Cuando era adolescente, Fiona Sze-Lorrain dejó Singapur, el país donde nació y se crió. "Aparte de algunos recuerdos de la infancia que valoro mucho, no califico como nativa de ese centro financiero competitivo y de alto rendimiento", dice con más ironía que resentimiento.
Vivió mucho tiempo en Francia, es esa nacionalidad la que adoptó, aunque también tuvo una larga estadía en Estados Unidos, lugar donde se publican principalmente sus libros: escribe en inglés y traduce del francés y del chino. Y es… por decirlo de algún modo… un bicho raro. Primero, porque escribe a mano. Segundo, porque no usa teléfono smartphone. Tercero, ella misma lo dirá: "Como parte de nuestro compromiso de vivir de manera ecológica, ni mi esposo ni yo conducimos. Jamás".
Publicó los libros de poesía The Ruined Elegance (Princeton University Press, 2016), Invisible Eye (2015), My Funeral Gondola (Mãnoa Books, 2013) y Water the Moon (2010). Hoy, de visita en Buenos Aires, esta poeta, traductora literaria, editora y música nacida en 1980, reflexiona sobre la literatura, la vida en la ciudad y el mundo como una constelación impredecible. "La poesía consiste en bajar el ritmo y sentir la palabra", dice con firmeza.
Quien trajo a Fiona Sze-Lorrain a la Argentina fue el Malba. Su nuevo programa, Residencia de Escritores (REM) —que se desarrollará en un antiguo edificio de la calle Paraguay, en el barrio de Palermo—, tiene como objetivo financiar la estadía de escritores extranjeros durante cinco semanas en Buenos Aires. En octubre vendrá la española Mercedes Cebrián. La convocatoria fue lanzada en octubre del año pasado: los inscriptos fueron 470, de 35 países. Junto con Ediciones Ampersand (partner institucional de la REM) se organizarán diferentes actividades en el Malba y en Casa Cavia.
Un comité honorario —John M. Coetzee, Luis Chitarroni, M. Soledad Costantini, Ofelia Grande y Luisa Valenzuela— seleccionó a esta singapurense. Aquí, su objetivo está puesto en investigar en profundidad la obra de Alejandra Pizarnik y Silvina Ocampo, dos poetas que influenciaron su obra. También estará concentrado en averiguar cuándo caló en nuestra cultura Mark Strand, el escritor estadounidense fallecido en 2014.
Se topó con la obra de Pizarnik y Ocampo desde el francés y el italiano. Pero el verdadero aprecio lo sintió cuando las leyó en inglés. De Pizarnik, le atraen "la austeridad lingüística y la crudeza emocional", y quiere ir más allá, según sus propias palabras, del "mito biográfico y su imagen comercial". Pareciera conocer, no sólo su obra, sino también el manto con que la figura de esta poeta maldita ha sido envuelta. Respecto de Ocampo, contó: "Conocí su obra hace tiempo. Yo tenía dieciocho años y llevaba un diario. En un pequeño sótano de Edmonton (Alberta, Canadá), soñé con visitar Villa Ocampo". En esta estadía seguramente cumplirá ese sueño.
Respecto a la identidad fragmentaria de Sze-Lorrain, su experiencia es la de un exilio contemporáneo, "de una trans/interculturalidad", dice, porque "se filtra en mi sensibilidad lingüística y en mi imaginación poética, pero no puedo cuantificar ni saber exactamente de qué modo".
"Mis orígenes son bastante internacionales —continúa—, un híbrido, y no se pueden encasillar. Ojalá pudiera decir que tout est magnifique (todo es hermoso), pero no es así… Además de Francia, Estados Unidos y Asia, viví y trabajé en Canadá, Gran Bretaña, Italia y Alemania. No me siento desarraigada, o al menos por ahora: tengo un hogar y, cuando tengo suerte, tal vez puedo asistir a algún evento de poesía o espectáculo musical. Soy consciente de que para algunas personas es difícil mirar más allá de las apariencias, por inconsciente o banal que sea la discriminación".
Sabe de la riqueza cultural que hay aquí, en Argentina, entonces trata de no perderse nada, aunque sabe que es imposible: "Si tuviera el tiempo y la energía, estaría dispuesta a dar un concierto de arpa zheng en Buenos Aires. Me gustaría saber más sobre los compositores de tango (dos de mis piezas recientes para guzheng son adaptaciones de Piazzolla) y la dramaturgia argentina".
"Me gustaría descubrir los monumentos y la historia arquitectónica de Buenos Aires. También tengo ganas de ver la escena de la moda y la gastronomía locales. Espero aprender muchas recetas y quisiera probar una variedad de comidas y postres populares argentinos. Soy del tamaño de un gorrión y me preocupa la idea de cenar después de las nueve. Pero no es muy mala idea enamorarse de una ciudad de noche, así que no me importa dormir poco", concluye con su fina ironía y una curiosidad que, a medida que pasan los días, crecerá y crecerá. No es para menos.
* Lectura: historia secreta de mi biblioteca
Encuentro con Fiona Sze-Lorrain
Jueves 28 de junio a las 19 horas
Biblioteca de Ampersand – Casa Cavia
Cavia 2985 – CABA
Para asistir, escribir a: info@edicionesampersand.com
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