María Dueñas, de profesora a best seller: "Decir que escribo para mujeres es una simplifiación y un reduccionismo exagerado"

La autora española del boom editorial "El tiempo entre costuras" dialogó con Infobae Cultura en el marco de su visita la Feria del Libro de Buenos Aires en la que presenta su última obra, "Las Hijas del Capitán". Cómo se experiencia en las aulas la preparó para sus novelas y los prejuicios masculinos, en otros temas

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María Dueñas no soñaba con convertirse en escritora. Casada, madre de dos adolescentes, se desarrollaba en el ámbito académico como profesora de filología en inglés, en la Universidad de Murcia, España, hasta que una "suerte grandísima" la llevó a publicación de su ópera prima en 2009: El tiempo entre Costuras. La novela con tintes históricos se tradujo a 35 idiomas y luego fue adaptada a una serie televisiva,  lo que la convirtió en un boom editorial.

Con un cambio de carrera 'abrupto' sus  alumnos fueron sus primeros fans. "Mis antiguos alumnos se veían con un libro mío en las manos y me mandaban mensajes y no lo podían creer. De vez en cuando me los sigo encontrando por sitios de lo más insospechados o me escriben desde Facebook. Ahora me acaba de contactar un alumno desde Estados Unidos, que es profesor de  una universidad para felicitarme por mi última novela", comenta a Infobae Cultura la escritora española, que visita Buenos Aires en el marco de la Feria del Libro para presentar su última creación histórica: Las Hijas del Capitán.

Ya pasaron casi 8 años- 3 novelas: El Tiempo entre Costuras, La Templanza y Misión Olvido– desde aquel vertiginoso ascenso. Hoy, María Dueñas, confiesa que cuando notó que aquella primera obra iba camino a convertirse en un best seller, supo que había más historias por contar y que la vida académica dejaría de ser parte de su día a día.

-Usted se define como una escritora tardía. ¿No estaba en sus planes ser parte de mundo de la literatura?

-Fue algo que surgió, yo nunca tuve la ambición de convertirme en una escritora, pero es verdad que siempre he sido una buena lectora. Es verdad que siempre me he movido en el mundo de las humanidades, de las letras, no de la literatura en concreto. Yo soy más de la rama lingüística, pero llegó un momento en que mi carrera personal estaba más asentada y establecida, y tenía ganas de acometer algún proyecto ilusionante. Eso sí, sin pensar que eso me iba a llevar a cambiar de profesión radicalmente, como ocurrió después.

Los detalles históricos mezclados con personajes de ficción reflejan un trabajo detallado de documentación previa, algo que también puede leerse en El tiempo entre costuras. ¿Cree que ese es su sello distintivo a la hora de escribir?

-Intento no tener un sello distintivo que haga que todas mis novelas parecen cortadas por un patrón similar, que cada una tenga su personalidad. Pero es verdad que también hay algunos elementos recurrentes. Excepto en mi tercera novela La templanza, en la que el protagonista era un hombre, en las demás los protagonistas han sido mujeres. Me gusta sacarlas de su ecosistema, de su zona de confort y ponerlas un poco al borde del precipicio siempre para que avancen hacia derroteros insospechados y con ese punto tan elemental de contacto voy tramando historias totalmente distintas para cada una de ellas.

-Justamente a usted la literatura la corrió de su ecosistema, que era la universidad, para volcarla hacia el camino de la escritura

-Sí, pero mi vida se convulsionó menos que la de ellas. Es verdad que yo durante 20 años prácticamente me dedique a la vida académica y llegó un momento en el que empecé a escribir. Tuve la suerte de que conseguí publicar pronto mi primera novela El tiempo entre costuras y conseguir que los lectores quedarán encantados desde el principio. Fue una grandísima suerte. Entonces, muy pronto me vi en la coyuntura de que tuve que elegir hacia donde me inclinaba. Si me quedaba en la Universidad y la literatura era algo secundario o si asumía plenamente esta nueva dimensión y dejaba a un lado la universidad. Lo que tenía claro es que en paralelo no podía llevar las dos cosas.

-¿Encuentra similitudes entre ambas profesiones?

-Sí, yo creo que hay más similitudes de lo que puede parecer a simple vista. Ahora tengo mucho contacto con lectores, antes era con estudiantes, pero la acción de contar ante una audiencia cosas y que la otra parte te la absorba y recibir un feedback, eso sigo haciéndolo. La vida académica te exige muchas horas de trabajo solitario, que eso se ve menos desde adentro. Parece que estamos simplemente en las aulas pero no, lo que más hacemos es trabajar en nuestros proyectos y eso es un trabajo de encerrarte muchas horas, de consultar muchas fuentes, de trabajar con rigor y con dedicación, con reflexión. Todo eso lo he intentado traspasar a la literatura creativa, y además me ha sido de enorme utilidad todas esas rutinas, todas esas dinámicas, todas esas herramientas, todas esas estrategias, la verdad es que me han venido de maravilla.

-Debutó en el mundo de las letras con un best seller. ¿Para usted un best seller es una mala palabra?

No debería serlo. Best seller es una palabra estupenda que significa que se vende mucho pero hay veces que se usa, con un retintín peyorativo como que es un producto medio prefabricado para tener éxito y por lo tanto es carente de calidad literaria. Yo creo que eso es una perversión del término tremenda porque best seller significa que vende mucho independientemente de la calidad que tenga. Pueden haber excelentes obras literarias que vendan mucho y puede haber libros paupérrimos de calidad que también vendan mucho. No es un género el best seller, ni un adjetivo que sirva para calificar un género, un subgénero o un tipo de literatura en concreto.

