La porteñolandia del cine se expande, según los cánones del cine internacional, de su centro hacia las provincias y hasta el Festival de Cannes – que se realizará del 8 al 19 de mayo. Así al menos parece luego de que entre los elegidos para participar del certamen más prestigioso del séptimo arte hayan dos tucumanos y un mendocino. Es como si la Batalla de Caseros hubiera llegado finalmente, y literalmente, a las pantallas.
El motoarrebatador es el film del tucumano Agustín Toscano, que ya había visitado Cannes en 2012 con el film Los dueños, realizado en coautoría con Ezequiel Radusky, pero esta es su primera oportunidad en la competencia oficial con una realización propia. "Se trata acerca de un motochorro que, cuando se da cuenta de que le robó a una persona de su propia clase social, entra en una crisis existencial", cuenta a Infobae Cultura el director tucumano. "La película transcurre en las periferias de Tucumán, en sus alrededores"
–¿Cuál es la reacción de los espectadores al ver sus propio paisaje como parte del film?
–Por ejemplo, cuando estrenamos Los dueños fue en una sala convencional, una multisala, y el dueño del cine tuvo que decirle al programador que la diera, pese a su oposición. Todas las entradas se vendieron inmediatamente. El dueño obligó a que se exhibiera dos semanas más. El miércoles a la hora de la siesta había cola para ver la película. Para nosotros, los tucumanos, ver en imágenes nuestro habla hacía que fuera como si fuera un Esperando la carroza, del norte.
Esa es la intención de esta película, que se introduce en los lugares subalternos de la provincia con más densidad poblacional del país. Un dato que no es menor a la hora de producir una cultura propia.
De esa provincia también se exhibirá en Cannes el corto La ausencia de Juana, de Pedro Ponce Uda. "Hay una frase de Walter Benjamin que dice que las generaciones presentes tienen responsabilidad frente a las posteriores y que no nos podemos hacer los tontos". El corto, que participará en el ámbito francés, cuenta el secuestro de una maestra durante el Operativo Independencia, que fue realizado en democracia bajo el gobierno de Isabel Perón.
"Hay una actualización de eso que queda como un vestigio de mi ciudad, de mi barrio -dice Ponce Uda-, que ha pasado y tomar esa historia chiquita donde vive la historia política y social más general es el objetivo. Los grandes relatos no se pueden contar, pero en estos relatos pequeños es como se transforma algo que va quedando no sólo para las personas que lo vivieron, sino para las que somos hoy y para las que vendrán".
Por su parte, el mendocino Alejandro Fadel filmó su película Muere, monstruo, muere en todas las regiones de su provincia natal. "Es un triángulo amoroso entre dos hombres y una mujer, en un paisaje cordillerano, que es mi provincia", dice Fadel a Infobae. "Todas las películas tienen un aspecto documental, dan cuenta de un territorio, de un tiempo, de cómo ver las cosas, ese aporte documental existe en toda ficción", señala.
En estos días iniciáticos del certamen más prestigioso del cine mundial, las imágenes y diálogos que tomarán una tonada diferente a la rioplatense harán visible un cine que no es sólo el de Buenos Aires. Hay cine más allá de esta ciudad. Alguna vez alguien dijo que el cine es más grande que la vida. También habría que remarcar que el cine es más grande que una nación.
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