Ides Kihlen: "Preparé mi obra en un siglo"

La centenaria artista inaugura una muestra en el Museo de Arte Moderno. La historia del encuentro casual que la llevó a exponer por primera vez a los 85 años

Ides Kihlen comenzó a exponer a los 85 años (Juana Ghersa)

En cien años se construyeron imperios y también se produjeron sus caídas. Los siglos son así: tremendos, agitados y con la dinámica convulsiva de la historia. También pueden ser el tiempo de una vida dedicada al arte. Tal es el caso de Ides Kilhen, artista nacida en 1917 en Santa Fe y que inaugura esta tarde una nueva muestra en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Una vida atravesada por la música y la plástica.

"Siempre me preparé para la vida artística -dice la artista a Infobae-. Mi padre estuvo de acuerdo siempre con esta vocación, que además es una herencia. Mi madre tocaba muy bien el piano y a mi padre le gustaba mucho el arte. La vida artística es difícil cuando todavía uno no sabe qué es el arte. Se necesitan muchos años de estudio para aprender y encontrar un camino propio. Al final, creo que tuve buenos maestros en esa tarea". Kilhen estudió simultáneamente en la Escuela Nacional de Artes Decorativas y en el Conservatorio Nacional de Música. "Yo estoy muy contenta. Resulta que la obra la preparé en un siglo. He trabajado", afirma.

Se formó en la Escuela Nacional de Artes cuando Pío Collivadino era director y asistió a talleres de Emilio Petorutti, Juan Batlle Planas y Kenneth Kemble

La muestra que se inaugura en una de las salas del MAMBA está compuesta por obras lúdicas en las que la geometría cobra un papel central y forma no sólo figuras, sino superficies que irradian energía. "Todo el siglo es carnaval", se llama la exposición, y esa frescura del Eros se esparce en cada pieza. Hay collages que forman, desde la asimetría, un retorno a imágenes circenses y, así, también a la patria de la infancia. Las pinturas abstractas juegan con el peso de los trazos, que se realizan sobre superficies coloridas y sinuosas. Hay una reminiscencia a Chagall, a Miró en los cuadros.

-¿Nota una influencia de esos artistas en sus obras?

-Ninguna. Encuentro que hay un parecido a veces, eso es común en todos los artistas. En la obra moderna hay parecidos, pero nadie copia a nadie. Hay algunas influencias que pueden rastrearse, pero cada uno tiene su personalidad.

Y personalidad no le falta a Ides Kilhen, que también construye su propia imagen con mirada artística. "El arte es un modo de vivir diferente, al que uno tiene que acostumbrarse -dice-. Después se crea una costumbre diferente y una vez que se sabe qué es el arte, se vive como un artista. Y es una forma de vivir que se expande en todo, hasta en la manera de comer".

Se formó en la Escuela Nacional de Artes cuando Pío Collivadino era director y asistió a talleres de Emilio Petorutti, Juan Batlle Planas y Kenneth Kemble, entre otros. "Recién comencé a exponer después de que me había recibido de profesora. Por mi parte, hacía cosas que aquí todavía no se habían hecho. Me interesaba mucho Marinetti y los futuristas italianos, pero acá todavía el arte era todo figurativo e influenciado por la pintura clásica". Como se ve, Ides era vanguardista desde chiquita.

Su irrupción en el mundo del arte se produjo tardíamente. En 2002, un coleccionista fue a su casa a tasar unos cuadros de Fernando Fader que el padre de Ides Kilhen había comprado cuando ella tenía 13 años, pero en lugar de la tasación el coleccionista quedó deslumbrado por la obra de la artista, y la expuso ese año en ArteBA. Ides tenía 85 años y desde ese momento comenzó a exponer y disfrutar del reconocimiento por parte del mundo del arte.

El año que Ides Kihlen nació se produjo la revolución rusa, que también cumple 100 años. "Fue parte de la liberación del mundo -dice la artista-. Hice obras con ese tema. Aproveché todo lo que pasaba en Europa. Me gusta mucho la pintura rusa, había una gran plástica de vanguardia".

-¿Tiene contacto con artistas jóvenes?

-Me gustan muchas obras, pero se pierde mucho tiempo del estudio cuando se tienen muchas amistades. Estoy acostumbrada a vivir sola y para mí lo más importante es el arte.

En el MAMBA una vitrina muestra pequeñas pinturas realizadas en cartones, recortes de papel, telas. Ides Kihlen aprovecha todo soporte para realizar su obra. A los cien años, para la artista todo es posible de ser transformado en arte. Una tarea que continúa con un vitalismo que conserva desde su juventud.

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