La Feria del Libro de Frankfurt, el evento editorial más importante de la industria del libro del mundo, es testigo del cambio. La literatura escrita por mujeres tuvo, por mérito propio, un espacio destacado y, a su vez, despertó el interés de editoriales de todas partes del planeta.
Infobae Cultura dialogó con diferentes participantes del encuentro, de autoras y editoras a funcionarios, quienes revelaron que además hubo un interés muy grande hacia los autores lationamericanos, aunque el foco principal estuvo puesto en ellas.
La Feria del Libro de Frankfurt es el evento comercial más significativo por que allí, en la ciudad que vio nacer a Goethe, representantes de editoriales, compañías de publicidad y de multimedia de todo el globo acuden para negociar derechos publicitarios así como cláusulas de licencia. Es una feria que tienen el foco en el intercambio comercial, donde se compran los derechos de gran parte de los títulos que se publicarán al año siguiente en Europa.
La Feria del Libro de Buenos Aires, por ejemplo, es un encuentro mixto, esto signfica que tiene asignados días para lo comercial, cerrados al público en general, y luego, durante casi tres semanas, se abre para todos. En Frankfurt, los asistentes son personas relacionadas a la industria, que conocen al detalle los andamiajes y los fenómenos que se están produciendo.
El stand argentino, de 128 metros cuadrados, tenía como gran escenario el emblemático Partenón de los Libros Prohibidos, de Marta Minujín, y a su vez reunía la figura de algunas de las autoras más reconocidas del país como Liliana Bodoc, Silvina Ocampo, Sara Gallardo, Alejandra Pizarnik, María Elena Walsh y Olga Orozco, entre otras. Además, se exhibieron unos doscientos títulos de narrativa, literatura infantil, ensayos y poesía pertenecientes a unos 120 sellos editoriales.
Sobre la literatura escrita por mujeres
En esta edición, Argentina armó un espacio dedicado especialmente a la promoción de las obras escritas por mujeres y las representantes fueron autoras jóvenes, con un nivel alto de reconocimiento de la crítica y el público lector, de esas que el mercado llama emergentes, como Gabriela Cabezón Cámara, Ariana Harwicz, Carla Maliandi y Vera Giaconi.
Allí, el viernes participaron de la mesa redonda Mujeres que narran mujeres, en el stand argentino; mientras que el sábado lo hicieron Las traducciones y traiciones. Además de las presentaciones en la feria, las escritoras participaron de diferentes charlas en la Universidad Goethe de Frankfurt y la Universidad de Colonia.
Mariano Roca, coordinador de Promoción y Difusión de la Literatura, dependiente de la Secretaría de Cultura de la Nación, comentó a Infobae Cultura: "Si bien nosotros fuimos con stan dedicado a las autoras argentinas, hubo un interés muy grande, una muy buena repercusión por las escritoras que llevamos. En los últimos años creció mucho el espacio para las autoras en las editoriales y creo que se lo han ganado también. Tengo la sensación de que hay un mayor interés por sus propias temáticas".
Por su parte, Harwicz, autora La débil mental (Mardulce, 2014) y Precoz (Mardulce, 2015) y Matate, amor (Mardulce, 2012) -por el que obtuvo una importantísima nominación al prestigioso premio británico Man Booker 2018, que terminó obteniendo la norilandesa Anna Burns– comentó que ésta, su segunda participación en la feria, la sorprendió porque "hubo un enorme cambio" desde hace tres años.
"En el 2015 todavía no estaba tan en primer lugar la literatura hecha y escrita por mujeres. No me gusta decir 'literatura feminista' o 'escritura feminista' porque en mi caso no es necesariamente así, porque no considero que esté militando en la escritura, pero sí es cierto que hace tres años estábamos más invisibilizadas", dijo a Infobae Cultura.
"En cambio ahora ha habido realmente un cambio, los movimientos sociales, el #MeToo, #NiUnaMenos y todo lo que está sucediendo a nivel social en todos los países. Me impresionó cómo se traslada a la literatura, al arte en general tal vez, pero es cierto que hay mucho interés editorial por la escritura hecha por mujeres tanto en Francia, España, Argentina o EE.UU., hay un cambio a nivel mundial. No cualquier mujer o cualquier literatura y tampoco creo que se esté sesgando o poniendo en un gueto a los hombres, pero sí que las mujeres tienen un rol más protagónico", agregó Harwicz.
En ese sentido, Cabezón Cámara (1968) sostuvo que fue "muy notable la presencia de autoras, tanto en las mesas del Frankfurt Pavillion, que era el espacio central para los autores en la Feria, como en los stands".
