"¿Hay algún otro evento más?", pregunta una chica de veintipico. Está con varias amigas y se la nota perdida, descolocada, aunque gratamente sorprendida por la cantidad de gente. "Nos dijeron que iban a ser quince personas nada más", comenta y sonríe. Estamos en el CCK, en la Cúpula y, evidentemente, hay más de quince personas. El lugar se sigue llenando. Pasadas las 20:30, de repente, las luces bajan.
Basado en Hechos Reales (BaHR) es un festival de literatura. Aunque la definición no es esa exactamente, sino: festival de no ficción. Esto engloba una serie de géneros que parten desde el periodismo para, con las herramientas de la literatura, contar una realidad. Desde la crónica hasta la investigación, esa zona donde existe un compromiso con los acontecimiento que efectivamente sucedieron.
Victoria Rodriguez Lacrouts, una de las organizadoras y en representación de todo el equipo, fue la encargada de dar el discurso inaugural. "Llamar la atención sobre la crisis del periodismo, es hacer. Por eso hacemos esta segunda edición del Festival", dijo y la sucedieron aplausos. Muchos aplausos.
En primera fila, el ministro de Cultura de la Ciudad Enrique Avogadro junto a la escritora —y también organizadora del BaHR— Luciana Mantero. También, el director del CCK Gustavo Mozzi, el escritor suizo Sacha Batthyany, el director editorial del Grupo Planeta Ignacio Iraola, el editor Daniel Divinsky, la periodista británica Christina Lamb y distintos autores argentinos como Ricardo Romero, Erika Holversen, Fernando Noy, Alejandro Grimson, Lucila Schonfeld, Martín Sivak y Ana Wajszczuk.
Tras los aplausos, avanzó el silencio y las luces se apagaron. Sólo quedó la pantalla, allá, al fondo, con el logo del festival. Entonces apareció el rostro de Elena Poniatowska. Desde el patio de su casa en la colonia Chimalistac, al sur de la Ciudad de México, esta escritora y activista mexicana nacida en Francia —autora de La noche de Tlatelolco, entre tantos otros— le concedió una entrevista exclusiva al festival. Se la realizó su colega y coterránea Cecilia González y hablaron de todo.
"Cuando me inicié en el periodismo usted no había nacido. Nadie había nacido", comenzó diciendo con una ironía jocosa que mantuvo durante todo el reportaje. Tiene unos 86 lúcidos años.
Dijo también: "Algo que me halaga, me gratifica mucho y me hace feliz es que entraron muchas mujeres. Siento que las mujeres han sido más honradas que los hombres". Se refirió a los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa que aún permanecen desaparecidos desde 2014: "En la democracia nunca avanzamos porque nunca pudimos saber quiénes son los asesinos. Es una masacre y es al igual que el ´68. ¿Y los culpables dónde están?"
Declarada feminista desde siempre, Poniatowska rectificó su posición y desdramatizó el #MeToo. Si bien celebró que suceda un repudio masivo a los casos de abuso sexual en Hollywood, opinó que "terminó siendo un choteo". Asimismo, comentó que se siente más cercana a lo planteado por el manifiesto de Catherine Deneuve, Ingrid Caven, Brigitte Sy, Catherine Millet y otras artistas e intelectuales. "Siempre me jaló más lo francés que lo gringo", comentó con una enorme sonrisa en su boca.
Por último, lecturas. ¿Qué sería de un festival de literatura —literatura de no ficción, en este caso— sin las lecturas? La cantante Cecilia Pahl y el periodista Diego Iglesias alternaron textos clásicos acompañados por el piano de Diego Schissi. Así, el público dio varias vueltas al mundo: desde la Rusia Soviética hasta la industria del porno, sin escalas, entre otros destinos exóticos. El último fue un pasaje de Operación Masacre de Rodolfo Walsh, que cerró, en las palabras de Iglesias, con una frase irremovible del periodismo narrativo argentino: "Hay un fusilado que vive".
Tras los aplausos, se encendieron las luces y la Cúpula comenzó a vaciarse. Algunos aprovecharon para sacarse selfies, otros para conversar luego de mucho tiempo sin verse. Hubo un brindis para festejar esta segunda edición del BaHR. Luego, más pronto que tarde, todos terminaron bajando los nueve pisos por ascensor y se perdieron en la noche porteña.
Afuera hace frío y los colectivos pasan apurados. Poca gente en la calle —noctámbulos y desfavorecidos— viendo cómo la ciudad se repliega sobre sí misma, hasta que salga el sol. Es la realidad. Alguien, en algún lugar, la está escribiendo.
* Basado en Hechos Reales
Hasta el sábado 3 de noviembre
CCK – Sarmiento 151 – CABA
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