El Colón, grandes retratos, sus viajes a Nueva York y 60 años de experimentación en la muestra homenaje a Aldo Sessa en el MAMBA

Se inauguró la exposición con un conjunto de 700 fotos imperdibles y desconocidas del célebre artista, que fueron cuidadosamente seleccionadas por un equipo de curadores. "Han descubierto un trabajo mío que yo mismo desconocía", contó el fotógrafo. La exhibición puede verse en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires

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(Museo de arte moderno)
(Museo de arte moderno)

Hay seis fotos casi en blanco. Espacios vacíos apenas atravesados por cables de electricidad y unos pocos pájaros que se paran sobre ellos. Juntas componen algo así como una serie sobre la libertad. El autor es Aldo Sessa (80), uno de los fotógrafos argentinos más reconocidos, quien luego de 42 años vuelve a exponer su trabajo en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, donde lo hizo por primera vez en 1976.

Sessa y Victoria Noorthorn, directora
Sessa y Victoria Noorthorn, directora del Mamba y curadora de la muestra (Museo de arte moderno)

Desde entonces a hoy nunca paró de hacer fotos. Las de los pájaros por caso las hizo el año pasado en algún lugar de la zona de Tribunales. Escuchó una frase de Bob Dylan que dice que nadie es libre, ni siquiera los pájaros, y se emocionó. "Con eso en la cabeza me fui para la zona del centro a buscar la foto. Miré para arriba y noté todos esos pájaros que estaban apoyados en los cables. Estaban libres, o aparentemente libres, porque esos cables configuraban una jaula también", dice ahora desde el MAMBA, donde acaba de inaugurarse la muestra Archivo Aldo Sessa 1958-2018: 60 años de imágenes.

(Museo de arte moderno)
(Museo de arte moderno)

Se encuentra en la sala del segundo subsuelo del museo. A la altura de los ojos hay un horizonte. Lo conforman doscientas fotos pequeñas que van marcando cada una de las ocho temáticas que recorre la muestra. Desde 1958 a esta parte, se eligieron 700 fotos de entre una selección inicial de 800 mil (el archivo total de Sessa cuenta con cerca de tres millones de imágenes). Victoria Noorthoorn, directora de museo y curadora de la muestra, trabajó durante seis meses en colaboración con su equipo. "Teníamos una pre selección de 2 mil fotos, pero cuando yo le pedí a Daniela Thomas que me ayudara a conceptualizar el diseño de la muestra, ella me propuso esta línea del horizonte de fotos pequeñas de 20 x 20 centímetros que ya marcaba una pauta, y con las fotos que se amplían hacia arriba y hacia abajo se llega a 700, así que tuve que dejar más de mil afuera", cuenta, y explica que se habla de muestra homenaje y no de retrospectiva porque la intención no fue exponer las fotos más reconocidas de Sessa sino más bien "mostrar el espectro de sus investigaciones, su curiosidad infinita", sin pretensión de mostrar solo obras maestras o icónicas. Así, el resultado es un recorrido fabuloso, felizmente desordenado, por seis décadas de trabajo.

Antes de entrar a la sala, hay una serie de polaroids en la pared y una vitrina con material documental del Archivo Aldo Sessa: folletos de sus primeras exposiciones, intercambios epistolares con los primeros directores del museo y con escritoras como Silvina Ocampo, imágenes de sus talleres y parte de su colección de retratos. Una vez adentro, el verdadero universo del artista.

(Museo de arte moderno)
(Museo de arte moderno)

En cada pared de la sala pueden verse una o dos temáticas distintas, divididas formalmente entre: Vieja Buenos Aires (que comprende las primeras fotografías de Sessa, a fines de los 50, por barrios como La Boca, Barracas o Palermo), Fotoperiodismo (oficio que ejerció el fotógrafo de forma interrumpida entre 1969 y 2007), Teatro Colón (en el que trabajó entre 1982 y 1987, haciendo siempre fotos espontáneas, nunca posadas, según cuenta), Retratos (de Manuel Mujica Láinez, Sábato, Raúl Soldi, Marta Minujín, Silvina Ocampo y Bioy, entre otros), Nueva York (ciudad fetiche de Sessa, adonde viaja al menos dos veces por año), Viajes (por la India, Myanmar, China, Tailandia y Turquía), Argentina (que representa, según el catálogo, "una importante investigación que comenzó como un acotado proyecto bibliográfico y se transformó en un recorrido vastísimo por las geografías de nuestro país"), y Naturalezas Muertas y Abstracciones (tal vez el espacio más interesante de la muestra, aunque no es el más atractivo).

