En los rankings de bestsellers ahora mandan las mujeres

¿Quién dijo que el mundo está hecho por y para los hombres? Si el sexismo ya no está tan enquistado, ya no actúa como una fuerza hermética imposible de penetrar, es porque las mujeres se infiltraron entre sus grietas para decir, al fin, acá estamos. Y, efectivamente, acá están: entre otros lugares, en la literatura. Es sabido que las mujeres son las que más compran libros. Lo que ahora sabemos es que también son las que más venden.

Las últimas semanas, la predominancia de las mujeres entre los libros más vendidos se hizo notable. Hablamos del ranking de los bestsellers que publica semanalmente el Grupo Ilhsa, que incluye la librería El Ateneo y la cadena Yenny. Del 2 al 8 de octubre, en lo que se refiere a libros de ficción, los primeros siete fueron todos escritos por mujeres.

El primero, Aquí hay dragones. La historia de Diana 1 de Florencia Bonelli; el segundo, Quién no, libro de cuentos de Claudia Piñeiro; tercero Zafiros en la piel de Viviana Rivero; cuarto Kentukis de Samanta Schweblin; quinto Errantes de Florencia Etcheves; sexto Las hijas del capitán de la española María Dueñas; y séptimo El cuento de la criada de Margaret Atwood. Las dos semanas siguientes se colaron en el listado Haruki Murakami y Jorge Fernández Díaz pero la tendencia se mantuvo: las mujeres siguieron liderando.

Y en cuanto al ranking general —ese que ya no distingue entre ficción, no ficción, juvenil, infantil—, los cuatro libros más vendidos son los de Bonelli, Rivero, Piñeiro y Dueñas. Todas mujeres. ¿Cambio de época, movida de marketing o casualidad puramente literaria?

"La primera impresión fue: mucha alegría, mucha emoción. Uno durante mucho tiempo está escribiendo, poniéndole tiempo, trabajo intelectual, el deseo de que la historia quede bien contada, y enterarse que a la gente le interesa leer lo que uno escribió es súper reconfortante. Además, las que están en el ranking son mujeres que admiro muchísimo. Y que los cinco primeros libros estén escritos por mujeres argentinas hace que sea una triple alegría", dice Florencia Etcheves y agrega: "En los últimos tiempos se dejó de creer que las mujeres solamente leen a mujeres, y que los varones leen solamente varones. Un varón puede interesarse por una historia escrita por una mujer y eso es fascinante. Leer una buena historia es lo importante; no tanto quién la escribió."

"Entrás a una librería y la oferta es sumamente jugosa —continúa la autora de Errantes—, te llama la atención la tapa de un libro, leés la sinopsis en la contratapa y ahí seguramente decidís si llevártelo o no. No creo que importe de qué sexo o género es quien escribe la historia. Escribimos para hombres y para mujeres por igual. Siempre hubo un prurito acerca de que las mujeres escriben y leen novelas románticas, y los varones también pueden interesarse por una buena historia de amor. Yo creo que la literatura es la literatura, la historia es la historia."

Claudia Piñeiro, por su parte, marca que "éste justo es un mes en el que las editoriales publicaron a muchas mujeres y probablemente tenga que ver con el Día de la Madre, o alguna otra decisión editorial. Además, por ejemplo, está el libro de Samanta Swcheblin, que es para un lector muy sofisticado y también popular, y quizás podría tener que ver con que ella justo vino a la Argentina en estos días. También habría que ver cuántos libros de hombres salieron este mes. Pero es cierto que las mujeres están mucho más exhibidas que en otro momento, tienen más voz en el medio. Mucha gente me dice que me empezó a leer desde que me vio en el Congreso o en la Feria del Libro."

"Yo quisiera llegar a un punto en que no importe si somos mujeres o varones los que estamos vendiendo. Pero como las mujeres estuvimos mucho tiempo invisibilizadas, esto es importante. Es una lucha que todavía está siendo dada, la de la representación. Por ejemplo, que en una mesa donde se debate sobre el aborto no haya mujeres. Esa es una lucha que llevará su tiempo. Pero sinceramente espero que un día no hablemos más de esto, de quién escribió el libro, si es hombre o mujer, sino qué tan buena o tan mala es la novela que está en el ranking", comenta la autora de Quién no.

"En octubre básicamente la publicación se dirige al Día de la Madre. Con la crisis, el Día de la Madre se convierte en un día importante a nivel facturación. En el medio se ha publicado el nuevo libro de Samanta Schweblin, por ejemplo, que es una de las mejores escritoras de la Argentina. Pero independiente de esto, hay una calidad literaria", sentencia Ignacio Iraola, director editorial del Grupo Planeta en el Cono Sur. "Desde Silvina Ocampo hasta acá, Argentina posee una cultura de escritoras muy importante. No es una sorpresa el ranking que vemos. Tiene que ver con una cuestión de empoderamiento, y tiene que ver con una idea de potenciar a las mujeres también", agrega.

Valeria Fernández Naya, gerenta de marketing de Penguin Random House, comenta que "actualmente más de la mitad de los libros que se encuentran en ranking, el top ten de librerías, son escritos por y para mujeres. Son autoras que no solo narran historias sobre mujeres sino que levantan la voz sobre muchos temas que se callaron durante años. Las mesas de las librerías cuentan con exhibiciones destacadas de estos libros, tanto de ficción como de no ficción y les asignan un espacio que también evidencia la demanda de los lectores. Además, la lucha por la igualdad llevada adelante por las mujeres desde hace años es hoy un valor ineludible y fundamental. La literatura debe formar parte activa de este cambio".

Por último, Viviana Rivero cuenta que a la lista de los más vendidos la "estaba esperando. O sea, estoy mal acostumbrada porque cuando sale un libro mío se queda varias semanas en el ranking. Es una alegría, la verdad. Uno también tiene el miedo porque espera la respuesta de los lectores. Yo creo que la forma de escribir es como la letra. Difícilmente uno la puede cambiar. Te pueden decir que es muy inclinada, que escribas más derecho. Eso lo podés cambiar unas páginas, pero ya después no. Cuando uno escribe, escribe. Es lo que uno tiene, no hay mucho más".

"Ésto ya ha pasado. Ya he estado en el ranking con muchas mujeres. Es casi como una tendencia. Demuestra que las mujeres se han metido decididamente en las letras", dice la autora de Zafiros en la piel y concluye: "En este momento la mujer tiene mucho para decir. Es un espacio muy grande el que se le ha abierto, como una gran ventana. Tiene el espacio para hablar y mucha gente esperando para oírla. Y los que tenemos una voz, como las escritoras, estamos preparadas".

Efectivamente, es una tendencia. ¿Y qué magnitud tiene? Aún no podemos cuantificarla porque continúa creciendo. Por ejemplo, este año los representantes nacionales en la Feria del Libro de Frankfurt fueron cuatro mujeres: Gabriela Cabezón Cámara, Carla Maliandi, Vera Giaconi y Ariana Harwicz. En el mundo sucede algo similar. Es la hora de las mujeres, dijo hace poco Alan Pauls. Eso significa muchas cosas: que el sexismo podrá patalear pero ya hay algo imponente enfrente. Luego, la calidad literaria será otra discusión, pero las ventas dicen que, ahora, las más leídas en Argentina son mujeres. Y esa evidencia es incuestionable.

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