Las cinco obras que no te podés perder en enero en Buenos Aires

Durante las vacaciones de verano, la propuesta teatral porteña no se detiene. Obras que se reponen, otras cambian de horario y también estrenos para disfrutar de una oferta variada y sorprendente

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El teatro en Buenos Aires
El teatro en Buenos Aires no descansa

Lejos está Buenos Aires de tomarse vacaciones si de teatro hablamos. Por el contrario, enero es un gran mes para disfrutar de muy buenas obras que apuntan claro a quienes se queden en la ciudad y elijan recorrerla libre de tanta gente. Con calor sí pero no por eso árida de cultura. Unas cuantas obras se reponen, otras cambian de horario y otras tantas se estrenan. Aquí, unas buenas propuestas imperdibles para la temporada estival porteña.

El amor es un bien

El amor es un bien, la obra que Francisco Lumerman estrenó hace más de dos años es su versión y recorte de Tío Vania de Chejov, una de las obras más sensibles y potentes del realismo ruso. Y sí, además Lumerman le agregó lo suyo tanto y tan bien que actualizándola le dio un aire renovado y fresco que confirma una vez más que los temas que duelen y preocupan al hombre son unos pocos y que además se mantienen a lo largo de la historia. La soledad, la búsqueda de la felicidad, la aprobación de nuestros mayores, el miedo a la muerte y, por supuesto, el amor y también la falta de él. No es que el título engañe, no, para nada, de hecho Lumerman lo encontró revisando los Cuadernos de notas del propio Chejov, pero en El amor es un bien el amor escasea, es un bien que se busca incansable pero muy difícil de hallar. Y aunque desde el nombre imaginemos una historia de amor es probablemente la falta de él lo que mueva a sus personajes. O, por qué no, la búsqueda y la desesperación por encontrarlo. ¿No es en definitiva el amor uno de los motores más fuertes y poderosos?

El amor es un bien
El amor es un bien (Nora Lezano)

La historia se trata de un clásico teatral, pero podemos también olvidarnos de aquella punta de lanza que significa Chejov y ver a la versión de Lumerman como un material nuevo. Porque lo es, su mirada y su trabajo la ensanchan y hablan tanto del pasado como del presente sin olvidar jamás al futuro que se avecina que sin cuidados será un desastre.

Sonia y su tío Iván en Carmen de Patagones reciben en su hostel la visita del padre de ella con su nueva novia. El pasado que pesa, las heridas que no se cierran, la búsqueda por encontrar el amor, los amores no correspondidos, la soledad profunda de todos sus personajes son algunos de los tópicos que trabaja la obra. Y aunque el estreno de esta pieza se haya dado en Moscú, una sala para unos treinta espectadores que daba el marco ideal para la intimidad que pedía el tema, lo cierto es que su potencia resiste cualquier mudanza. A partir del 6 de enero la obra se muda a El Camarín de las Musas, una de las salas estrella del off porteño. En horario central –sábados a las 22.30- y prometiendo doble función semanal desde febrero –se sumará la función del domingo a las 18- se anima a enfrentar el verano pero con una gran carta en su manga: una obra bellísima, dura sí, pero con unos personajes tan profundos que no pueden más que emocionar a la platea.

Sobre Mirjana y los que la rodean

Guillermo Cacace que lleva tres temporadas de lo más exitosas con su obra Mi hijo solo camina un poco más lento, volvió durante el 2017 al mismo autor, el joven dramaturgo croata Ivor Martinic. El drama familiar, el dolor en lo cotidiano, la soledad profunda que viven los personajes en medio de una sociedad que no observa particularidades, que no tolera la diferencia –esto se percibe en profundidad en Mi hijo…- son los ejes que trabaja toda la obra de Martinic.

Mirjana (una impecable María Onetto), una mujer en el medio de su vida, es el centro de la obra. En ella confluyen todos los vínculos: con su hija, con su madre, con su ex marido, con su actual amante, con sus compañeros de trabajo, con su amiga. Una mujer en su vida cotidiana. Una feroz vida cotidiana, enajenada, extrañada.

"Mostrar lo menos posible para mostrarlo todo" expresó alguna vez (y con mucho atino) el cineasta Robert Bresson para definir a su cine. En su intento de acercarse a lo trascendental del ser humano, lo que para él fue su misión cinematográfica, encontró en la austeridad la clave. Algo similar ocurre con Guillermo Cacace y su método actoral. Como si despojado de todo pudiera alcanzar una profunda verdad en la esencia humana. Y encuentra en la dramaturgia de Martinic un material ideal. Los vínculos rotos, el sexo como lugar de sumisión y suplicio, la maternidad y la familia como cárcel y la vida social el arte de las apariencias por excelencia.

Nadie puede negar que aunque el titulo de la canción Perfect day de Lou Reed sea de aparente felicidad oculta o grita en silencio y en tranquilidad un desgarro. Algo parecido sucede en esta obra. La calma es solo una apariencia y el silencio un grito ahogado. ¿Qué peor que un grito desesperado? Probablemente la incapacidad de expresarse sea mucho más angustiante.

"Hubiera preferido que me pegaras antes de que pierdas la fe en mí", le dice Mirjana a su madre (Lide Uranga) y desde entonces queda claro que en esta obra no son las acciones de los personajes las que marquen el curso de la historia sino la falta de ellas.

Desde enero se mantendrá en la misma sala, el teatro Picadero, pero cambiará el horario inusual que probó durante su primera temporada por el central, viernes y sábados a las 22.15.

