Juan Archibaldo Lanús, abogado (UBA), Doctor en Letras (Sorbona), diplomático con infinitos destinos en todo el mundo y medallas conferidas sólo a los grandes, ha escrito un libro admirable. Título de apenas dos palabras (Saber Ser, Ed. El Ateneo), esa economía verbal plantea el mayor de los enigmas humanos: cómo vivir, buscar la felicidad, y adaptarse a los asombrosos cambios tecnológicos sin traicionar al alma.
En 370 páginas, compendio de una larga vida y de viajero por obligación y lector por pasión, aborda temas eternos y enriquece sus propias reflexiones con citas y ejemplos de grandes personajes de todos los tiempos: más de 350 que, aunque lúcidamente insertados en el texto general, bien podrían ser un libro paralelo.
Advertencia: no confundir Saber Ser con un oportunista manual de autoayuda… que sólo ayuda al autor y sus ventas.
Juan Archibaldo Lanús ha puesto en esas páginas, para siempre, su vasta y refinada cultura de bibliotecas y mundos. Por lo tanto, no es aventurado juzgarlas como apasionantes e imprescindibles.
Aquí, algunos ejemplos capaces de despertar ciertas nobles ansias…
"La mitad del tiempo navegamos sumergidos como anfibios y la otra mitad con la cabeza fuera del agua. Algunos interpretan que el oxígeno del aire y el del agua son una misma cosa. Así, el ser humano debe asumir su doble condición de un ser espiritual y de un ser social: una difícil convivencia porque, con demasiada frecuencia, la música de un mismo pentagrama se baila a ritmos diferentes"
"El descubrimiento de la Tierra –que en tiempos modernos es investigada por la ciencia con aparatos maravillosos– fue un proceso lento y aleatorio, impulsado por mitos y cálculos estelares. En fin, fue una empresa que requirió el coraje de emprender largos viajes, sin tener la certitud de no correr hacia un probable derrotero. Esta aventura fue acompañada por leyendas que imponían límites y extravagancias, como los mapas de la Edad Media, en los que al borde del océano podía leerse: "más allá de aquí, los dragones". El principal obstáculo no era la ignorancia sino la ilusión de creer saber".
"Sin que nos percatemos, cada acto de nuestra vida está marcado por el tiempo, por las noches y los días, por las horas, y también por los proyectos y los recuerdos de lo que sucedió. Los documentos y las formalidades llevan estampada la fecha, los pasos del protocolo se miden en el tiempo, la marcha triunfal que llega con sus trofeos tiene su cronología, la memoria de la música queda en el registro del pentagrama, la historia de un amor feliz perdura en el recuerdo: nada se libera del tiempo".
"La Iglesia católica nunca condenó expresamente a la astrología. En este sentido fue elocuente la respuesta del santo Tomás de Aquino a la cuestión de si los cuerpos celestes ejercen sobre los cuerpos una acción indirectamente y por sí mismos (…) pero no actúan sino indirectamente y por accidente sobre las fuerzas del alma que animan las fuerzas corporales"
(Suma teológica)
"El Nuevo Mundo suscita desmesura. Perturba la conciencia del mundo europeo. Allí el delirio de la imaginación colma toda extravagancia: era un espacio anhelado. La literatura de los europeos se ocupa de los paisajes, plantas, animales y habitantes, descubriendo un cuadro idílico en América. Los humanistas oponen este paisaje a la realidad de la sociedad europea, que critican por ser corrupta y haber desertado de los principios morales. Muy pronto, América y Europa se convierten en la antítesis: la "inocencia" frente a la "corrupción". Así, la realidad americana opera en la conciencia de los hombres más cultos de Europa, abriendo las fronteras de sus pensamientos o el espacio de su fantasía".
"América sirve también para ser inventada. La nueva utopía sintetiza los ideales y la nostalgia del hombre occidental. En ese inacabable territorio de oro verde brotan alucinaciones que alimentan la voluntad de los hombres que arriesgaron todo para encontrar la vida, soportaron la peor intemperie, el hambre y los peligros, marchando a pie por tierras anegadas e impenetrables"
"La esencia del hombre está en lo que podemos llegar a ser. Fuimos como empezamos, devenimos lo que logramos. Avanzamos por los caminos de los sucesivos grados de conciencia. Nos guía la voluntad, no el azar. Quizás, una herencia secreta. Atesoramos energía de crecimiento en los planos físico, psicológico y mental, y que en todos nosotros se expresa desde que nacemos hasta que morimos. Estamos inacabados. Las leyes de la naturaleza no nos alcanzan para sobrevivir (…) El famoso sociólogo norteamericano Pitirin Sorokin afirma que los lazos de simpatía y amor, cuando son permanentes, brindan seguridad, orden social y estabilidad. No es posible, según él, conservar y consolidar el sentimiento de completitud en un mundo de violencia, de mentiras o de miedo" (La misteriosa energía del amor)
"El camino, que parece fácil a simple vista, no lo es. Depende de una voluntad perseverante, del desarrollo del espíritu, de la expansión de la cultura. ¡Nunca estar distraídos! La selva es peligrosa, como dice Marcela Miguens, para quien la evolución de la humanidad está ligada a la transformación de la conciencia. ¡Deberíamos conservar la inocencia de preguntar! "Poder aprender supone poder preguntar. Preguntar significa el querer saber" (Martin Heidegger, Introducción a la metafísica)
"Entre todos los discursos que llevamos inscriptos en la estructura psíquica hay dos que dibujan esa naturaleza humana descripta por Octavio Paz: el deseo de mejorar y las ansias de conocer el mundo. Se trata de fortalecer lo que podemos ser, alumbrar la luz que tenemos en nuestro interior, despertar, parir la energía que llevamos. Podríamos llamar a esta tarea con el término "educación". Se trata de pasar de un estadio a otro, de la oscuridad a la luz. De acuerdo con la etimología latina, educar significa "sacar lo que llevamos adentro". No en vano nos enseña Platón, en su diálogo Fedón, que "conocer es recordar".
"No podemos pedir racionalidad en los destinos. Helena, que es la causa de la desgracia de los griegos y troyanos, vive feliz sus mejores días en Esparta. En el caso de Antígona, sus convicciones y su coraje la conducen a la muerte. Esta es la tragedia: cuando el enemigo está dentro de sí mismo".
"Estoy convencido de que frente a las mutaciones políticas, tecnológicas y culturales que se avecinan, debemos aferrarnos con "uñas y dientes" –como decía Michel de Montaigne– a la defensa de la libertad, pues es lo único que nos permitirá transitar el camino hacia la plenitud, para poder ser y para lograr un "mejor vivir" como lo enseñaban las antiguas tradiciones de los pueblos originarios de América. Es la preservación de la libertad de pensar lo que impedirá que seamos dominados o sometidos a manipulaciones que nos desvíen de la meta de nuestra existencia, que es la felicidad. Un viejo proverbio medieval decía "No indignarse ni llorar, entender" ("Non flere, non indignaree, sed intelligere"). El futuro no es lo que va a pasar, sino lo que el hombre –mujeres y varones– sea capaz de hacer, de crear y de soñar".
Desafío. Leer una página por día. Pensar. Y al cabo de un año, preguntarse si este libro lo ha cambiado en algún sentido.
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