Apareció diez minutos después de las 20, en el horario previsto. Y se sentó al borde del escenario, ubicado en medio de la avenida Sarmiento, en el barrio porteño de Palermo. De inmediato se oyó "creo que he visto una luz al otro lado del río" –a capella, muy suavemente– y el público le brindó el primero de los aplausos de la noche. El artista uruguayo Jorge Drexler fue el encargado de encabezar la inauguración musical de la Feria del Libro de Buenos Aires y lo hizo, según cifras oficiales, ante alrededor de 25 mil personas que se acercaron a las inmediaciones del predio de La Rural para escucharlo.
"Buenas noches, cielo de Buenos Aires", dijo muy emocionado el compositor, que hizo un repaso de diferentes etapas de su carrera a lo largo de una hora y media de show. La elección de esta figura de la música latinoamericana no fue casual: Montevideo, ciudad natal del cantante, es la invitada de honor de esta edición de la Feria.
Como suele hacer en sus recitales, a lo largo del show Drexler intercaló canciones con breves diálogos con el público. A poco de empezar, contó, por ejemplo, que pese a que pronto cumplirá 20 años en la música nunca antes había tocado en un lugar al aire libre para tanta gente.
Los asistentes, en su mayoría jóvenes, celebraron cada una de las intervenciones del compositor, que, todo el tiempo risueño, cantó casi sin parar y dio detalles de cada uno de los temas. Así fue como explicó cómo surgió su canción Estalactitas, una suerte de recuerdo de adolescencia, y la cantó conmovido.
Más adelante el artista dio lugar a un momento de composiciones más intimistas, mientras los presentes hacían silencio para prestar atención, magnetizados de alguna manera con lo que ocurría arriba del escenario.
A mitad del show alguien del público pidió ayuda para asistir a una persona que no se sentía bien. Drexler solicitó asistencia y, como él mismo es médico, bromeó: "Yo no puedo ir, no estoy colegiado en Argentina".
Al tratarse, según sus palabras, "de una noche de homenaje al libro y a la literatura", el cantante leyó unos versos que compuso especialmente para homenajear a Buenos Aires. Según explicó, son "unas décimas imperfectas" bajo el título de "Amor a Buenos Aires", lo que provocó una nueva ovación del público.
Llegó después el momento de algunos clásicos, como Pongamos que hablo de Martínez, dedicada al músico español Joaquín Sabina, y Sea, canción en la que pidió recordar a Mercedes Sosa. Luego se subió al escenario el invitado especial del encuentro, el músico Kevin Johansen. Juntos interpretaron No voy a ser yo, en lo que fue uno de los momentos más eléctricos de la noche.
La primera parte cerró con uno de los hits del intérprete uruguayo, Todo se transforma, que fue coreado por los presentes con fervor. Para los bises, llegaron Bailar en la cueva y La luna de Rasquí. "Luna, luna, luna llena. Toma en tu mano, la mía", cantó conmovido y recordó al bello archipiélago de Los Roques, en Venezuela.
Para terminar, como no podía ser de otra manera, Drexler eligió su canción más popular, Me haces bien. En esta oportunidad, dijo que de alguna manera la composición representaba su romance con la ciudad que lo recibió, que le hace mucho bien.
Buenos Aires, te amo con todo mi corazón", dijo para concluir. El público comenzó lentamente a desconcentrar, algunos tomados de la mano, otros marcando con palmas el clásico ritmo del candombe uruguayo.