Alberto Manguel pidió disculpas. Durante su presentación en la Feria del Libro de Bogotá, el director de la Biblioteca Nacional lamentó el espíritu del pabellón de Argentina, que tuvo un rol destacado durante todo el evento al ser el país Huésped de Honor.
"Pido disculpas en nombre de todos los argentinos por el vergonzoso escenario de un estadio de fútbol montado en una fiesta del libro; celebramos seguramente esos notables futbolistas Borges, Bioy Casares, Alejandra Pizarnik, Cortázar, desde el Martín Fierro en adelante… pero les pido de nuevo disculpas por ese gesto tan absurdo de populismo", dijo Manguel.
Argentina tuvo un espacio destacado en el encuentro. Bajo el lema "La literatura argentina sale a la cancha" se levantó un pabellón en un amplísimo espacio de 3.000 m². Sin embargo, el diseño del mismo, lejos de remitir a cuestiones literarias o al libro en general, tuvo su foco en el fútbol.
No solo la entrada hace alusión a un estadio del deporte más popular del país, en su interior, además, hay una cancha de fútbol, en la que el día de la inauguración el presidente de Colombia Juan Manuel Santos pateó unos penales junto al ministro argentino de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto. Es más, dentro del pabellón incluso hay un stand de un canal deportivo.
Argentina, como invitada de honor de la FILBO -que cierra sus puertas mañana- tuvo un papel preponderante y realizó una fuerte inversión no solo en el armado del espacio, sino también en la gran cantidad de autores: participaron 32 escritores, 30 editores y 30 artistas.
Uno de ellos fue Eduardo Sacheri, quien estuvo a cargo del discurso inaugural. También participaron, entre otros, Diego Golombek, Isol, María Teresa Andruetto, María Verónica Ramírez, Leopoldo Brizuela, Pablo De Santis, Sergio Olguín, Adela Basch, Silvia Molloy, María Sonia Cristoff, Arturo Carrera, Ivonne Bordelois, Martín Sivak, Andrés Neuman, Antonio Santa Ana. En tanto, Ariel Ardit y Chango Spasiuk estuvieron presentes con su música.
Pero Manguel no fue el único en objetar la estética del gran stand. La escritora colombiana Carolina Sanín también lamentó, en redes sociales, la puesta en escena: "Esta FILBo ha sido una feria bonita, útil, consciente. Sus problemas ha tenido, como todo lo que es bueno. Pero definitivamente la gran verruga fue el pabellón de Argentina, el país invitado de honor, con esa preminencia que da al fútbol. Argentina vino y nos puso una cancha de fútbol en todo el corazón de su pabellón, en todo el corazón de la feria del libro. Y no veo cómo eso no es irrespetuoso con los autores que vinieron. Y es una pena, porque la tradición literaria y las políticas culturales argentinas han sido ejemplares para América Latina".
"Los libros también son juegos: juegos más divertidos, más vitales, más bellos que el fútbol. Pero, también, son más peligrosos que el fútbol. En esta descarada macrización del continente, por supuesto que por delante va el fútbol: algo que a todos gusta, que a todos supuestamente nos une, que a todos adormece y en lo que no entran en juego las ideas", agregó la autora de Alto rendimiento.
Consultado por Infobae Cultura, un autor argentino que pasó por Bogotá aseguró haber "escuchado críticas sobre la hiperfutbolización del pabellón". De hecho, contó, le preguntó a unas niñas de entre 9 y 10 años si había actividades para ellas y le contestaron que "no podían hacer nada ahí más allá de los juegos de fútbol". Otro autor señaló que el fútbol había sido una suerte de "cepo efectivo" ya que entraba mucha gente -un detalle que no es menor en un evento en donde las ventas cuentan- y que, aunque gran parte del stand solo estaba dedicado al fútbol, la zona donde se exponían los libros estaba muy bien montada y los libros, muy bien exhibidos.
Por otra parte, algunos medios de Colombia, expresaron su malestar por la actitud de algunas autoridades argentinas, que pidieron a algunas librerías bajar el caudal de autores locales expuestos, en favor de escritores argentinos. Tradicionalmente, tantos los autores locales como los del país invitado, tienen un espacio similar.
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