Pinamar, enviado especial.
Brian Yuzna es fundamental para entender el cine fantástico. Sentado en el lobby del Hotel Reviens, pide su segundo café con leche de la mañana y recibe a Infobae asegurando que su español "tiene problemas". Podría ser una falsa modestia, dado que con el correr de los minutos demuestra que lo habla perfectamente. Pero su forma de concebir el idioma lo sitúa en el pensamiento: "Me cuesta explicar lo que siento o pienso en inglés y transmitirlo en español. Es una cuestión de emociones", dice.
Nació en 1940 en Filipinas y a los tres años acompañó una aventura familiar que pasó por Nicaragua, Puerto Rico y Panamá. Aunque allí no aprendió a hablar el idioma, sino que fue de adulto, en Barcelona, donde vivió más de 7 años. Saltó a la fama como productor de la película Re-animator (1985), dirigida por Stuart Gordon. 33 años después, es parte del Blood Window Pinamar, en donde brindará una conferencia como invitado especial junto a Mike Hostench (vicedirector del Festival de Sitges).
– ¿Cuánto influyó América Latina en su desarrollo como cineasta?
– Viví en Latinoamérica hasta los 14 años pero nunca estudié español. Pero vivía en países en donde sí tenía que hablar en la calle y esa influencia no pudo despegarse de mí. Me influyó toda la vida, no solo para el cine, sino para mi vida. En mi familia vivíamos como norteamericanos, pero nuestros vecinos eran panameños o portorriqueños. Y allí comencé a escuchar historias que me apasionaban…
– ¿Cómo cuáles?
– En Panamá no teníamos televisión y cuando estaba aburrido tenía que salir a la calle, estar con mis vecinos, jugar con ellos. Y hablaban de lo que sucedía en la otra calle, en el otro barrio. Narraban historias oscuras, de hombres y mujeres señalados por hechos fantásticos. Pero lo que allí me marcó fue la cultura católica que se expresaba en Panamá. Entendí que el catolicismo es una cuestión de sangre: hay demonios, dioses, canibalismo, el sufrimiento, aquello que nos lleva hacia el cielo.
– Sentado frente a una película, ¿cuántos minutos necesita para saber si está en presencia de un buen material?
– Mira, siempre hablo de la secuencia cero o el prólogo, que son esos primeros minutos en donde la película te marca lo que va a suceder. En un 99,9% me doy cuenta si ese prólogo va a darme una buena experiencia. Yo analizo, separo los elementos y trato de no caer en el 'me gusta o no me gusta'.
– ¿Es posible realizar un buen filme de subgénero sin presupuesto?
– Claro que sí, pero proyectando un trabajo que tendrá pocos recursos. Es decir, en la actualidad se puede filmar una película en el iPhone, editarla en una notebook y tiene unas película. Aquí, sentados en este sillón, sin luz ni cámaras podríamos grabar una película. Pero el resultado será acorde al material utilizado, entonces uno no puede negociar la pasión que le dedique a ese proyecto ni exigirle a quienes trabajen allí que hagan cosas que no saben hacer.
– ¿Qué es lo peor de ser director de cine?
– Lidiar con el presupuesto y convivir con la incertidumbre en los rodajes: podés tener grandes efectos especiales, excelentes actores y un extraordinario guión, pero nada te garantiza el éxito, porque eso lo decide la gente. A veces todo puede salir de 10 y al terminar de rodar podemos darnos cuenta que el casting estuvo mal hecho. Me pasa cuando veo otras películas o analizo los éxitos de otros directores…
– ¿Qué significa eso?
– Que muchas veces la crítica de cine cree que detrás de cada película el director intentó dar un mensaje. Y a veces ocurrieron otros factores que el director contempló de tal manera, pero no para expresar una opinión social y política. Entonces pasa que cuando alguien alcanza el éxito queda colocado en ese lugar de "dar mensajes". Y luego, al próximo rodaje, se ve obligado (o cree que debe hacerlo) a dar ese mensaje que los demás están esperando.
– Alguna vez dijo que todo lo que sucede en una película de terror no es más que el reflejo de la sociedad en la que vivimos…
– Y lo sostengo. Por ejemplo, hoy en día, muchas películas comienzan a ahondar profunda y drásticamente en los abusos sexuales, la violencia de género y cualquier maltrato posible. Cuanto más duro sea, más críticas negativas obtendrá. Pero nadie se detiene a pensar que si en una película hay abusos sexuales es porque ocurre y hay que centrarse allí. También la gente quiere verlos, son temas sensibles, que le impactan a diario.
– ¿Se puede hacer una película de terror con cualquier temática?
– Creo que puede orientarse una situación contemporánea al subgénero y expresarlo en forma lejana. Por ejemplo, en Estados Unidos la caída de las Torres Gemelas es una herida que aún no cicatrizó. Sería innecesario que un director de cine intentara entrometer el terror o lo fantástico en esa historia. Pero sí podría alejarse de la misma y buscar el modo de que en alguna ciudad, con determinada historia, dos torres sean las protagonistas.
– ¿Está satisfecho con su carrera?
– Claro que sí. Miro hacia atrás y contemplo a un hombre que se preparó e interesó mucho para vivir de esto. Estoy satisfecho pero siempre quiero hacer más cosas. No vengo de una familia aristocrática y debo ganarme la vida trabajando. Y haciendo lo que más me gusta, ¿algo mejor que eso?.
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