"Estoy descubriendo a un fotógrafo que desconocía", expresó Aldo Sessa emocionado, cuando se realizaba la selección para la muestra que lo tiene como protagonista en el Museo de Arte Moderno, en Buenos Aires.
En Archivo Aldo Sessa 1958-2018: 60 años de fotografías -que se desarrollará desde el 21 de marzo hasta el 27 de mayo– que contendrá más de 700 fotografías creadas entre 1958 y la actualidad, en su gran mayoría inéditas, que fueron cuidadosamente seleccionadas entre 800.000, en planchas de contactos, negativos, copias impresas o digitales que forman parte de su inmensa obra.
Curada por Victoria Noorthoorn, la exposición -ocupará la gran sala del subsuelo del edificio ubicado en Avenida San Juan 350- recorre la etapa más experimental del artista, explorador de las técnicas que permitían las diversas cámaras de la historia, desde modelos del siglo XIX hasta los celulares del presente, como también a un Sessa investigador de abstracciones, que jamás se distancia por completo de la realidad.
Aldo Sessa inició su formación en las artes gráficas en la imprenta de su padre. Con 17 años realizó sus primeras colaboraciones para la prensa, primero en el diario La Nación y luego en La Gaceta de Tucumán. En 1962, viajó a Los Ángeles donde estudió cinematografía con Sydney Paul Solow, presidente del laboratorio cinematográfico Consolidated Film Industries of Hollywood, donde descubrió la fotografía color.
En 1972 firmó su primer contrato como artista con la Galería Bonino con la que organizó exposiciones individuales en Buenos Aires, Río de Janeiro y Nueva York. En 1976, realizó su primera muestra individual en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. A lo largo de su carrera, Sessa ha realizado más de 200 exposiciones alrededor del mundo.
Sus colaboraciones con escritores se iniciaron en 1976 con Cosmogonías, libro que reúne poemas de Jorge Luis Borges y sus ilustraciones. En los años siguientes realizó otros proyectos junto con Manuel Mujica Laínez, Ray Bradbury y Silvina Ocampo, entre otros.
Entre los numerosos premios y reconocimientos que recibió, en 1991 fue nombrado Miembro Honorario de la Federación Argentina de Fotógrafos y Académico de Número de la Academia de Bellas Artes. En el año 2007, la Legislatura porteña lo honró con el título de "Ciudadano Ilustre de la ciudad de Buenos Aires".
La muestra
En ese sentido, la puesta ofrece un viaje por ocho caras de Sessa. Vieja Buenos Aires, Fotoperiodismo, Teatro Colón, Retratos, Nueva York, Viajes, Argentina y Naturalezas muertas y abstracciones.
Así, estarán expuestas imágenes de la Buenos Aires de las décadas de 1950 y 1960, con recorridos por La Boca, Barracas o Palermo encontró personajes y situaciones cotidianas, texturas arquitectónicas a partir de las cuales se permitió jugar con la abstracción y con el posible diálogo entre la fotografía y la pintura, que el artista practicaba por esos años en su taller.
En su recorrido por el fotoperiodismo desde los años setenta se revela el impacto de las manifestaciones sociales y políticas: las marchas de las Madres de Plaza de Mayo –entre ellas, el Siluetazo de 1983–, el traslado del féretro de Juan Domingo Perón y las protestas populares ante la crisis de 2001, entre otros grandes sucesos de la historia argentina.
Entre 1982 y 1987, Sessa fotografió exhaustivamente el Teatro Colón. "Para un fotógrafo, el Colón es el cielo, el purgatorio y el infierno", afirma al recorrer uno de sus mayores desafíos como fotógrafo. Sin flash, sin trípode, decidido a trabajar en la penumbra de los ensayos y funciones, con su movimiento constante: la espera de los músicos, el gesto imperceptible de concentración de los artistas, el instante exacto en que el bailarín parece volar suspendido en el aire, el contraste de los vestuarios clásicos con los materiales de la escenografía, las luces y sombras del ensayo que anticipan el brillo de la escena.
Entre sus retratos, se hallan los de poeta Rafael Squirru, los escritores Manucho Mujica Láinez, y Silvina Ocampo; así como los de su gran amigo Nicolás García Uriburu y la fotógrafa Lisl Steiner. También conviven retratos realizados por Annemarie Heinrich, Eduardo Audivert, Líbero Badii, Rómulo Macció, Federico Manuel Peralta Ramos, Marta Minujín, Rogelio Polesello y Alberto Heredia. Rostros, pero también ojos, manos y pies; gestos artificiales o espontáneos.
En lo que respecto a Nueva York, desde su primer viaje, en 1962, hasta el presente, Sessa se enfocó en su arquitectura vertical, sus transeúntes anónimos, sus parques y museos. En una ciudad infinitamente visitada por el imaginario del cine, la literatura y las artes visuales, Sessa observa los puntos clave desde ángulos inesperados, desdibuja los rascacielos deformando las perspectivas, atrapa las formas urbanas a partir de sus reflejos, busca a sus habitantes en sombras tras vidrios opacos y juega con inesperadas situaciones humorísticas. "Nueva York tiene una velocidad vertiginosa, demandante y cosmopolita. Me motiva mucho sentirme pulverizado allí, me hace bien, me despierta la creatividad", dijo el fotógrafo.
Marruecos, Inglaterra, Turquía, Tailandia, India, Egipto, China o Birmania son algunos de los destinos que documentó, incluyendo de los punks londinenses a los cultivos acuáticos,los mercados de El Cairo a los templos de la hindúes. Para crear estas imágenes, Sessa buscó lo que llama "la distancia mínima", en la que el fotógrafo no sólo observa, sino que también es observado por los ojos que retrata. Sessa va al encuentro del espacio más cotidiano posible e incluso olvida la diferencia cultural en busca del arte.
Además, desde 1989 hasta la actualidad, recorre la Argentina para captar la vastedad y la diversidad del país y sus tradiciones. Esta sección ilustra esta importante investigación que comenzó como un acotado proyecto bibliográfico y se transformó, a partir de la mirada obsesiva del fotógrafo, en un recorrido vastísimo por las geografías, los biomas y las culturas. Sus fotografías, que atrapan la dimensión majestuosa tanto de un solitario caserío patagónico como de un mar de manzanas en una cosecha rionegrina, muestran también su habilidad para adaptar su manejo de la luz a cada paisaje o para trabajar con el clima hostil como una variable más de su composición.
En Naturalezas muertas y abstracciones conjuga dos importantes investigaciones del artista. Por un lado, presenta su trabajo sobre la naturaleza muerta, género clásico de la historia del arte. Por otro lado, la sección recupera su continuo interés por la abstracción, presente ya desde 1958 en una mirada experimental sobre los objetos mundanos de su entorno. Llantas de autos, tubos de acero y rollos de papel son el punto de partida de un estudio de sombras, brillos, líneas y contrastes para crear abstracciones de una belleza inusitada.
*"Archivo Aldo Sessa 1958-2018: 60 años de fotografías" se desarrollará desde el 21 de marzo hasta el 27 de mayo, en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, Av. San Juan 350, de martes a viernes de 11:00 a 19:00, sábados y domingos de 11:00 a 20:00, feriados de 12:00 a 18:00. Entrada general: $30. Martes: gratis.
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