Chaco y la escultura: "Esto es una escuela, hay más de 640 obras en la calle y la gente no las daña"

Lo dice a Infobae Fabriciano Gómez, alma máter de la Bienal 2018, un certamen de escultura a cielo abierto de prestigio internacional, que esta semana cumple 30 años y lo celebra con un Gran Premio de Honor entre los ganadores de los encuentros previos

(Desde Resistencia).- "Treinta años en cultura no es nada; en estas tres décadas, estuvimos sembrando la semilla, ahora empezamos a sentir el aroma, a consumir el fruto", dice Fabriciano Gómez, presidente de la Fundación Urunday, responsable, junto con el Gobierno de la Provincia del Chaco, de la organización de este concurso internacional de escultura que ya es imagen de marca de la provincia y en especial de su capital, Resistencia, una ciudad sembrada de obras de arte.

Inaugurado el 14 de julio, concluye el sábado 21 con la entrega de premios. Actualmente, siete escultores consagrados, ganadores de las bienales previas, trabajan contrarreloj a la vista del público. Los artistas en competencia son originarios de Alemania, Francia, Argentina, Bolivia, China, Colombia y Polonia.

Fabriciano Gómez ya era un escultor consagrado cuando tuvo la idea replicar en su ciudad una experiencia que había vivido en varios países de Europa donde residió por 8 años.

Así nació, en 1988, la Bienal de Esculturas de Resistencia, como un concurso de talla en madera en la plaza central de la ciudad y a la vista del público. El éxito fue tal que poco después el evento se abrió a la competencia internacional y hoy es una verdadera institución.

"En Europa participé en más de 50 encuentros de este tipo. Yo estaba muy bien allá, pero siempre pensaba 'esto hay que hacerlo en el Chaco, en la plaza de Resistencia'. Y finalmente volví por eso. Ya había hecho todo lo que me propuse en Europa. Representé a Argentina en la Bienal de Venecia, fui Medalla de Oro , expuse en París en el Grand-Palais y gané un concurso internacional de escultura de nieve…", dice Fabriciano Gómez, recordando cómo empezó todo.

La plaza de Resistencia fue quedando chica y actualmente el certamen se realiza en un predio junto al río y va acompañado de una impresionantes serie de actividades culturales paralelas -otros certámenes, congresos, exposiciones, recitales, teatro-, para expertos y aficionados, y para todas las edades.

En la oficina de la Fundación Urunday, junto al predio donde suenan las amoladoras y las motosierras y el aire se va llenando del polvo que desprende el mármol, Fabriciano Gómez contó a Infobae algunos de los secretos de este éxito cultural.

— ¿Cómo seleccionan a los artistas que participan del certamen?

Normalmente, a las 24 horas de terminada una Bienal, automáticamente sube a la web el formulario de inscripción y el reglamento. Estamos hablando de algo que ya está preparado tres meses antes de que finalice una Bienal. En este momento ya se están imprimiendo los afiches de la próxima bienal.

— ¿Cuándo es el cierre de este concurso?

El sábado a las 19 horas, puntual, esté quién esté, así le digo al Gobernador…

— ¿Cuánta gente se inscribe?

Se inscriben normalmente entre 180 y 220 escultores del mundo; de los cuales una vez cerrada la inscripción, se hace una selección desde aquí, desde Resistencia, de 50 escultores. El año que viene las esculturas serán en acero inoxidable, sonoras y con movimiento.

— ¿Este año cuál es el material?

Esta vez eligieron los participantes el material porque se trata de un concurso especial. Si no, o es de madera, o es de mármol… La Bienal 2018 será con sonido y movimiento. Y la elección del acero inoxidable es por el mantenimiento. Por ejemplo, en los Mundiales de Fútbol, se construyen grandes estadios y luego a veces los desarman o se empiezan a deteriorar, y se convierten en elefantes blancos; no queremos que pase eso. La próxima Bienal entonces será de acero inoxidable y el jurado estará compuesto de dos escultores, de un ingeniero especialista en ese material, de un arquitecto paisajista y de un crítico de arte.

— ¿Qué pasa luego de la selección de los 50 artistas?

Mandamos la lista de 50 artistas con una grilla de puntaje a tres escultores del mundo y ellos califican. Los candidatos tienen que enviar un verdadero dossier, y su proyecto en un formato especial que lo muestre desde ocho ángulos distintos. Seleccionamos doce, diez y dos suplentes por si alguno no pudiera venir. Como pasó este año; pero no podía haber suplentes porque los competidores son los ganadores de las anteriores bienales.

