Durante toda la semana que dura la Bienal Internacional de Escultura del Chaco, el público entrevista a los escultores como si fueran celebrities, les pide autógrafos, se saca fotos con ellos, les trae regalos, les ceba mate y hasta les entrega distinciones.
Resistencia debe ser probablemente la única ciudad en la cual uno de los personajes más populares es un escultor. "Fabriciano", como llaman todos simplemente a Fabriciano Gómez, el presidente de la Fundación Urunday y alma máter de la Bienal, es una verdadera celebrity en su provincia. Con más de 50 años de escultor y 30 de organizar certámenes a cielo abierto en su ciudad, ha logrado hacer de este arte un sello distintivo de Resistencia y algo de los que todos se sienten un poco dueños.
Este año, como la Bienal cumple los 30, compiten por un Gran Premio de Honor los ganadores de las anteriores ediciones. Son siete escultores originarios de Argentina, Bolivia, Colombia, Alemania, Polonia, China y Francia. En paralelo, hay otras competencias, como la de los estudiantes de Bellas Artes que culminó el jueves, además de artistas invitados, talleres, charlas, conciertos, sesiona la Academia Nacional de Bellas Artes y el 2° Congreso Internacional de Artes "Límites y Fronteras".
Al mismo tiempo, tienen lugar una feria de artesanos de todo el país, actividades para niños, espectáculos de acrobacia, danza y teatro. De Carmina Burana al Conventillo de la Paloma, de Nito Mestre a Marta Minujin, de la alta competencia internacional a los mini-escultores de 4 a 12 años, la oferta cultural de la Bienal es de lo más variada y convoca a toda clase de público. El año pasado 380.000 personas la visitaron. Este año seguramente se superará esa cifra.
Los organizadores se ocupan de que la ciudad entera les dé la bienvenida tanto a los artistas en competición, como a los jurados, los invitados, los periodistas. Los restaurantes los agasajan con comidas regionales, la clásica Peña Nativa Martín Fierro les ofrece una cena con espectáculo folclórico y, lo principal, el público interactúa permanentemente con artistas e invitados.
Todo transcurre en un predio junto al Río Negro, especialmente acondicionado desde que la Plaza 25 de Mayo, escenario de las primeras bienales, resultó demasiado chica para albergarlas. Allí, al aire libre, con gazebos montados de urgencia cada vez que la lluvia amenaza, los escultores trabajan todos juntos en un espacio a la vista del público.
"El escultor trabajará en un espacio a cielo abierto y lo hará bajo cualquier circunstancia climática", dice el reglamento de la Bienal que hasta estipula el horario que deben cumplir. Y si un participante "termina la obra antes de lo previsto como finalización", debe "permanecer en el predio del concurso hasta el último día y asistir al acto de entrega de premios".
El reglamento no lo explicita, pero otra "obligación" de los escultores es interactuar con el público. Lo cumplen con creces; más aun, la mayoría de ellos considera que ese es el mejor valor agregado de la Bienal.
Mientras conversa con Infobae, el boliviano León Saavedra Geuer ve venir a un grupo de alumnos de escuela y se adelanta: "¿Me quieren entrevistar? Bueno, pero graben porque si es escrito va a demorar mucho…" Y se dispone a responder con paciencia.
"Lo mejor de esta Bienal tal vez no sea tanto el concurso en sí como el público. Los organizadores son admirables, pero el público ayuda tantísimo", dice.
En cuanto a cómo se vive esto de trabajar bajo reglamento y contrarreloj, el ganador de la Bienal 2002 dice: "Si pensamos que lo hacemos una vez al año, es genial. De lo contrario sería matador. Somos siete artistas aquí y se genera una energía colectiva muy fuerte que hace que lo que normalmente toma seis meses lo hacemos en una semana".
"Palpito que ya todos ganamos por estar aquí", dice a pocas horas del cierre del concurso, cuyo ganador será anunciado este sábado a las 19 horas en el acto de clausura, que es también el del lanzamiento de la Bienal 2020.
Thierry Ferreira representa a Francia en este certamen. Pero este artista consagrado, ganador de la Bienal 2014, es un hombre de dos culturas. Nacido en Francia de padres portugueses emigrados a ese país, se casó con una portuguesa y hoy reside en el país de sus antepasados.
"Es condicionante sin duda trabajar así -responde a la pregunta de Infobae– pero si se piensa un poco, todo puede ser condicionante: el taller, el tiempo, el espacio, todo lleva a vivir y trabajar en ciertas condiciones. Sin duda prefiero trabajar en mi atelier pero esto es un desafío".