En la sección de abstracciones, una foto pequeña que, por inentendible, podría pasar desapercibida. Hay una copa dibujada por la sombra de unos pedazos de vidrio tirados sobre un papel. Como en tantas otras, es una imagen reversible, no se entiende si la forma hace al sentido o viceversa. Sessa dice que de eso se trata la experimentación. La copa es uno de los tantos ejemplos. En una cena con amigos alguien volcó una copa y la rompió. Fue un golpe seco, de modo que se partió en solo cuatro pedazos. En vez de ocuparse de limpiarlo, Aldo pidió al mozo que le envolviera los restos y se los llevó a su casa. Años después, encontró el paquete, los dispuso sobre la mesa y tomó la fotografía. Solo después de revelarla se dio cuenta de que la silueta de esa copa se dibujaba en sombras con lo que supo ser la copa original. La imagen quedó en el archivo, y hoy es una de las que se desprende de ese horizonte hecho de fotos pequeñas.

Luis Sessa, Juliana Awada, Aldo
Luis Sessa, Juliana Awada, Aldo Sessa, Victoria Noorthoorn y Enrique Avogadro

En el lado opuesto de la sala, en altura, casi tocando el techo, hay una de las imágenes más conmovedoras de la exposición. Fue sacada en 1989, año convulsivo para la sociedad argentina. Se ven solo dos caras de un monumento que tiene los ojos pintados de negro, como si lloraran sangre. Algunos grafittis menores acompañan la intervención. Aunque es un registro absolutamente poético, es parte de la sección de fotoperiodismo, uno de esos momentos en los que conviven arte y oficio.

"La primera foto que hice en mi vida no está. La saqué con la cámara de un amigo. Es una mujer de espaldas, que tiene un sombrero. De las que están en la muestra, una de las primeras es la de una mujer que está con un paraguas esperando a que pase el tren para cruzar. Y hay otra de unos hombres que caminan en la costanera como si estuvieran en Saint Tropez. Son todas fotos a las que les tengo mucho cariño y que espero sean un modesto aporte para los jóvenes que se están iniciando en la fotografía", cuenta el artista.

(Museo de arte moderno)
(Museo de arte moderno)

Si bien muchas de las obras más reconocidas de Sessa son en blanco y negro, en la exposición conviven orgánicamente con las imágenes a color, las experimentaciones (hay toda una serie de fotografías a huevos y otra a papeles doblados), o las capturas que realizó durante su época en el Colón (en la que retrata a bailarinas como si su lente fuera una prolongación de la obra de Degas). "En esos años nunca hice fotos posadas", dice. "Siempre hacía registros del espectáculo, del detrás de escena o en los ensayos. Y como había muy poca luz, porque es un lugar oscuro, tenía que trabajar una estética determinada", agrega.

Aldo Sessa y Anthony Kiedis,
Aldo Sessa y Anthony Kiedis, líder de los Red Hot Chili Peppers

Un día antes de la inauguración, la muestra recibió varias visitas célebres. Primero llegó el músico escocés David Byrne, que vino al país para presentarse en el Lollapalooza. Lo mismo Anthony Kiedis, líder de los Red Hot Chilli Peppers, que no solo recorrió el museo sino que fue retratado por el mismo Sessa. También estuvieron la Primera Dama, Juliana Awada, y el Ministro de Cultura de la Ciudad, Enrique Avogadro, que además de celebrar la obra de Sessa anunció que para julio estará en funcionamiento gran parte del museo que hoy se mantiene cerrada.

"Enfrento con calma y con una cierta emoción esta exposición", dice el fotógrafo. "Me quedo con la sensación de haber trabajado mucho. Cuando vos estás en el arte estás solo, no sabés por dónde rumbear, te movés por intuición. Casi siempre estuve mucho más centrado en el futuro que en el pasado, y esta es una forma de ver retrospectivamente mi obra. Han descubierto un trabajo mío que yo mismo desconocía", concluye, feliz y serio, con los dos ojos abiertos, pero con uno más que el otro. Como si amagara. Como si en cualquier momento iniciara el trabajo aún inédito que ya sabe que vendrá.

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(Museo de arte moderno)
(Museo de arte moderno)

*Archivo Aldo Sessa 1958-2018: 60 años de imágenes, en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. La muestra se puede visitar en Avenida San Juan 350 de martes a viernes de 11:00 a 19:00, sábados y domingos de 11:00 a 20:00, feriados de 12:00 a 18:00. Entrada general: $30. Martes: gratis.

 

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