— ¿Cómo toman los escultores el hecho de tener que trabajar con un reglamento tan estricto, cumpiendo horario, llueva, truene o queme el sol?

Ellos aceptan todo, no los dejamos pensar, que sólo estén entregados a su proyecto. Uno tiene que ser muy apasionado porque trabajar bajo la lluvia… yo he participado en muchos concursos de escultura en nieve con 30° bajo cero, trabajando 24 horas continuas, parece imposible, pensemos que un freezer normal tiene 5° bajo cero. Si yo aguanté eso… ese es mi espíritu. Yo tengo 57 años de escultor y he trabajado en muchos materiales.

— Eso de un chaqueño ganando un concurso de escultura en hielo, suena por lo menos curioso…

Fue en Noruega en el año 1992. Y sí, cuando algún argentino pasaba por ahí, no podía creer que éramos chaqueños. Éramos un equipo de tres trabajando con 30 grados bajo cero. Para mí la materia nieve fue la más desafiante, la más bella aunque físicamente me haya destruido el cuerpo.

Gigantografías de los concursantes de la Bienal: el alemán Tobel, el argentino Raúl “Pájaro” Gómez y el boliviano León Saavedra Geuer

— Entonces, si aguantó usted, pueden aguantar los concursantes…

Son muy respetuosos. ¿Y por qué yo no me canso de decir que esta es la bienal más importante del mundo de escultura a cielo abierto? Es porque el 60% de la obra se lo hace el comité organizador a través de la tecnología.

— ¿Cómo sería eso?

Ellos tienen que montar su proyecto en un formato que pide el ingeniero que es el que va a cortar el material. ¿Por qué les damos es a posibilidad a los escultores? Porque en 8 días es imposible hacer un corte tan perfecto como lo hace un laser. El escultor en este espacio no puede hacer una curva que tenga dos o tres metros de diámetro y eso no modifica el espíritu de un concurso porque eso es lo mismo que (Césra) Pelli, el arquitecto, él hace el proyecto, después están sus ayudantes…Nosotros hacemos lo mismo; lo que nos interesa es la propuesta porque como son culturas tan diferentes tratamos de que ellos plasmen fielmente su idea.

El escultor chino Qian Sihua fue el ganador de la Bienal 2016

— De 200 inscriptos a seleccionar diez…

Sí, pero una inscripción de 150 a 200 artistas permite hacer una muy buena selección y también hay diversidad en los jurados, porque buscamos que sean escultores que tengan experiencia en acero inoxidable, si ese es el material, o si la bienal es de mármol, buscamos jurados que sean maestros en el mármol.

— La madera fue el material original.

La madera duró cinco años, pero la madera está siempre, porque tenemos invitados que trabajan en madera por un lado y, por otro lado, una de las actividades más importantes de esta Bienal, y de las últimas seis, es convocar a alumnos de escuelas o institutos de arte de todo el país para que participen en el Premio Desafío En 48 horas tienen que hacer una escultura.

— Empezó el martes, ¿termina hoy entonces?

Sí, este jueves a las 11 de la mañana y a las 18 es la entrega de premios. Digo que es el segundo punto importante de la Bienal porque convocar a los alumnos es pensar en el futuro. Esos alumnos pueden tomar contacto con escultores de diferentes lugares del mundo, eso enriquece su esencia técnica y probablemente también su vocabulario. Es un privilegio para esos alumnos, estamos abriendo puertas. Y además les damos un curso de seguridad por un lado y de manejo de motosierra.

El predio donde trabajan los artistas hasta después de la caída del sol…

— Piensan en todo…

Sí, a los participantes hasta les preguntamos si son celíacos, diabéticos…es para ahorrarnos problemas. Esto es la experiencia de 30 años, No es casualidad que esta sea una de las pocas instituciones culturales de Latinoamérica que está bajo las normas IRAM, tanto la Fundación como la Bienal. ¿Por qué lo asevero? Porque son dos generaciones de público que ha sido testigo de la Bienal. Y son privilegiados porque están aquí hablando de arte, en una provincia que tiene muchas necesidades y sin embargo tenemos más de 640 esculturas en las calles y no se las toca, no se las daña; hay incluso pequeñas obras en cerámica, pequeños bronces… a veces les ponemos una caja de vidrio, y vemos la reacción. Lo primero que haría la gente de este planeta es tratar de romper el vidrio y sin embargo acá no sucede y hace 5 ó 6 años que están esas esculturas.

— Es educación…

Sí, esto es una escuela. En el mundo de la escultura esta es una muestra muy reconocida. Todos se preguntan cómo pueden hacer para participar de Chaco.

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