Ligia Piro: "Canto lo que quiero cantar y eso es un símbolo de libertad muy grande"

La cantante presenta "Love", su nuevo disco de jazz, y el octavo de su carrera.

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Su ser es la unión de los talentosos Susana Rinaldi y Osvaldo Piro. Como no podría ser de otra manera —o quizás sí, si la magia del arte no hubiera hecho de las suyas con su voz— Ligia heredó el don de la música a la que simplemente describe como "libertad".

En diálogo con Infobae Cultura, en la intimidad del bello bar del Teatro Picadero, habló sobre su octavo disco con aires negros   —el primero de su colección que nació en formato digital—, de lo que la inspiró a grabarlo, de los proyectos y de sus sensaciones.

“En las redes me escribieron: ‘¡Qué suerte que volviste al jazz!’… ¡Es como que sintieron un abandono como publico!” (Gustavo Gavotti)
“En las redes me escribieron: ‘¡Qué suerte que volviste al jazz!’… ¡Es como que sintieron un abandono como publico!” (Gustavo Gavotti)

Escuchar el disco Love, el último trabajo de Ligia Piro, es un viaje al pasado. A las calles sin cemento de la Nueva Orleans de los años 20´s, a los músicos que vestían jardineros de jeans sobre una camisa blanca arremangada y que contoneaban sus cuerpos e inclinaban las cabezas para elevar sus trompetas o saxofones… Nos lleva, también, a esas voces de raíces africanas que cantaban sus desvelos y hacían de la música su expresión, pero que tan celosos velaban los hombres. Hasta que llegó la primera voz de mujer… Hacía falta este disco.

El álbum abre con una exquisita versión de I'm beginning to see the lightde, una composición del genial Edward Kennedy "Duke" Ellington que inmortalizaron Ella Fitzgerald y Frank Sinatra en los años 60´s. Siguen clásicos como Fly me to the moon,  The thrill is gone y Shape of my hearty, y otros nueve temas.

—¿Cómo nace este proyecto llamado Love, un nuevo CD de jazz que también tiene algo de soul?

—Fue una idea para entrar a grabar nuevamente después de un tiempo que no grababa en estudio. Yo quise grabar jazz; tenía ganas de hacer de vuelta un disco jazzero, pero en realidad después se va desvirtuando cuando uno empieza a elegir el repertorio… Me pasa muy a menudo que de pronto estoy escuchando cosas que no tienen tanto que ver con el jazz, entonces ahí dije:  "Bueno, por lo menos respetemos el idioma. ¡No dejemos de hacer estos temas que también están buenos!" Yo quería hacer el tema de Emi Winehouse (Love is the losing game) y quería ponerlo acá, era la oportunidad. Como el de Sting y el blues The thrills is gone, que quería grabarlo. No me pongo tan obsesiva con respetar a raja tabla el género, pero en definitiva es un disco de jazz.

—Cuánto tiempo lleva pensar y producir un disco, sobre todo como este…

Lleva tiempo la pre producción. Toda la parte anterior es elegir el repertorio y llamar a la gente que va a participar cuando el repertorio está armado. Se define cuántos temas van a ser, no más de tantos porque a mi no me gusta los discos muy largos; prefiero ser muy estudiosa con cada canción y armar un disco corto, que para mi son 15 temas. En este caso vuelven a quedar 13, entonces, parece que tuviera una cosa de numerología porque mi primer disco de jazz fue "Trece canciones de amor", a propósito porque había nacido mi primer hijo un día 13, entonces dije: "Bueno, para desmitificar esta cosa del 13 como número de mala suerte a partir de hoy pasa a ser un numero maravilloso" y apareció ese disco. Y, casualmente, para esta vuelta eran 14 temas y uno quedó afuera ¡y volvieron a ser trece! —se ríe— ¡Hay que jugarle al 13!—bromea—.

“Yo vinilos he escuchado cuando era muy chica y de pronto fui de la generación del CD y ahora saber que este disco va a ser un vinilo ¡está buenísimo!”.  (Gustavo Gavotti)
“Yo vinilos he escuchado cuando era muy chica y de pronto fui de la generación del CD y ahora saber que este disco va a ser un vinilo ¡está buenísimo!”.  (Gustavo Gavotti)

Para este álbum —del quedó afuera Blackbird, de The Beatles— Ligia eligió a los músicos y cantantes invitados, y hasta imaginó a cada uno en cada tema. Incluso había decidido que si no se daba con alguno de ellos los grabaría sola. "Cuando pienso las cosas de una manera si no se llega a dar no va a ser de otra; no iba a ser otra persona la que reemplace esa idea. Lo hubiera cantado sola, como en los shows".