Ana Ojeda, autora y editora de Planeta, asistipo a la Frankfurter Buchmesse como fellow, es decir, para formar parte del programa que arranca diez días antes de la feria y pone en contacto a 16 editores de todo el mundo y les presenta el mercado del libro alemán, a través de entrevistas con editores y personalidades del mundo del libro.
A Infobae Cultura Ojeda celebró que "el stand argentino giró en torno de las autoras", aunque aclaró que todavía "falta mucho camino por recorrer": "Creo que es un reflejo de las luchas feministas que se están dando en nuestro país. Esta visibilización de la labor de las escritoras es reparadora pero, de todas formas, falta mucho camino por recorrer. Pensemos que la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires de este año todavía tenía mesas de 'literatura femenina', tipo gueto de leprosas, como dice Fernanda García Lao, en sintonía con el argumento nefasto mil veces repetido de 'escribe bien para ser mujer'".
¿Un segundo boom?
Para Harwicz todo cambió, en lo pesonal, luego de la nominación al Man Booker, ya que eso le abrió las puertas a la traducciones en diferentes idiomas, como el árabe, el turco, el croata, el alemán, el francés, el rumano y Georgiano, entre otros: "Eso me posicionó y me hizo observar los fenómenos literarios desde otro lugar, con otra conciencia de los cruces lingüísticos".
Con respecto a un hipotético segundo Boom Latinoamericano, la autora radicada en Francia explicó: "Es un 'boom boom'. Después del boom de los sesenta, con todos esos grandes autores como García Márquez, Cortázar y Vargas Llosa. Esos grandes de mármol están, pero hoy se habla de un segundo boom, pero de mujeres. Y si bien para mí eso es muy discutible, he constatado que en muchos países de culturas y realidades políticas y económicas muy distintas, como es Europa, hay ese interés por la literatura latinoamericana o cierta literatura de mujeres. Se ve en las publicaciones o en la presencia de mujeres, por ejemplo en el Man Booker, o tantos otros premios. Lo sentí, está como el hombre más perdido, este fue un año muy crucial para que estemos ahí".
Roca, coordinador de Promoción y Difusión de la Literatura de la Nación, comentó que "en varias charlas se hablaba del Segundo Boom, con todas las particularidad que lo hacen diferente al primero. Por ejemplo, en el Pavilion se organizaron diálogos de literatura iberoamericana y el público, que es muy entendido, llenaba las salas y ese tema salía una y otra vez. La literatura lationamericana está generando mucho interés, especialmente las autoras más reconocidas como Schweblin, Enríquez y la propia Cabezón Cámara, entre otras. En los cuatro días que duró la feria el tema estaba en el aire".
Por su parte, Cabezón Cámara no considera que se esté produciendo un segundo Boom: "No creo que sea así, el primero fue un evento enorme de mercado fabricado básicamente por una agente, Carmen Balcells. Hoy no tenemos ni a la agente, ni, creo, semejante evento de mercado. Tampoco el mundo es el mismo ni la figura del escritor ni la del intelectual".
"Sí creo que es indudable que por lo menos en lo que respecta a nuestra literatura es que hubo una emergencia muy importante de autoras y que esas autoras tienen presencia internacional. En algunos casos, estoy pensando en Samanta Schweblin, Mariana Enríquez y Selva Almada, mucha presencia", dijo a Infobae Cultura la autora de La Virgen Cabeza (Eterna Cadencia, 2009) y Las aventuras de la China Iron (Literatura Random House), entre otros.
La editora Ojeda se encuentra en la misma línea, al considerar que el "Segundo Boom" es en realidad un interés por la literatura argentina por una cuestión de prestigio, más que un fenómeno de ventas: "Tanto en Alemania como en cualquier otra parte del mundo el interés de los editores es publicar textos que les seducen y quieren compartir con sus lectores".
"En Alemania, por ejemplo, Matthes und Seitz tradujo a César Aira y lo publicó en volúmenes con exquisita tapa dura; Berenberg Verlag es otra editorial que está haciendo una extraordinaria labor de traducción de autores argentines (Selva Almada, Félix Bruzzone, entre otres). En Europa, creo, y también en Norteamérica, está bastante instalada la idea de que Argentina es cuna de una literatura muy interesante, personal, de autor. De ahí a un boom, creo que hay una distancia. Lo mismo que del reconocimiento de la calidad a la potencialidades de venta, son dos cosas diferentes que no van necesariamente de la mano".
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