Fin, los cinco segundos de un dios. Con ese nombre Daniel Brandimarte bautizó su exposición, aunque la potencia del enunciado viene de antes: de su novela homónima, realizada en acuarela y tinta.
No hay dibujos en computadora ni efectos digitales, todo es a mano, pluma y pincel. De esta publicación nace la presente muestra donde el artista exhibe a través de pinturas, esculturas e instalaciones, un relato visual.
Nacido en Bahía Blanca en 1953, Brandimarte es mucho más que un artista plástico. Es un arquitecto graduado en la Universidad Nacional de La Plata pero también diseñador y escenógrafo. Se podría decir que es un maestro de la visual.
El reconocido historietista Horacio Altuna dijo de él: "Sabe dibujar y muy bien, lo que le transmití hace más de cuarenta años, lo encuentro en su trabajo honesto, porque es arriesgado y ambicioso en sus propuestas. Veo en su obra amor y respeto por este trabajo maravilloso, que es dibujar y narrar."
Pero, ¿de qué se trata esta exposición? Organizada en colaboración con diario El País de España, Santillana y Radio Continental, la muestra resignifica el lugar de la historieta en el panorama de las artes plásticas. Además, indaga la relación entre arte y neurociencia donde la memoria en todas sus facetas (memoria sensorial, semántica, episódica, etc.) es el eje de una búsqueda de la esencias dramáticas del proceso de deshumanización del hombre.
Si como dijo Nietzsche, "Dios ha muerto", ¿quién lo suplanta hoy? La tecnología —para decir Brandimarte en Fin, los cinco segundos de un dios— es el nuevo dios terrenal y espacial de las sociedades contemporáneas.
* Fin, los cinco segundos de un dios
Hasta el 10 de abril
Tango Software, espacio de arte
Cerrito 1186, PB – CABA
_______
SEGUÍ LEYENDO
Andy Goldstein y los ojos de la dignidad humana
Novela gráfica, cómic e historieta: tiempo de cosecha y de lectores