Una grieta en la pared. Una mujer hermosa. Un estudio de arquitectura. Muchas mentiras. La verdad que se desteje en una maraña de silencios y una pregunta -"¿Qué pasó con Nelson Jara?"- son los ejes que disparan un policial cargado de suspenso e intrigas.
En su segunda experiencia cinematográfica de largometraje después de "Verdades verdaderas" (2011), el director Nicolás Gil Lavedra toma la novela de Claudia Piñeiro, "Las grietas de Jara", y la convierte en film atrapante, protagonizado por Oscar Martínez, Joaquín Furriel, Soledad Villamil, Sara Sálamo, Laura Novoa, Zoe Hochbaum y Santiago Segura, que será estrenado el 18 de enero.
"La novela es una reflexión acerca del matrimonio, la crisis de la mediana edad y las dificultades de vivir en un mundo donde las reglas las imponen los más fuertes", definió la escritora. Frente a Infobae, Gil Lavedra y la joven actriz Zoe Hochbaum -participó en "Taxxi, amores cruzados", "Abzurdah", en 2016 tuvo su primera nominación al Goya como mejor actriz revelación por "El faro de las Orcas", y en 2018 hará en teatro "El diario de Ana Frank"-, revelan el back del thriller psicológico que los tiene como protagonistas, detrás y delante de la cámara.
-Sin develar demasiado la trama, digamos, la película ¿se inscribe en el género de thriller definitivamente?
Nicolás Gil Lavedra – Sí. Es un thriller psicológico cien por cien. Hay misterio, hay personas culpables y se nota, son sospechosos entre sí. Es muy interesante cómo se crean los climas en el cine, cómo ponemos la cámara, cómo manejamos la luz, la música, y las actuaciones en función de. Con Zoe tuvimos la suerte, y ella tuvo la suerte, de que las escenas que le tocaban a ella, eran las respiraciones que tenía la película y los momentos más amenos en cuanto al protagonista, que es Joaquín Furriel, cuyo personaje es Pablo Simó, y la relación con su hija. Era el único momento donde parecía que salía el sol en la película. Después, todo lo demás, es de alguna manera…
Zoe Hochbaum – Oscuro.
Nicolás Gil Lavedra – Un poco oscuro.
– Y como si esto fuera poco, hay un texto que es de Claudia Piñeiro y hay una realización argentina. Digo, Claudia me parece que es la que más cinematográficamente escribe sus novelas, ¿no?
Nicolás Gil Lavedra – Sí. A mí lo que me pasa con sus textos, es que es imagen pura. Crea unos personajes que uno puede cambiar el contexto y funcionan solos. Y eso me pasó cuando leí Jara.
-Cómo es acercarte al cine comercial como muy bien planteaba Nicolás. Si bien hay aspiración a hacer cine de autor, acá hay también una aspiración comercial. ¿Cómo es esto?
Zoe Hochbaum – Como recién arranco y para mí es una búsqueda eterna ni hablar, pero sobre todo ahora es plena, absoluta búsqueda, yo creo que no me centro en que si es comercial o de autor. Yo creo que cuando me dan el guión, tengo que sentir algo. Entonces fue eso, fue que sentí muchas cosas, mucha emoción, mucha vibración por el guión y ni siquiera pensé en el momento en lo comercial.
-Contame eso de la vibración, que me gusta mucho, al lado de Joaquín Furriel, de Soledad o de Laura Novoa…
Zoe Hochbaum – Es un honor trabajar con ellos. Algo que nunca podía haber imaginado. Hasta me da vergüenza (Risas). Es como "¿qué haces piojo ahí adentro?" (más risas). Juaco (Furriel) es una persona que yo quiero y admiro mucho, trabajamos juntos en "El faro de las orcas", una película hermosa, y estar con él de nuevo en un film fue increíble. Laura (Novoa) es hermosa y la adoro. Y a Oscar Martínez siempre lo admiré muchísimo.
