Jugadores de Boca, presidentes de River, el creador de Hijitus y Evaristo Carriego: los masones más famosos de la argentina

Una vez más, la Gran Logia Argentina abre sus puertas en La Noche de los Museos. Durante años, la masonería fue un cúmulo de secretos y contraseñas. Abiertos a la comunidad, revelan qué famosos argentinos de la historia figuran en sus registros

Guardar
Ángel Jorge Clavero (Fotos – Gustavo Gavotti)
Ángel Jorge Clavero (Fotos – Gustavo Gavotti)

Lo obvio es decir que José de San Martín era masón y que la Logia Lautaro fue fundamental en el destino de la Argentina. Pero aunque cierta, es una postal inacabada de lo que significó (y significa) la masonería en nuestro país.

Las figuras no son solo próceres o actores del territorio político. Hubo escritores, deportistas, pensadores… Pero claro, durante años se mantuvieron en secreto por la lógica misma del grupo: no se debe revelar quién es un hermano masón, y entre ellos suelen saludarse con santos y señas para reconocerse. Hay cientos de miembros en todo el país y el mundo. Por caso, en la Argentina hay 330 logias en todo el país (las hay en todas las provincias). En total, son cerca de 12 mil miembros, de entre los cuales hay cerca de 7 mil afiliados activos.

Sin embargo, en los últimos años este aparente secretismo cambió. Con la intención de acercarse a la gente y acaso recuperar parte de la influencia perdida (¿perdida?), Ángel Jorge Clavero, el Gran Maestre actual de la Gran Logia Argentina (es decir, la mayor autoridad), inició una serie de actividades que acercan la masonería a la gente.

Templo masón (Gustavo Gavotti)
Templo masón (Gustavo Gavotti)

Una de esas medidas fue abrir durante La Noche de los Museos el templo de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, la sede central de la masonería en nuestro país. Ubicada en Perón 1242 desde 1872, es un lugar increíble lleno de bibliotecas y salas de reunión donde suceden las "tenidas", es decir, las sesiones de discusión de los miembros de la logia.

Quienes recorran el templo durante La Noche podrán ver en las paredes imágenes de antiguos Gran Maestres o figuras importantes de su historia. Lo que no verán, sin embargo, son las fotos o los nombres de algunos de esos personajes famosos de la Argentina que, aunque no siempre se supo, también fueron masones.

Empecemos.

Los próceres y los presidentes.

Ya dijimos el nombre de San Martín. También Belgrano, Sarmiento, Bartolomé Mitre… El número de masones que fueron presidentes es alto: Rivadavia, Pellegrini, Quintana, Justo José de Urquiza (de quien luego hablaremos), Figueroa Alcorta, Victorino de la Plaza, Roque Sáenz Peña, Hipólito Yrigoyen. En Chile por ejemplo, Salvador Allende también lo era.

Pero el misterio principal es uno solo: ¿Perón era masón? Según un texto de Cristián Rodrigo Iturralde, no hay evidencia concreta de que haya sido masón pero no estaba tan lejos de serlo. Sostienen distintos historiadores que dio declaraciones que coqueteaban con la masonería. Cuanto menos, les ofrecía su amistad.

"Perón tuvo ministros masones en los tres gobiernos (…) Aparentemente, a Perón se lo incorpora en la masonería regular en España y en 1974 muere como maestro masón", dijo Nicolás Breglia (ex Gran Maestre de la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones), a Iturralde.

(Gustavo Gavotti)
(Gustavo Gavotti)

El palacio secretamente masón

Quien visita Entre Ríos por primera vez va de manera ineludible al Palacio San José, la ya mítica residencia de Justo José de Urquiza. Lo que muchos no saben -sobre todo los chicos que visitan el Palacio en sus viajes de estudios-, es que muchos de los símbolos que cuelgan de las paredes son secretamente masones. Las columnas de la galería por caso parecieran ser simples elementos arquitectónicos, pero en la simbología masónica las columnas tienen un significado ligado al conocimiento.

Lo que no se sabe, básicamente, es que Justo José de Urquiza fue uno de los masones más célebres, además de haber sido militar, político, y finalmente gobernador de Entre Ríos y Presidente de la Confederación Argentina entre 1854 y 1860.

Según los registros, se inició como masón en 1847. Sería la influencia de la logia la que lo impulsó a orientar su gestión hacia la educación, la construcción de escuelas, teatros y aparición de periódicos. Llegó al máximo nivel dentro de la masonería, es decir, fue grado 33.

Boca – River, la masonería en la historia del superclásico

Tomás Liberti, tío de Antonio Liberti, figura en los registros de la masonería argentina. Los dos fueron masones, pero de algún modo representan bandos opuestos. Tomás, originario de Génova, era un fabricante de soda célebre del barrio de La Boca que en 1884 participó de la creación de los Bomberos Voluntarios del barrio, tal como cuenta Ezequiel Fernandez Moores. ¿Quién es Antonio Liberti en cambio? Básicamente, uno de los dirigentes más importantes de la historia de River. Antonio fue presidente del equipo millonario durante 20 años y su importancia es tal que el estadio Monumental lleva su nombre: Estadio Antonio Vespucio Liberti. Según cuentan, la banda roja podría estar inspirada en la simbología masónica, ya que así era una antigua banda que usaban los maestros masones.

El club de la ribera también tiene su masón célebre: Carlos Wilson. Nació en 1912 y jugó en Boca en 1936 y 1937. Como jugador no llegó muy lejos (después se fue a Lanús y después a Remedios de Escalada, donde surgió), pero como masón sí: fue Gran Maestre por tres períodos.

La literatura, el arte y la historieta

En el arte no faltaron "hermanos". Manuel García Ferré fue uno de ellos. Creador de personajes como Hijitus, Anteojito o Larguirucho, los registros indican que se inició en la Logia Floridablanca. Sin embargo, en sus últimos años no habría participado de tenidas. Murió el 28 de marzo de 2013, pero sus personajes quedaron para siempre. ¿Hay algún signo masónico en los episodios de Hijitus? Difícil saberlo pero como en todo lo que respecta a la logia, es un misterio.

¿Borges era masón? Nada lo indica. Sin embargo, uno de los poetas que más lo inspiró en sus primeros años (al punto de titular un libro con su nombre), sí lo era. Se trata de Evaristo Carriego. Su obra puede leerse en clave masónica: en 1908 publicó Misas Herejes. ¿Qué relación tiene con la logia? Es sabido que el culto masón al intelecto rechaza de algún modo la religión. Carriego se habría iniciado en 1906 en la Logia Esperanza. En esa misma se inició también el famosísimo dramaturgo Florencio Sánchez. No escribió Mi hermano el Masón sino M'hijo el Dotor, pero ahí estaba, tal vez, la tensión entre la visión del mundo con eje en el conocimiento y la otra, esa que podríamos llamar simplemente no masona.

 
 
 
Guardar