Los elegidos para Love fueron Lito Vitale, piano en Shape of my heartKevin Johansen, voz en Ain't No Sunshine; Débora Dixon, voz en The thrill is gone, Ricardo Lew, guitarra en Love for sale y Juan Cruz de Urquiza, flugelhorn en Dienda.

—Quería grabar con Kevin por la voz que tiene, por la calidez al cantar y la forma de decir. Quería grabar con él el tema que grabé. Me gustaba la idea de que fuera un dúo, me gustaba que fuera una voz masculina y una femenina; lo había pensado así. Con Débora Dixon quise cantar el blues. Ella tiene una voz que me encanta y quería que el dúo femenino fuera con ella. Con Lito habíamos hecho una especie de "demo experimento" con distintas canciones y música, y había quedado la idea del tema de Sting que había hecho con piano y voz; y me había encantado. ¡Lito tiene una forma de tocar que a mi me encanta! Las notas, cómo armoniza… A mi me sirve para armar mis frases y es una forma de llevar la canción a un lugar donde a mi me gusta y me completa.

Ligia cuenta que esto mismo le pasa con Ricardo Lew y Juan Cruz de Urquiza, que son, además de grandes artistas, sus afectos. "Son para mi grandes amigos dentro de la música y me hace bien compartir con la gente quiero y artistas que respeto. Esta cosa de poder juntarnos en una grabación, no importa de quién sea, sino que se trata de hacer esto, que hoy es este disco"

“El disco es una obra que uno entrega, que uno suelta y que queda en la historia musical del interprete, y eso es impagable”.

Entre la era digital y el vinilo

Tapa del álbum ” Love” (Nora Lezano)
Tapa del álbum ” Love” (Nora Lezano)

Love salió a la venta digital un mes antes de que saliera en CD, ese formato que desplazó al cassette, pero que no venció de todo al vinilo. Es el primero de su autoría (es productora independiente) que ingresa a la plataforma de reproducción online. Y ella, que se considera más "antigua", aceptó el desafío del milenio.

—¿Cómo fue "ver nacer" Love en formato digital?

—Yo soy más antigua. Yo estoy esperando que salga y verlo ahí. ¡Quiero verlo! Con el packaging, con todo… —ríe— Tengo siete discos y este es el primero que entra en formato digital un mes antes de salir en las disquerías. Pero, eso es parte de la actualidad y hay que seguirlo; y está bien ¡yo no puedo irme de eso! Creo que este disco va a tener su vinilo también, entonces, es doble la emoción… Yo vinilos he escuchado cuando era muy chica y de pronto fui de la generación del CD y ahora saber que este disco va a ser un vinilo ¡está buenísimo! Es como sorprenderme mi misma con tanto cambio. Lo digital tiene algo muy agradable que es la devolución inmediata del público.

—Y en la era digital, justamente, esa devolución e interacción inmediata con el publico se da a través de las redes ¿las seguís?

—¡Si! Las redes sociales son otra cosa que beneficia a todo lo que es subir un disco una plataforma digital. El que lo escuchó tiene la posibilidad de darte su evolución inmediatamente y que por suerte y agradablemente son todas buenas, son palabras bellas de mucha gente que me escribió también hablándome del género. Me escribieron: "¡Qué suerte que volviste al jazz!"… Es como que sintieron un abandono como publico —sonríe— ¡Es que nunca me fui, en realidad! Porque en los shows siempre hago de todo… Tengo cosas que me gustan y creo que no voy a dejar de cantarlas nunca; no puedo no cantar en mi idioma. Necesito escucharme cantar en mi idioma  y brindarle  a la gente otro tipo de canciones que estén por ahí más familiarizados al escuchar.

Collage familiar: Ligia junto a sus padres, Susana Rinaldi y Osvaldo Piro. (Redes)
Collage familiar: Ligia junto a sus padres, Susana Rinaldi y Osvaldo Piro. (Redes)

—Hablando de estar familiarizados… Tenés música en tus genes y el tango es parte de tu familia ¿cómo te llevás con él? ¿Te gustaría grabar un disco de tango, quizás, con un Osvaldo Piro?

