José Fioravanti, la reivindicación del genio olvidado de la escultura argentina

Desde este fin de semana y hasta junio, el Museo de Arte Tigre expondrá algunas de las piezas más emblemáticas del renombrado artista, comparado con Rodin. Historia de una recuperación tras años de abandono

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El merecido regreso del gran
El merecido regreso del gran escultor argentino

Es considerado como uno de los más grandes escultores argentinos de la historia, su nombre está asociado al Monumento de la Bandera en Rosario y sus obras fueron reconocidas a nivel internacional. Para asomarse al mundo del escultor José Fioravanti, el Museo de Arte Tigre expondrá -desde este fin de semana hasta junio- una serie de piezas de gran tamaño del renombrado artista.

Bajo la dirección de María José Herrera y la curaduría de Verónica Tejeiro junto a la casa museo Magda Frank, la muestra histórica reúne magníficas piezas de gran tamaño (4 esculturas, tres de ellas monumentales), fotografía de época y bosquejos del artista.

La exposición, titulada Entre lo épico y un sueño, es un homenaje a este maestro de los maestros que por más de 40 años cayó en el olvido. Ahora Fioravanti, de la mano de Tulio Andreussi, protector de su obra, regresa con más vigor que nunca.

En el 2015, Andreussi,  director de la casa museo Magda Frank, logró rescatar el taller de éste gran maestro con el fin de reinstalar la majestuosidad de su grandioso patrimonio nacional y cultural.

La historia de José Fioravanti, nacido en 1896, es la de un genio precoz. Autodidacta, se inició a los 12 años y a los 16 ya era conocido en los salones nacionales. A lo largo de su vida  ganó todos los grandes premios en Argentina y en el exterior.

En su estadía en Europa (década del 20 y 30) no se sintió atraído por el cubismo y futurismo de la época a pesar de compartir sus charlas con grandes artistas de la época  como Zadquine, Laurens, Boccioni y Lipschtiz, entre otros que se juntaban  en el famoso Café Domé . Fioravanti comulgó con la gran tradición de la escultura que en su  esencia es pura, atemporal y eternamente joven.

Fioravanti en su taller, que
Fioravanti en su taller, que tras su muerte quedó en el olvido

Este genio de la escultura supo recibir el reconocimiento de las grandes figuras que predominaban en las artes, las letras y la política de nuestro país y del exterior: Marcelo Torcuato de Alvear, Leopoldo Marechal, Rubén Darío y Alejandro Bustillo, por mencionar algunos. Así logró mediante su natural predisposición para la captación de la esencia del ser, junto a su genuina y laboriosa responsabilidad frente a lo eterno, la ejecución por encargo de los más importantes monumentos que al día de hoy se encuentran emplazados en Argentina: Nicolás Avellaneda, Simón Bolívar, Sáenz Peña y Rubén Darío.

Pero la más épica de sus obras es el Monumento a la Bandera de la República Argentina, en Rosario, que lo ganó por concurso. Hacedor de numerosas piezas allí, deviene innegable que una de las más emblemáticas es la Patria del Amor y la Fraternidad. Y, eso debido, justamente, a los valores espirituales, morales, éticos y cívicos del artista.

Leopoldo Marechal en su escrito sobre Fioravanti contaba: "El estudioso que halla de profundizar mañana en la vida y obra de José Fioravanti, lo colocará sin dudad en el lugar de los predestinados".

Luego de su Fallecimiento  en 1977, la historia de la obra de Fioravanti correspondiente a su taller fue trágica. Sin él para defenderlo, quedó prácticamente a la deriva. Las esculturas monumentales en yesos que fueron y sirvieron a sus trabajos para la construcción de los monumentos quedaron olvidadas y maltrechas soportando solas los embates del tiempo. Pero gracias a la sabia protección y cuidado de Andreussi se pudieron recuperar los trabajos de este gran escultor, algunos de los cuales se aprecian en el Museo de Tigre.

"Al amar a la humanidad quiero expresar que amo a los hombres y todo aquello en lo cual palpita la vida. Esta misma vida que palpita es la que quiero expresaren mis obras, una vida viva resuelta a través de sus líneas más puras y definidas, y por tanto figurativas", escribía Fioravanti sobre sus obras en 1953.

André Dezarrois, célebre historiador de arte, quien fue curador del Musée du Luxembourg, Jeu de Paume y de l´Orangerie des Tuileries, expresó en aquella época: Nos preguntamos si José Fioravanti no ha sido el primero que, súbitamente, ha dado a la escultura argentina su lugar en la historia del arte de este siglo".

A la vez, George Waldemar en su estudio  de Universalidad o Americanismo se preguntaba: "¿Llegará el día que en que José Fioravanti, nacido de una familia de obreros,  sea consagrado como el escultor nacional argentino?".

Al parecer, el tiempo de consagración de Fioravanti ya llegó y para aquellos amantes de la escultura es momento de disfrutarlo a pleno.

*Entre lo épico y un sueño
Museo de Arte Tigre
Paseo Victorica 972, Tigre
Miércoles a viernes de 9 a 19 hs.
Sábados, domingos y feriados de 12 a 19 hs.
Lunes y martes cerrado.

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