Murió Antonio Pujía, el gran escultor que convirtió a la cera de abejas en arte

Lo anunció su familia a través de Facebook. El artista, que llegó al país a los 7 años desde Italia, se convirtió en un “maestro” de la técnica de la escultura a la encaustica. Expuso en numerosos museos y galerías del país y del exterior. En 2016, impulsó la iniciativa de refundar la Escuela de la Cárcova, un ícono de educación del arte a nivel estatal

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Antonio Pujía, un maestro de la escultura
Antonio Pujía, un maestro de la escultura

El escultor Antonio Pujía falleció el último sábado por la tarde a los 88 años y fue enterrado hoy en el Jardín de Paz, informó su círculo familiar a través de la red social Facebook.

Pujia era considerado un referente local de la encaustica, una técnica ancestral que aglutinaba la cera de abejas, aplicada a la la realización de la escultura.

"Queridos amigos, hoy me dirijo a ustedes para comunicarles una triste noticia. Antonio falleció esta tarde", escribió su hijo Sandro Pujía en referencia al último sábado en la red social, donde desde entonces los seguidores, alumnos y colegas, comparten sus condolencias, muestras de cariño y fotografías en las que están junto a su "maestro".

Pujía, en lo que fue su estudio
Pujía, en lo que fue su estudio

Nacido en 1929 en Italia pero instalado en la Argentina desde los siete, Pujía se dedicó a la escultura desde los 14 años y estudió en la Escuela de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón.

Entre 1956 y 1970 estuvo a cargo del taller de escultura escenográfica del Teatro Colón y en el medio, en 1965, tuvo su primera exposición en la galería Witcomb, una de las primeras de Buenos Aires.

A partir de ahí expuso sus obras en numerosos museos y galerías del país y también del exterior y recibió muchas distinciones como el Primer Premio en el Salón Nacional de Artes Plásticas Manuel Belgrano y en el Fondo Nacional de las Artes "Augusto Palanza" o la Bienal Alberto Lagos.

Entre sus obras más destacadas, figuran la obra Pareja de bañistas y las series Los niños de Biafra (1970) en la que se inspira en las famosas imágenes de niños desnutridos de ese país y toma posición social frente a la devastación, y Martín Fierro, también de la misma época, en las cuales vuelve a reflejar la miseria de la destrucción junto a su pasión por la Argentina.

Como testimonio de su compromiso, en 2016 impulsó la iniciativa de refundar la Escuela de la Cárcova, un ícono de educación del arte a nivel estatal que fue ejemplo y sinónimo de prestigio en todo el mundo y que, tras un proceso de vaciamiento en los 90, cerró sus puertas definitivamente como institución educativa de grado en los primeros años del 2000.

Fuente: Télam

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