—He trabajado con mi papá como invitada. Son momentos muy únicos y que yo disfruto mucho. Creo que no lo podré hacer habitualmente, no sería mi manera mi forma de vida, creo que no… ¡Creo que no, no! ¡Definitivamente no!—se ríe— Con mi madre tampoco. El tango me llega de muy chica, pero lo empiezo a entender de grande, como le pasa a todos. Hay que vivir mucha vida y saber de qué hablan esas poesías tan profundas, tan enormes. Siento que hay un emparentamiento, siempre lo digo, entre el jazz y el tango desde la lírica hasta lo armónico: se tocan esas dos músicas, se tocan todo el tiempo, son familiares. No sé por qué —busca la respuesta y responde— Porque vienen a los puertos las dos, porque llegan a lugares siempre prohibidos, porque estaban prohibidas para la mujer… Estaba mal visto que la mujer lo cante, lo toque y lo baile y mucho tiempo después entra la voz femenina en todo esto. Esa cosa de emparentamiento hace que yo vivencie el tango de otra manera. Soy muy fanática de los valses. Lo que más me gusta dentro del tango es el tango canción y los valses que hablan de la época de los abuelos y de los bisabuelos, del piano, la casa y la cosa familiar, el amor, la carta… Todo eso me transporta a un lugar supuestamente romántico, melancólico, como creo que soy yo; en parte. Y me agrada y me agrada cantarlo. Cuando tengo ganas canto alguno.

Todos los jueves de octubre cantará “Love” en el Teatro Picadero.

Ligia Piro también es actriz: se formó en la escuela de Teatro de Agustín Alezzo y comenzó su carrera artística combinando el teatro y el canto. Por eso al momento de subir al escenario a interpretar un tema es inevitable que también componga un personaje.

"La canción es simplemente contar una historia y estar contando algo desde mi, como intérprete, o contar lo que le pasó otro y que esa historia para vos forme parte de un recuerdo o de algo que da ganas de escuchar… Todo eso tiene un principio y un final, hay que ponerse en el papel de ese texto y esa canción para transmitirla. Me parece que es ahí donde aparece la actriz".

Ligia cuenta que se aproxima una nueva presentación en el Teatro Pícadero y que esas presentaciones le gustan la intimidad que la sala propone porque ahí se siente "muy a gusto". Esa familiaridad lograda con los años de presentaciones se nota: nombra a cada una de las personas que la acompañan en cada concierto, desde los arreglos de los temas, sus músicos, su manager hasta el iluminador y el sonidista, a todos los nombra y de ellos destaca: "Trabajan con el mismo placer que yo y eso es movilizante; me pone mucho las pilas porque es lo que necesita un artista independiente".

“La canción es simplemente contar una historia”

Mientras la media tarde cae y se inicia la hora pico, el cielo nublado de Buenos Aires logra que la temperatura descienda un poco. Un cartel colgado se mueve al compás del viento. Por el pasaje que recuerda a los viejos adoquines pasan pocas personas, pero a 50 metros las bocinas se quejan para anunciar que es la hora del regreso a casa.

—Hace unos meses entrevisté a Osvaldo Piro durante un ensayo por los 70 años de la Orquesta Juan de Dios Filiberto, con la que varias veces cantaste, y me gustaría escuchar tu respuesta a la misma pregunta: ¿Qué representa  para vos la música?

La música para mí significa libertad y cantar mucho más. Pero la música es lo más libre que yo siento que tengo a mano, es lo que creo que me salvó de muchas cosas, creo que me acompaña en momentos diferentes. Tengo la libertad de elegir la música que quiere escuchar y escuchar todo; y canto de todo… Canto lo que quiero cantar y eso es un símbolo de libertad muy grande.

Finalizada la entrevista Ligia no se va de inmediato, y eso también habla de ella. Las bocinas siguen con sus retos, la gente de afuera empieza a poblar la peatonal que esconde al Picadero, pero con el café ya frío en la mesa redonda ella se queda conversando de teatro, expone sus pensamientos sobre distintos momentos de la historia argentina. Luego saluda amablemente y se retira.

Detrás queda un cartel colgado con la tapa en blanco y negro de Love que compartirá con quienes vayan a escucharla —y ver sus bellos ojos oscuros— todos los jueves de octubre a 22:15 horas en el Teatro Picadero, Pasaje Santos Discépolo 1857.

Ligia Piro en vivo

Esta fue la presentación de Love en el Teatro Coliseo, el 16 de Junio de 2018.

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