María Dueñas- autora de ‘El Tiempo entre Costuras’, presentó su cuarta novela “Las Hijas del Capitán”
María Dueñas- autora de ‘El Tiempo entre Costuras’, presentó su cuarta novela “Las Hijas del Capitán”

-En sus cuatros novelas, excepto La Templanza, narra historias de mujeres. ¿Usted escribe para mujeres?

-Es verdad que me leen mucho más mujeres que hombres. Reconozco que a veces me molesta que digan que escribo para mujeres porque me parece que es una simplificación y un reduccionismo exagerad0, que no es una distribución justa. Parece que un hombre que escribe sobre un personaje masculino o cuya temática sea más vinculada al alma masculina se supone que escribe para hombres y para mujeres. En cambio, cuando las mujeres, con voz de mujer, canalizamos nuestra narrativa a través de personajes femeninos, automáticamente se nos encasilla como escritoras femeninas o escritoras para mujeres.

-¿Lo percibe machista ?

-A los escritores masculinos que escriben sobre personajes masculinos no se les suele preguntar si escriben sobre literatura viril, literatura varonil, ni nada por estilo. Ni las mujeres se cuestionan, no lo voy a leer porque esto es de machotes. Yo creo que en ese sentido las mujeres tenemos una mirada más amplia y leemos de todo, y los hombres son los que a veces tienen un prejuicio un poco trasnochado. Pero es cierto que los hombres que me leen al final se convierten en súper entusiastas y son los primeros que reconocen que tenían un prejuicio. Entonces lo que hace falta es que haya más hombres que se quiten el prejuicio.

-¿Su personajes siempre tienen una condición heroíca ?

-A mí me gusta escribir sobre personajes que hagan algo que se salga un poco de la rutina, de lo común y en ese sentido pueden verse implicadas en cuestión que precisan de valor, de ánimo y de arrojo. Sí que pueden resultar mujeres inspiradoras, mujeres fuertes pero tampoco es mi intención crear modelos de súper mujer, ni motivar a nadie a través de ellas. Quiero que sean un poco como somos los humanos, con momentos luminosos y con momentos muy oscuros, y con glorias y miserias y que tengan dudas y que tengan incertidumbres, y que tengan pesares y que tengan risas, como somos todos. Y yo creo que de esa manera sí que se establece esa relación de complicidad entre mis personajes y los lectores. Más allá de la trama y de la intriga y aventuras, desventuras que puede haber en la espina dorsal de la novela, en el hilo narrativo, ese hecho de dotarlos de una cierta carga de humanidad es lo que les hace que resulten más interesantes y más seductores para los lectores.

Actualmente, hay un boom con las series españolas. ¿Puede ser un buen complemento el uno del otro o compiten?

-Es un poco las dos cosas. Es verdad que las plataformas digitales son una tentación diaria para invertir el tiempo de ocio, de relax, de actividad enriquecedora que no sea el trabajo. Todas esas horas que la gente le dedicaba a la lectura ahora le dedican a las series, en ese sentido es una buena fuente para perder lectores. Por otro lado, ofrece, un trampolín para que las adaptaciones de novelas sean vistas en todo el mundo, con lo cual tiene su lado positivo y negativo. Lo cierto es que está tan instalado que no podemos luchar contra eso.

¿ Cree que Las hijas del Capitán podría convertirse en una serie audiovisual?

Puede ser en el futuro. Todavía no pensé en eso, el libro lleva menos de un mes de publicación en España y en Argentina apenas días. Lo que vamos a hacer ahora es La Templanza en serie otra vez por Antena 3 con una co-producción internacional. Voy a estar muy pendiente como lo hice con el Tiempo entre Costuras.

Las hijas del Capitán, resumido en palabras de su autora

"Las hijas del Capitán son las tres hijas de Emilio Arenas, un marinero del sur de España, de Málaga. Está media vida dando tumbos hasta decidió asentarse en Nueva York, donde puso una tienda de comida a la que llamó "El capitán", para la cual el reclama a sus hijas de España, con la intención que la familia se reunifique y todos colaboren a sacar este negocio adelante. Pero tienen la mala suerte de que al poco de llegar el padre fallece en un accidente y entre que se dirime si las van a indemnizar y quién va a llegar al pleito y de qué manera van a salir de ese escollo para volver (porque ellas lo que quieren siempre es volver) pues no tienen más opción que sobrevivir como buenamente pueden y reabren El Capitán, y se esfuerzan por sacarlo adelante. Al principio como casa de comidas y después intentando transformarlo en un night club. Y a lo largo de ese proceso de transformar el negocio es como va discurriendo la espina dorsal del libro. Van a entrar hombres en su vida, van a entrar amores, van a entrar personajes tóxicos que les pondrá zancadillas y las meterán en múltiples problemas, van a vivir experiencias de todo tipo, desde las más luminosas y optimistas hasta las más crudas y pesarosas. Y a lo largo de todo estos, vamos a ver como las hermanas a veces llevan derroteros distintos, cada una empieza a tener una envergadura como mujer independiente de las demás. A veces van a juntarse, otra vez para luchar por causas comunes y bueno, vamos a ir conociendo a las tres hijas del capitán, a Victoria, Mona y Luz y a ver cómo se transforman de unas jóvenes muy impetuosas y muy arrogantes en unas mujeres con más capacidad para determinar su destino".

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