Para Ferreira, que ha participado en una decena de concursos de este tipo, la Bienal del Chaco tiene dos particularidades: "Lo realmente interesante aquí en Resistencia es haber mezclado o asociado el concurso con todo los demás sectores de actividad: el artesanado, las empresas, el haber podido englobar a todos. Y el segundo hecho destacable es haber implantado las estatuas en la ciudad. París seguramente tiene más estatuas que Resistencia, pero son históricas, no hay nada contemporáneo".
A pocos metros de allí, otra atracción son las esculturas en arena de Alejandro Arce, que ya se están convirtiendo en una clásico: "Es la 4a Bienal de la que participo", dice este artista visual, docente en la UNA y creador de animaciones para Pakapaka entre otras cosas.
"La arena siempre apasiona; yo empecé jugando con mis hijos que me pedían que hiciera animales. Un día compacté la arena y me dije este material está bueno; empecé a hacer un animal, luego series".
Este año, el tema elegido por Arce es "Animales de El Impenetrable", el denso monte chaqueño. El trabajo le insumió 50 toneladas de arena y empezó cuatro días antes de la inauguración de la Bienal.
"Esto es un bloque de arena compactado que se talla como si fuese piedra -explica señalando cada uno de los animales de la serie-. No es que voy agregando arena sino que tallo la arena. Por eso, si se cae o rompe una oreja por ejemplo, no se puede reparar."
Para que las tallas duren, por lo menos hasta el final de la muestra, la arena debe ser regada y cubierta en caso de lluvia.
¿No le da pena que sus animales desaparezcan luego? "Realmente tengo la sensación de que el hecho de que se lo lleve la naturaleza me da espacio y oportunidad para hacer nuevas -responde-. Siento alivio. Retener cosas no es el camino. El camino es el momento de hacerlas".
Una novedad de este año fueron los mini-escultores: talleres para chicos de 4 a 12 años que organizó Quique Gurevich. La iniciativa fue de la legislatura chaqueña; un proyecto que unió a integrantes de diferentes bloques. Los chicos que participaron se inscribieron previamente y recibieron luego un diploma firmado por Fabriciano Gómez. "La idea es que la experiencia no termine con esta Bienal: vamos a darle continuidad a estos talleres llevándolos a los distintos barrios de Resistencia. Quién sabe este sea un semillero de futuros artistas…", dijo a Infobae Carlos Barrios, uno de los integrantes del equipo que organizó el Taller de Miniescultores.
En paralelo, la Academia Nacional de Bellas Artes tiene su sesión plenaria este viernes y sábado en el recinto de la Cámara de Diputados de la provincia. Una novedad. Uno de los temas de sus deliberaciones será justamente el fenómeno de las esculturas en Resistencia.
También tuvo lugar en Resistencia en esta semana el Segundo Congreso Internacional de Artes "Límites y Fronteras", que duró tres jornadas. Su finalidad es, en palabras de los organizadores, "crear un espacio de intercambio y discusión entre docentes, investigadores, artistas, estudiantes y gestores culturales, acerca de las intersecciones de los lenguajes de las artes, los límites entre teoría y práctica y la construcción de miradas transdisciplinares en los abordajes reflexivos y la configuración de experiencias artísticas".
Alejandro Mareco es un periodista del diario cordobés La Voz del Interior que cubre las bienales de Resistencia desde 1989. En un artículo en el que habla de su emoción al volver, evoca "la belleza que sucede a orillas del Río Negro: todo forma parte de ella, los artistas, los apasionados de la Fundación Urunday, el pueblo del Chaco y el alma de la ciudad de Resistencia". Nada sería posible, dice, "si faltara alguno de esos ingredientes".
En la recepción que el gobernador chaqueño Domingo Peppo ofreció a los escultores, Fabriciano agradeció al gobierno por "creer en un proyecto que hace trascender a los pueblos porque estamos trabajando hoy, modelando una ciudad para disfrutarla mañana".
"Esto es una escuela", había dicho Fabriciano Gómez en la entrevista con Infobae.
Coincidió con él, el artista mexicano Ramón Morales Rossi, uno de los miembros del jurado del Gran Premio de Honor: "Son muchas emociones e imágenes que van juntas en este lugar maravilloso que es el Chaco. Una gran escuela en la que todos estamos aprendiendo."
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