Este año fue un gran año para el Teatro Cervantes. No sólo porque en junio comenzaron las obras edilicias de renovación y puesta en valor, sino porque, a partir de una meticulosa tarea en perspectiva, el teatro logró renovar su contenido artístico y erigirse, casi sin que nadie lo prevea, en lo que siempre fue: el lugar por donde pasan las mejores obras de teatro del país. "Trabajamos muy fuerte en el 2016 para el desembarco del 2017", le dice a Infobae Alejandro Tantanian, quien asumió la Dirección en enero de este año.
"No esperamos tamaña repercusión. Fue extraordinario lo que pasó desde el primer día. Con La terquedad, el proyecto Integral Pavlovsky y el 90 % de las cosas que hicimos". Un total de 33 acciones —como ellos las llaman— se realizaron este año como, además de las dos ya mencionadas, Salvaje de Romina Paula, el laboratorio taller para jóvenes periodistas, SM38 (Shakespeare Material), el ciclo de conferencias performáticas Territorios en conflicto, la Eva Perón de Copi y Escritor fracasado, sólo por nombrar algunas. En ellas participaron 455 artistas. Se realizaron 651 funciones en total y asistieron 139.930 espectadores. Además, por primera vez el Cervantes produjo de manera integral cuatro obras en Rosario, Villa La Angostura, Lago Puelo y Córdoba.
Interesar al público
Es sabido que para pensar un rumbo es necesario saber dónde se está parado. Y en la gestión pública eso significa tener datos duros, compararlos, tejer estrategias y buscar cambios. De los datos que arroja el estudio que el Cervantes realizó, en 2016 el perfil del espectador era principalmente mayor de 60 años (el 44% tenían esa edad) mientras que en 2017 el espectro se amplió: los visitantes de 30 a 44 años pasaron de ser el 23% al 35% así como los de 18 a 29 pasaron de 15% a 21% y los mayores de 60 bajaron a 27%, casi la mitad. Esto habla a las claras de un cambio claramente positivo: hacer que esta histórica y enigmática institución artística se sitúe en la curva que une tradición y vanguardia, dándose el lujo de hablarle, ya no sólo a los que siempre van al teatro, también a las nuevas generaciones que encuentran en él un ámbito de entretenimiento y reflexión.
"La cantidad de espectadores es un número frío, pero se ve en lo que la gente nos comentaba o en las encuestas que se hacen o en las opiniones que nos dejan", cuenta Tantanian asegurando que el objetivo fue, justamente, bajar la franja etaria: "Sigue viniendo el público que venía al Cervantes, no queríamos dejarlo de lado, pero queríamos abrir el espacio a nuevos públicos, de los cuales muchos es la primera vez que vienen al teatro. Creamos un área de gestión de público. No estamos esperando a que la gente venga, sino que salimos a buscarla, a interesarlos, invitarlos a que vengan."
"La terquedad fue nuestra nave insignia. Basta con entender que en esa obra había algo que sólo el teatro público podía hacer. Y la vieron más de 30 mil espectadores en poco más de 40 funciones", dice sobre la obra de Rafael Spregelburd que dejó a todo el mundo boquiabierto. "Hay un montón de acciones que no se ven, teníamos un sistema de ticket que no te permitía tener acceso al público, ahora sí. También hicimos una reactivación de redes sociales. El cambio de diseño causó una gran empatía con un público que está asociado a eso. Logramos que en el 60% de los espectáculos las entradas se agoten 20 días antes de que comiencen", dice y agrega que "las instituciones culturales públicas siempre se han pensado de forma conservadora, pero un espacio público es un espacio virgen con un montón de tradición. Yo voy a estar un tiempo acá, no me voy a quedar a vivir, pero hay que pensar un programa editorial. Este es un teatro de la gente y para la gente bancado por los dineros públicos, que son de la gente. Un teatro público tiene la obligación de crear espacios de reflexión, investigación e incluso de error".
Lo que se viene para este 2018
¿Qué es lo que se viene? ¿Cómo mantener la línea y sin que expectativas no bajen? En abril se realizará Marx nace, una obra que busca indagar sobre lo que "dijo e hizo realmente Marx". Se reponen varias, como La savia, La terquedad y Escritor fracasado. Se estrena Tiestes y Atreo de García Wehbi, En lo año para siempre de Fabbri y Pérez Tomas, El hombre que perdió su sombra (obra para chicos, con arte de Isol), Cosas como si nunca de Catani y La vida extraordinaria de Tenconi Blanco. Vuelve Copi por dos: Eva Perón y El homosexual o la dificultad de expresarse. Marilú Marini tendrá nueva obra a estrenar así como "El Puma" Goity hará Las benévolas y Osky Guzmán dirigirá Enobarbo. El federalismo seguirá presente en Rosaio, Córdoba capital, San Fernando del valle de Catamarca y Mendoza capital, y continuarán los laboratorios de creación y las conferencias performáticas. El cierre estará a cargo de La pieza de Franz de Margarita Fernández.
¿Cuál es, entonces, el gran desafío propuesto? ¿Cuáles son los ejes de la gestión de un gigante de la cultura? Tantanian lo tiene claro y empieza a enumerar, como si fueran items de los cuales podría estar hablando horas y horas, porque cada uno requiere una discusión de fondo: "Poner las tradiciones en fricción con la contemporaneidad, seguir buscando los clásicos del futuro, corrernos de lo dominante, pensar lo contemporáneo, que el Cervantes sea una casa de los artistas vivos, trabajar para que Buenos Aires no sea siempre la cabeza de Goliat y que el resto del país se pueda autosustentar, que el teatro público pueda financiar a artistas que no vivan en la ciudad de Buenos Aires."
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