Por Lucas Soares
Desde su origen, la filosofía se cuestiona los marcos en los que habitualmente concebimos el mundo. Desde siempre, existen también filósofos que además de cuestionar esos límites se rebelan contra las propias prácticas de la filosofía y reinventan el lenguaje bajo nuevas coordenadas conceptuales. "La revuelta filosófica" (Galerna) es una colección que se ocupa de estudiar precisamente a aquellos rebeldes que se atrevieron a desafiar y desestabilizar el pensamiento, dando lugar a nuevos discursos y modos de vida alternativos.
El nombre de la colección
El término "revuelta" permite definir bien en términos generales el núcleo de la actividad filosófica. Porque de alguna manera eso es lo que hace un filósofo: revolver, trastocar nuestras habituales formas de pensar, de sentir y de actuar para mostrar cómo se las puede organizar de otras maneras. Desmontar marcos de comprensión para ver cómo estos funcionan por dentro y entender un poco mejor así cómo llegamos a ser ese ser humano que somos. Esa es de alguna manera la historia de la filosofía: una milenaria historia de descomposición y recomposición de distintas visiones-sentidos de mundo. En términos más estrictos, la noción de "revuelta" me parece ilustrativa de un movimiento que es característico de la filosofía desde su origen. Me refiero al hecho de que ella pareciera avanzar en un doble movimiento de "revuelta". Por un lado, problematizando sus múltiples objetos de estudio, que pueden girar en torno al ser, la verdad, Dios, el amor, la política, la técnica, los modos de subjetivación imperantes, etc. Por otro lado, y de forma correlativa al movimiento anterior, la filosofía avanza retrocediendo, quiero decir, problematizándose a sí misma, como un tipo de saber que se muerde la cola, que se renueva a sí mismo cuestionando su propia tradición y herencia. Digamos que avanza gobernada por estas dos fuerzas que generan oleajes hacia el exterior y al interior mismo de la tradición filosófica. La idea entonces fue armar una colección que invite a entrar al universo filosófico a partir de ese gesto desestabilizador y revoltoso que define y motoriza al pensamiento filosófico desde su origen.
El criterio que guió la elección de los filósofos
El criterio general que seguí fue elegir filósofos que construyeron sus esquemas de pensamiento desde una posición más marginal a la forma en que la filosofía se venía practicando en su respectiva época. Filósofos para quienes ese obstáculo que puede ser la tradición filosófica hegemónica en su tiempo opera como condición de posibilidad para el surgimiento de sus propias teorías. Filósofos que a mi modo de ver marcan un nueva forma de hacer filosofía en términos de contenido y de estilo de escritura. En una palabra, los filósofos "contreras" de su tiempo, aunque después hayan sido póstumamente canonizados y hoy formen parte de cualquier currícula académica.
Lo central es que este criterio de selección no se basa en un afán histórico-arqueológico, sino más bien en un intento por ver cómo las respectivas revueltas de estos filósofos nos siguen interpelando en nuestro presente. En este sentido fue deliberado que el primer título de la colección fuera Epicuro, un filósofo que entre otras cosas sostuvo una concepción "ampliada" de la filosofía; que buscó sacarla del claustro para hacerla accesible a la mayor cantidad de gente posible. Y lo mismo, desde otro marco epocal y conceptual, puede decirse de Nietzsche y su revuelta contra los ídolos-ideales postulados por las tradiciones platónica, cristiana y moderna. Y otro tanto puede decirse con relación a Eriúgena, Derrida, Spinoza y Schopenhauer, los otros filósofos publicados hasta ahora.
Sobre la divulgación en filosofía
"La revuelta filosófica" es un tipo de colección que me gusta llamar de "divulgación académica", lo cual parece una contradicción en los términos por esa supuesta idea de que los académicos no se llevan bien con la divulgación, o que incluso la devalúan. En una época como la nuestra, tan caracterizada por la hibridación de los discursos, me pareció interesante pensar una colección que tienda puentes entre la universidad y la comunidad, puentes que acerquen el discurso filósofico a un público no especializado. Tratar de ver qué pasa si mezclamos algo del dispositivo académico de lectura con el registro de la divulgación.
Desde la universidad se puede producir un tipo de divulgación filosófica rigurosa, creativa y a la vez atractiva para públicos más amplios, que sienten curiosidad por el registro filosófico. De hecho, la colección se inscribe en el marco general de un "paradigma divulgativo" en boga en esta época, que se puede ver en otras disciplinas, como la economía, la biología, las neurociencias, etc. Además de dar clase e investigar, creo que otra de las funciones no menores de un profesor de filosofía es la de divulgar lo que hace hacia públicos no especializados. Otra idea que motivó en parte la colección fue la de recuperar esa tradición de colección de filosofía que hubo en la Argentina y que, por razones editoriales, culturales y económicas, fue desapareciendo con el tiempo.
Sobre la estructura de los libros
La estructura de los libros de la colección intenta dar cuenta de ese acercamiento entre el registro académico y el de divulgación, sobre todo a partir de la inclusión en los volúmenes de una importante selección de textos del filósofo tratado. Se trata de una selección guionada y glosada por un previo y largo estudio preliminar centrado en el eje de la "revuelta" Esta selección de textos le brinda al lector la posibilidad de contar con un conocimiento directo de la obra del filósofo, lo cual es importante por varias razones: para que el lector no se quede con un mero "saber de oídas"; para que pase por la letra del filósofo y advierta que en filosofía el estilo hace a la filosofía del autor. También me parece interesante que el lector atraviese por momentos la angustia de no entender al filósofo que lee, porque esa angustia es en parte la que hace nacer el deseo de indagar más. Este camino es para mí una manera de no traicionar la dificultad de los textos filosóficos.
La filosofía es difícil no porque ella quiera, sino porque pensar es difícil. Mi experiencia docente a partir del trabajo con públicos no especializados me dejó en claro algo: que por lo general la gente se acerca a la filosofía a través de un manual o una introducción y se queda ahí, sólo con eso, perdiéndose el pasaje por la fuente filosófica. En este sentido para mí la divulgación filosófica no tiene que ser un fin en sí mismo, sino sobre todo un medio que te haga llegar de alguna manera al filósofo. Por eso el tono pensado para los libros es el de una clase clara y dinámica, sin el acartonamiento y los tecnicismos propios del registro académico. De hecho, en una clase de filosofía solemos hacer eso: establecer un guión de lectura para abordar un determinado corpus textual. La idea es que a través de la lectura el lector experimente una expansión de ese ejercicio de la sospecha que pusieron en escena los filósofos que forman parte de la colección
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*Colección La revuelta filosófica (Galerna).
Los títulos de la colección hasta ahora publicados son:
EPICURO, de Esteban Bieda
NIETZSCHE, de Virginia Cano
DERRIDA, de Gabriela Balcarce
ERIÚGENA, de Ezequiel Ludueña
SPINOZA, de Axel Cherniavsky
SCHOPENHAUER, de José González Ríos
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Próximos títulos del 2018:
LOS CÍNICOS, de Claudia Mársico
WITTGENSTEIN, de Federico Penelas
KIERKEGAARD, de Patricia Dip
FOUCAULT, de Manuel Mauer
**Todos los autores de los volúmenes son docentes de la carrera de Filosofía de la UBA e investigadores del CONICET.
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