo de objetos que no sean pintura o escultura. Eso distrae el comprador y tener una mejor selección te da una mejor platea de posibles compradores", dijo.
¿Un puntapié para un Boom?
Consultado sobre los valores de los artistas autóctonos con respecto a sus pares de la región, Ortíz Vidal comentó que "el mercado argentino, a diferencia de otros mercados latinoamericanos que en los últimos 10/15 años vienen trabajando para exportar e importar obras de arte, y lograr un circuito para los artistas locales a nivel internacional viene muy retrasado. En los últimos tres años se empezó a zanjar eso y ahora es más flexible".
El especialista se refiere a la modificación de la ley 24.633, cuyo objetivo es simplificar y fortalece la circulación internacional del arte argentino. Ahora, se puede transportar hasta 15 obras de arte como equipaje acompañado, sin mayor trámite que un Aviso de Exportación ante el Ministerio de Cultura, o una licencia especial, en el caso de obras de autores muertos hace más de cincuenta.
Además, comentó que "los problemas económicos del país también afectan": "Al no haber una estabilidad no se pueden acomodar los precios y no se puede fijar un mercado a mediano precio. No obstante, pensamos que el arte argentino todavía está muy bajo con respecto a otros países de la región, como Brasil, Chile o Uruguay".
Con respecto a la cotización de los pintores argentinos en el exterior dijo: "Es exactamente lo mismo y a veces es malo, porque el cliente no puede verificar la obra antes de comprarla. Aparte hay que pagar el envío, que significa el 10,5% arriba del precio que pague el cliente, más el flete, más el despacho. Por lo cual, si empiezan a aparecer obras acá y el mercado responde nos vamos a encontrar con un fenómeno totalmente al revés".
Hasta el momento, la obra más cara vendida en una subasta de un artista argentino pertenece a Emilio Pettoruti, por Concierto , que se remató en la Casa Christie´s de Nueva York por 794.500 dólares en 2012. Mientras que Helmut Disch vendió su Cosmigonón, una pintura de 7,30 por 2,73 metros, a una consultora europea en USD 1,5 millones.
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