Quien no haya hecho todavía la experiencia de "vivir" la Bienal de Esculturas de Resistencia, debe agendar este evento que tendrá lugar del 18 al 24 de julio. Como dijo su creador y director, el escultor Fabriciano Gómez, al presentar la Bienal en Buenos Aires, "el Chaco es abrigado en el invierno, su gente hospitalaria y es la época en que los lapachos explotan en flor"…
También es un verdadero museo a cielo abierto, donde, cada dos años, tiene lugar un evento cultural de altísimo nivel y gran participación popular a la vez.
Durante una semana, en un predio en la ciudad de Resistencia, junto al Río Negro, una decena de artistas internacionales compiten al aire libre esculpiendo delante del público en un mismo material y sobre un mismo tema. Los visitantes de la Bienal pueden seguir paso a paso la evolución de las obras de arte, dialogar con los artistas y, al final del proceso, votar, ya que, además de los premios del jurado, está el del público.
Este año, la Bienal Internacional de Esculturas del Chaco tendrá un condimento especial por cumplirse su 30° aniversario: competirán los ganadores de los últimos diez certámenes por el Gran Premio de Honor 30 años. Una verdadera cita de campeones que crearán sus obras en un gigantesco taller a cielo abierto y en torno al tema "Identidad en movimiento". Usarán dos materiales combinados, acero y mármol, y las obras deberán tener sonido y movimiento.
Además, en torno a este megaevento internacional, habrá una multitud de actividades artísticas para todo tipo de público: simples espectadores, amantes del arte, estudiantes de diversas disciplinas artísticas, especialistas y, por supuesto, artistas.
"La Bienal del Chaco está considerada entre los tres mayores certámenes escultóricos mundiales en la modalidad a cielo abierto", dijo Fabriciano Gómez, presidente de la Fundación Urunday y del comité organizador de la Bienal, al invitar a la celebración de 30 años de concursos escultóricos.
El acto de presentación de la Bienal 2018 tuvo lugar -como ya es habitual- en la Ciudad Cultural Konex, con la presencia de autoridades nacionales, de la provincia y también representantes de varias embajadas.
"Hace 30 años iniciamos una gesta -dijo el escultor Fabriciano Gómez-, una aventura". Una idea que surgió entre un grupo de amigos, la de "realizar un concurso de escultura en la plaza central de la ciudad".
"Era -siguió diciendo- una idea rara, arriesgada, insustentable. Pero teníamos la fe, la visión, el deseo de poner ante los ojos del ciudadano la génesis de una obra de arte y revelar el delicado y esforzado trabajo del escultor. Era el año 1988. La plaza mayor de Resistencia recibió a 35 escultores argentinos que en el lapso de una semana realizaron una escultura, ante la mirada sorprendida de los vecinos, envueltos en una sinfonía permanente de motosierras, mazas y gubias, en una atmósfera saturada de olor a madera".
Cuando, tras varios años de concursos, éstos se fueron agrandando e internacionalizando, la plaza central de Resistencia quedó chica y entonces se habilitó un predio junto al río, donde estaba el antiguo puerto de San Fernando -sitio de desembarco de los inmigrantes italianos que fundaron Resistencia. El lugar alberga también el Museo de las Esculturas del Mundo, un Centro de Desarrollo y Promoción Cultural, la sede de la Fundación Urunday y su Departamento de Mantenimiento y Restauración y el escenario para la realización de las Bienales del Chaco. (Cliqueando aquí puede leerse una crónica de la última Bienal, en 2016).
Las sucesivas bienales fueron dejando un creciente patrimonio escultórico -en una capital chaqueña que ya se caracterizaba por ser la "ciudad de las esculturas"- que hoy está expuesto en el paseo de las esculturas que lleva hacia el predio.
Los artistas chaqueños no sólo han logrado trascender internacionalmente con esta Bienal sino hacer partícipes a los ciudadanos en el proceso creativo. El resultado es la conciencia de un legado artístico común. Un signo de ello es el bajísimo nivel de vandalismo sobre las 640 esculturas que diseminadas en las plazas y en las veredas, tanto frente a instituciones como a casas particulares.
Como señaló Luis Ovsejevich, el presidente de la Fundación Konex -anfitrión de la presentación-, la Bienal Internacional de Esculturas del Chaco es "una verdadera política de Estado", por el continuo respaldo que han sabido darle los sucesivos gobiernos de la provincia.
La Bienal Internacional de Esculturas del Chaco es una política de Estado (Luis Ovsejevich)
Y, en palabras de Fabriciano Gómez, "si fue posible construir esta industria artística es porque todos los actores pusieron su mayor esfuerzo: el gobierno provincial, parte constitutiva de la organización de las bienales chaqueñas, las instituciones, el empresariado, los amigos…".
"Además -agregó-, una Ley provincial de Mecenazgo que garantiza que el arte no morirá. Y tampoco nuestro pueblo, porque los pueblos trascienden a través del arte".
En paralelo con la Bienal se desarrollará un Congreso Internacional de Arte, seminarios, conferencias, talleres, ferias, un encuentro de maestros artesanos argentinos, manifestaciones artísticas de los pueblos qom, moqoit y wichi, espectáculos artísticos y un homenaje a aquella vanguardia de escultores que dio inicio a la aventura en el invierno de 1988, tallando el urunday bajo la mirada del público.
"Ver nacer una obra de arte es un privilegio", dijo Gómez.
En la presentación en la Ciudad Cultural Konex -Sarmiento 3131, en Buenos Aires- se exhibió el video -a continuación- que resume los 30 años de historia de la Bienal.
Asistieron al acto los funcionarios provinciales Martín Nievas, ministro de gobierno del Chaco, Juan Chaquires, secretario de Asuntos internacionales y Comercio Exterior, Mora Dicembrino, presidente del Instituto de Turismo, Ariel Bottini, vocal del Instituto de Cultura, y las diputadas nacionales por la provincia del Chaco Elda Pértile y Aída Ayala.
El gobierno nacional estuvo presente a través de representantes de los ministerios de Cultura y de Turismo. También asistieron funcionarios de las Embajadas de los países cuyos artistas participarán de la competencia.
Al final de la presentación, el músico y compositor Alejandro Acosta interpretó el himno de la Bienal 2018 sirviéndose de un novedoso instrumento, el Theremin, que permite "esculpir" el sonido, ya que se ejecuta sin contacto, a partir de ondas sonoras. Un impactante despliegue escénico, Acosta pudo lucir su condición de multi instrumentista; lo acompañó la cantante formoseña Charo Bogarín, que hizo de su voz un instrumento más. Fue un cierre casi orquestal para un acto de presentación al nivel de una Bienal que por su calidad merecería mucha más atención de la que habitualmente se le brinda.
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