La primera escena culmina con un grito. Un grito sostenido por una soprano, un bajo barítono, un tenor y un contra tenor, entre los acordes disruptivos de la música contemporánea, provoca un efecto perturbador en el público. Es que, además, el recitante ya ha contado que ese grito es el proferido por León Trotsky cuando Jacques Mornard -el alias que usaba Ramón Mercader- le clava en la cabeza un piolet. Un grito perturbador, tan perturbador que regresará en los sueños de Mercader hasta su muerte. Así empieza la adaptación de El hombre que amaba a los perros, la novela del cubano Leonardo Padura, al campo de la ópera más actual realizada por el argentino Fernando Fiszbein, magister por el Conservatorio Nacional Superior de París.
La novela y la ópera muestran en paralelo las historias del exilio de Trotsky dictado por Josep Stalin a la vez que la transformación de Mercader en Monard, un agente de la Unión Soviética que -impulsado por su madre Caridad del Río- aceptará la misión de abandonar su pasado y todo aquello que pudiera ligarlo con su identidad anterior para infiltrarse en el grupo íntimo de Trotsky y asesinarlo. Una tercera línea, no presente en esta primera parte de la ópera, cuenta el encuentro del narrador con un Mercader ya mayor, luego de haber cumplido pena de prisión en España y haber sido homenajeado como héroe en Moscú y en La Habana de Fidel Castro en 1977.
La obra se trata de un anticipo de una mayor que se estrenará en 2019 y que tendrá una duración de dos horas. "Son escenas que marcan su propia lógica, independientemente de que vayan a quedar en la versión mayor que estamos preparando", dice a Infobae Fiszbein.
-¿Cómo llegó a la novela de Padura?
-Creo que se trata de una obra fundamental de la literatura contemporánea latinoamericana e iba a llegar a ella de un modo u otro. De manera práctica, fue una recomendación repetida de mi familia o de otra gente muy querida. Al leerla se volvió evidente que era el texto para mi siguiente ópera. Tiene un peso shakespereano y narra un siglo que me tocó conocer en su última parte. Todavía me llegan las resonancias de esa historia y además su espíritu de tragedia clásica.
-¿Tuvo contacto con Padura?
-Una de mis primeras intenciones fue contactarlo y lo pude hacer. Me encontré con un artista y una persona particularmente humana que me trato como un compañero más joven dentro de la creación. Siempre fue muy atento y solidario con mi propuesta de adaptación. En un segundo encuentro pude mostrarle con mayor definición el plan de la obra, la forma en que pensaba montar su novela y su respuesta favorable me dio mucha confianza. Se puede decir que somos muy buenos cómplices. Lo invitamos a que viniera a este estreno, pero está escribiendo una novela, sin embargo, no se quedará sin verla y más aún la versión mayor que estrenaremos en 2019 y para la que seguro contaremos con su presencia.
-Hay una voz cubana que recita algunos pasajes del texto.
-Bueno, sí, es Leonardo Padura. Su voz sí estuvo en esta versión de su novela.
La adaptación también incluye imágenes fílmicas de archivo de diferentes momentos de la vida de Trotsky, cuyo discurso es acompañado por los acordes y la percusión contemporánea del Ars Nova Ensemble, que produce un efecto poderoso en la sala. Son filmaciones del momento de la constitución de la Oposición de Izquierda que enfrentaría y denunciaría a Stalin, la de su llegada al exilio mexicano y la que anuncia la constitución de contraproceso Dewey, que demostraría como falsas las acusaciones por las que se había condenado a Trotsky en Moscú, como un traidor a la revolución y agente de las potencias enemigas, además de sostener un plan terrorista para derrocar al georgiano que gobernaba con mano dura los destinos de la primera revolución obrera triunfante en el mundo, a la vez que constituía una casta burocrática alejada de los trabajadores y la realidad misma. La percusión, las cuerdas, los vientos y las voces, además de la narración del recitante Iván García -dirigidos por Jean-Michael Lavoie-, conforman una obra muy potente y que plantea la expectativa del estreno de su segunda parte en 2019. Este jueves se puede asistir a su última presentación en el Centro Experimental del Teatro Colón a las 20 horas.
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