Tarascones

Es otra de las maravillas que retoma sus funciones en enero y con escenario nuevo. Es que esta obra de Gonzalo Demaría y que dirige Ciro Zorzoli comenzó su recorrido el año pasado en el Teatro Cervantes pero fue tal éxito y la demanda de entradas que decidieron regresar y probar en el teatro comercial. Será El Picadero también (lo más off del comercial, hay que decirlo) quien albergue a estas cuatro disparatadas amigas que se reúnen una tarda a tomar el té.

Cuatro mujeres se juntan a jugar a las cartas y tomar el té. Un asesinato se da cita ahí, en el coqueto departamento típico de Recoleta de una de las amigas. Pero nada es lo que parece, las apariencias engañan y la estructura de la pieza entonces se vuelve dialéctica pura para reflexionar sobre las clases sociales, el odio que comparten las cuatro amigas –la amistad es un decir, aquí más bien es la guerra, la competencia, la hostilidad y la amenaza por revelar los secretos más profundos de cada quien los protagonistas de la obra- por la empleada doméstica que se convierte, siempre, condición sine qua non para las clases altas, en la culpable de todos los males. Al tiempo por supuesto que la necesitan más que al agua.

Paola Barrientos, Eugenia Guerty, Alejandra Flechner y Susana Pampín son las cuatro actrices notables que arrancan sorpresa, risas (incluso carcajadas) y por momentos espanto. Sí. Sin dudas se trata de una comedia negra, con un recorrido detectivesco y unas actuaciones tan pero tan imponentes que los espectadores no podrán sacar sus miradas de encima de esos rostros que incluyen expresiones múltiples pero que se transforman en máscaras clownescas de lo mejor.

Escrita en distintos versos tales como romance, yámbico y sáfico, pero no por eso acartonada ni rígida, todo lo contrario, las palabras fluyen, ligeras, volátiles, la obra con tintes absurdos y paródicos arma un policial desopilante y por momentos tan disparatado que el suspenso se vuelve fiesta.

El test

¿Cien mil dólares ahora o un millón en diez años? Es la pregunta explícita, contundente, teatralmente de lo más eficaz y que asegura un debate jugoso pero intrincado para la cena posterior, que da pie a la obra que se estrena el 12 de enero en el Multiteatro, dirigida por Daniel Veronese, escrita por el catalán Josep Vallejos e interpretada por Jorge Suárez, Carlos Belloso, Viviana Saccone y María Zubirí.

Tal como nos tiene acostumbrados el teatro de la calle Corrientes aquí hay parejas, encuentros, desencuentros, caos, secretos que se revelan, conflictos, mentiras, verdades y un sinfín de situaciones teatrales. De eso no hay dudas. Así lo promete el tema que toca.

Una pareja visita a otra para pasar, eso es lo que creen pero nunca lo que sucede en verdad, una hermosa velada entre amigos. Tres de ellos se conocen de toda la vida, la cuarta, en cambio, la nueva mujer del dueño de casa, más joven y de otro mundo, es psicóloga y todavía busca la aprobación de los demás. Aunque aparece ya muy entrada la obra, lo cierto es que es ella quien ha creado ese dilema que es más un test de personalidad que una pregunta inocente. Y así, de improvisto para los amigos, aparecerá más verdades que las que creían conocer.

Una buena propuesta que seguramente pivotee entre lo cómico y lo angustiante que resulta descubrir en el otro unas verdades escondidas hasta entonces.

Entonces la noche

Así como el cine clásico se fundó sobre tres premisas ineludibles que aseguraba cierto éxito en sus producciones que fueron el género, la casa productora y el sistema de estrellas; el teatro comercial parece tener su propio triángulo perfecto o al menos garante: obras de otras latitudes con un éxito probado, unos actores muy conocidos –muchas veces provenientes de la televisión- y un tema preferentemente gracioso que le asegure un rato de entretenimiento a su público. Entonces la noche parece ser una notable y bienvenida excepción.

Poco podemos predecir de lo que se verá en el Paseo La Plaza desde el 10 de enero pero algo es seguro: no forma parte del canon al que nos tiene acostumbrados el teatro comercial. Es que no se trata ni de una obra conocida ni de una comedia delirante de living sino de un proyecto proveniente del teatro independiente. Martín Flores Cárdenas (Entonces bailemos, Otelo) es el director y autor de la pieza y el elenco compuesto por Cecilia Roth, Dolores Fonzi, Guillermo Arengo y Ezequiel Díaz suena realmente tentador.

Y aún más conocer en profundidad la historia de estos cuatro personajes que aunque disímiles confluyen en la oscura noche de la ciudad. Un joven que sale a buscar a su padre contra los deseos de su madre. Una prostituta que intenta sobrevivir en un mundo que la acecha permanentemente. Un policía que investiga una serie de asesinatos brutales. Y la tranquilidad de una mujer que se ve perturbada por una sucesión de hechos misteriosos.

Para agendar:

El amor es un bien, desde el 6 de enero, los sábados a las 22.30 (y desde febrero domingos a las 18) en el Camarín de las Musas.
Sobre Mirjana y los que la rodean, los viernes y sábados a las 22.15, en el Picadero.
Tarascones, desde el 12 de enero, de jueves a domingos a las 20.30 y lunes día popular a las 20.30, en el Picadero.
El test, desde el 12 de enero, de miércoles a domingos en el Multiteatro.
Entonces la noche, desde el 10 de enero, de miércoles a domingos en el Paseo La Plaza.

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