-Es como trabajar con el bronce. Hoy estar al lado de Oscar Martínez es estar trabajando con Sarmiento.
Zoe Hochbaum – Sí, sí, sí. Es como guau, algo increíble. Fue, lo sigue siendo y lo seguirá siendo, un honor. Con todos. Es una película que tiene un elenco sarpado. Yo siempre digo "¿qué hago yo ahí si recién estoy arrancando?". Para mí fue como un gran aprendizaje.
-Pensaba, durante mucho tiempo en Argentina no se filmaban thrillers, que no había público que estaba dispuesto a ver cine argentino de estas características
Nicolás Gil Lavedra – Viene funcionando.
-Claro.
Nicolás Gil Lavedra – Nieve negra, bueno, es para mí uno de los géneros que más funcionan como la comedia. Por ahí el drama es lo que más está costando en la actualidad. Igual venimos en un año en donde todo está costando mucho y el cine me parece que es lo más afectado y lo más golpeado.
-Contame eso.
Nicolás Gil Lavedra – Y a mí me impresiona, yo veo lo que son los números, yo veo que dos películas superan el millón de espectadores y me impacta. Más que nada, porque hay películas muy buenas este año, multipremiadas en el exterior, que no llegan a la gente. Y eso creo que es un gran problema que tienen las políticas del instituto de cine y la manera de acercar un público a determinado cine, ¿no?
-No hay la menor duda de que una industria no se consolida sin una política decidida del Estado.
Nicolás Gil Lavedra – Sí.
-¿Cómo viven la grieta? Yo odio la expresión "la grieta" pero la digo siempre.
Nicolás Gil Lavedra – Qué sé yo, a mí me han ubicado en todos los lugares posibles. Desde que hice la vida de Estela, entonces era K. Cuando me peleaba con la gente por ser hijo de mi papá (Ricardo Gil Lavedra) entonces "sos radical". Siempre me fueron ubicando. La realidad es que intento vivirla me parece que, como todo el mundo, apaciguando ¿no? Que es la única manera que tenemos de sobrevivir. Nada es ni tan bueno ni tan malo. Es cierto que hoy estoy pasando por una etapa en donde descreo mucho más de la política, entonces estoy un poquito más desesperanzado por más que tengo treinta y monedas.
– ¿Cuántos tenés?
Nicolás Gil Lavedra – Treinta y cuatro y me pasa que por ahí no creo en las instituciones, en lo que representan. Creo que son símbolos pero que están totalmente bastardeados, por un lado y por el otro, y eso va más allá de la grieta. Me parece que lo que la sociedad está viviendo hoy es una consecuencia de lo que pasa más arriba.
-Claro.
Nicolás Gil Lavedra – Si nuestros padres nos pegan nosotros vamos a pegar. Me parece que pasa lo mismo y es lo que estamos viviendo ahora.
-Le toca a la generación de ustedes y parte seguramente de eso es pegar la vuelta. ¿Cómo vivís la grieta, que en tu oficio, en la actuación, se ha mostrado de manera muy virulenta?
Zoe Hochbaum – Yo también trato poner el granito de arena, de mostrarle al otro cómo hacerlo un poco mejor y si el otro no lo hace bueno, yo intenté. Trato de involucrarme, de mostrar que me importa lo que pasa y de respetar al otro. Y si un día no tengo tiempo de ir a una marcha, que a mí me importa, por ejemplo de Nunca Más o de Ni una Menos, entonces escribo algo en Facebook, me tomo un rato para pensarlo, para reflexionar.
-La militancia pequeña pero persistente.
Zoe Hochbaum – Exacto.
-¿Por qué hay que ver la película?
Zoe Hochbaum – Porque es argentina, punto número uno. Punto número dos, porque es diferente. Es una película que tiene un mensaje, como una subtrama, una expresión rectora. Para mí -no sé si es objetivo lo que voy a decir- es un peliculón.
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