Pinamar, enviado especial. Habían pasado pocos minutos de las 16. En Avenida Bunge y Marco Polo, los mismos inflables y las carpas azules que anunciaban desde hace algunos días la llegada del "Blood Festival Pinamar", comenzaron a cobijar a decenas de familias en donde los más pequeños resultaron los protagonistas.
El arribo del festival tuvo como propósito inicial homenajear los 50 años del prestigioso Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges. Pero en la ciudad balnearia el furor trascendió las proyecciones de la pantalla, al punto de que muchos turistas y vecinos de Pinamar fueron partícipes de una tarde con disfraces, maquillajes, desfiles y hasta la coreografía de Thriller, la emblemática canción interpretada por Michael Jackson.
"Hace semanas que mi hija me habla de este día. Es fanática de las películas de terror y quería estar acá, maquillándose y disfrazada", dice Mariela a Infobae mientras su hija -Julieta- se acomoda un guardapolvos blanco que lleva la cruz roja en su pecho izquierdo y varias manchas en el mismo que simulan ser sangre.
Cerca de las 18, la cola para ingresar en la carpa azul donde tres mujeres maquillaron a niños y adultos durante toda la tarde superaba las 100 personas. En la programación, a las 18.30 debía comenzar el desfile, pero la concurrencia fue tal que la "invasión zombie" se pospuso para una hora más tarde.
La música de fondo y la presencia de varios food trucks que estarán hasta que finalice el festival (sábado 31) resultaron clave para familias y amigos que, al volver de la playa, alimentaron su curiosidad quedándose a ver por qué tantos niños corrían disfrazados, con sus caras maquilladas de terror.
A Rocío, de 15 años, oriunda de Cariló, no hubo que insistirle mucho para que posara para la foto: primero se rió y luego ensayó una mirada seria, tenebrosa. "No le cuesta nada, es un personaje. Los fines de semana se encierra a mirar películas que yo no aguantaría ni 10 minutos. Le fascina el género de terror", explicó Graciela, su mamá, a Infobae.
En el mismo espacio al aire libre hubo exhibiciones de cosplayers, quienes utilizaron disfraces, accesorios y trajes que representaban a personajes de películas fantásticas, series y comics. Los más chicos pasaron de la euforia a la tensión cuando Chucky y Pennywise, el payaso de It, invadieron el escenario.
Cuando todos estuvieron maquillados, se acercaron hacia el centro de la plaza para emular a Michael Jackson en Thriller. Un coreógrafo explicó los pasos a seguir en la previa y, a medida que se iban sumando los más pequeños, también se animaban los adultos. La escena fue fantástica: caras desencajadas, pasos estremecedores y un baile que definió una tarde que tuvo a los niños como protagonistas.
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