El boca a boca es un arma poderosa y, cuando ayuda a la generación de un éxito merecido, una bendición. Tal es el caso de El hombre que perdió su sombra, la obra dirigida a un público infantil, que se pone en el teatro Cervantes y que acaba de anunciar que agotó las entradas para sus funciones de miércoles a domingo de esta última semana de vacaciones de invierno, pero que continuará en agosto durante los fines de semana. ¿Los motivos? Una historia inquietante, un malvado de película, una destreza física actoral deslumbrante y artilugios técnicos de gran belleza. Además de las risas, muchas risas.
Basada en la novela La maravillosa historia de Peter Schlemihl, escrita por Adelbert von Chamisso -un poeta y botánico alemán que vivió entre 1781 y 1838- cuenta la historia de un hombre que, debido a su inferioridad social, decide vender su sombra a un extraño Hombre de Gris a cambio de una fortuna incesante, con la que puede comprar su propio palacio.
Sin embargo, pronto descubre que la ausencia de su sombra le impide relacionarse con sus semejantes, que le temen y escapan a su contacto, y que por esa razón también se aleja de su amada. Peter desea recuperar su sombra y el malvadísimo Hombre de Gris le solicitará una serie de pruebas alrededor del mundo. Von Chamisso, en su rol de botánico, había recorrido el mundo y escrito sobre sus viajes. Publicó la novela en 1813, y fue un éxito instantáneo.
Sebastián Godoy, que interpreta a El Hombre de Gris -caracterizado por un traje de plumas de ese color y un maquillaje acorde- se encuentra rodeado de niños que quieren sacarse la foto con el malo de la película. "No teníamos idea de que se iba a convertir en este fenómeno -dice a Infobae Cultura en el hall del Teatro Cervantes, donde los actores y músicos se ponen a disposición de los espectadores para conversar con ellos y saludarlos-. Tal vez les guste tanto el personaje malvado porque, ¿a qué chico no lo fascinan esos seres?". Tiene razón: rodeado de una multitud, los niños están embelesados.
"Los actores se empiezan a preparar con el maquillaje con más de una hora de antelación -cuenta Johanna Wilhelm, una de las directoras junto a Eleonora Comelli-. Los actores que interpretan las sombras están todos maquillados con un negro azabache y la preparación de esos personajes tarda".
–También hay una destreza física puesta en juego muy potente.
-Claro. Detrás de la tela del escenario tienen que realizar los mismos movimientos en coordinación con los que están en el escenario, pero sin verlos.
–¡Ah! Pensé que eran filmaciones previas.
-No, no. Lo hacen ahí, de manera simultánea.
–¿Las retroproyecciones tampoco son filmaciones?
-No, las hacemos Gisella Cukier y yo en vivo.
Una aclaración: el retroproyector es un aparato que imprime las imágenes que se posan sobre su base cameral y que son representadas en la tela del escenario, como dibujos animados muy antiguos y de gran hermosura y dinamismo.
Las canciones son pegadizas y son cantadas por el público o acompañadas con las palmas. Además de que son interpretadas por Axel Kryger y Alejandro Terán a un costado del escenario. Se trata de una obra maravillosa.
Señor, señora, no sea tímido. Si quiere pasar un rato muy lindo, tome de la mano a su hijo, hija, sobrino o sobrina o a cualquier niño que encuentre por ahí y vaya al Cervantes a ver El hombre que perdió su sombra. Dicen las críticas que es una obra para los más chicos, pero en realidad se trata de un acto teatral muy disfrutable por todo público.
*El hombre que perdió su sombra. Teatro Nacional Cervantes. Libertad 815.
Sábados y domingos 15 hs.
En vacaciones de invierno de miércoles a domingo 15 hs.
Entrada: $ 150,00 / $ 110,00.
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