Los nuevos rumbos del periodismo narrativo: así comenzó el festival Basado en Hechos Reales

En el imponente CCK se llevó a cabo un encuentro para dialogar y pensar sobre ese momento donde el periodismo trasciende la noticia, lo meramente informativa, y se vuelve literatura. Leila Guerriero y Cristian Alarcón junto a otros escritores, en el primer día del festival

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La multitud de concurrentes a
La multitud de concurrentes a la charla entre Leila Guerriero y Cristian Alarcón (Nicolás Stulberg)

Que sí, que no, que el periodismo está muerto, que la crisis es final, que la posverdad, que internet, que las redes sociales, que todo es opinable. ¿Cómo sería un mundo sin periodismo? Posiblemente sería —si se permite la imaginación— un ecosistema de millones de esferas aisladas y desinformadas. ¿Quién jerarquizaría la información? O mejor: ¿qué sería información, qué hecho sería noticioso? ¿Cómo narraríamos eso que acontece, relevante o mínimo, y que pide a gritos ser contado, ya no con un título y un copete sino con esmero, estética y lucidez? En la primera edición del festival Basado en Hechos Reales que se realiza este fin de semana —empezó el jueves 30 de noviembre y concluye el domingo 2 de diciembre— se plantean preguntas sobre la crónica y el periodismo narrativo, esa porción voluminosa de la literatura que cuenta todo aquello que sí sucedió.

La jornada comenzó temprano. A las diez de la mañana María Sonia Cristoff dio una clínica titulada "Los túneles del topo. La no ficción en clave literaria", Daniel Merle el taller "Informar con luz. Rediseñemos el periodismo" y a las once Josefina Licitra, su clínica de crónica "Narrar la realidad (con tiempo)". Por la tarde, comenzaron las mesas. En "David y Goliar: la lucha por las audiencias", Tomás Pérez Vizzón y Eugenia Mitchelstein debatieron moderados por Pablo Martín Fernández; y en "América Latina: narrar contra el estereotipo", Maye Primera, Hinde Pomeraniec y Rocío Puntas hicieron lo mismo intercaladas por las preguntas de Silvina Heguy. Sobre el final, mientras caía la tarde detrás de la Casa Rosada, el evento del día: "Duelo de autores: ¿de qué @%#!& estamos hablando en este festival?". Allí, Ezequiel Martínez deslizaba interrogantes y Leila Guerriero y Cristian Alarcón bailaban sobre la frontera que separa la ficción de la no ficción. El Salón de Honor estaba repleto, una enormidad de gente se amontonaba en el fondo ya sin sillas.

Maye Primera, Hinde Pomeraniec y
Maye Primera, Hinde Pomeraniec y Rocío Puntas y Silvina Heguy (Nicolás Stulberg)

Ya pasadas las nueve de la noche, una actividad cerrada en La Cúpula, va cerrando la jornada. Una entrevista exclusiva con el destacado periodista norteamericano Gay Talese desde Estados Unidos se proyecta en la pantalla. "El periodismo se trata de estar en el lugar, mirar a la gente, no creer en todo lo que te dicen", sostuvo este hombre de 85 años sentado, de traje, en lo que parecía ser el hall de algún hotel. Sus ironías, sus agudas críticas, sus chispazos de brutal inteligencia silenció a toda la vidriada habitación oscura del CCK. Tras los aplausos, Tálata Rodríguez realizó una conferencia donde contó su relación con un "papá postal": cartas que se envió durante años con su padre que vivía en Colombia, luego en Francia, que fue chamán, pintor, profesor de filosofía, galán. "Fue un primer día increíble —le dice a Infobae la escritora Luciana Mantero—, una de las organizadoras del festival, superamos las expectativas, se llenó de gente interesada en el sector. Frente a lo que dicen muchas editoriales, de que el género es de nicho o no se lee o no hay interés, la potencia de contar en historias reales, cuando uno se esfuerza en contarlas bien con reporteo y trabajo por la forma tiene éxito y tiene público."

Ezequiel Martínez, Cristian Alarcón y
Ezequiel Martínez, Cristian Alarcón y Leila Guerriero (Nicolás Stulberg)

Ahora todos salimos de La Cúpula pero seguimos en el noveno piso de ese edificio imponente que empieza a vaciarse y ser una belleza desolada. Es el brindis después de la apertura: hay periodistas, escritores, gestores culturales. Todos charlan y beben. La luz está demasiado alta como para que huya la sobriedad. Mañana y pasado mañana el festival sigue. Hay que ahorrar energías.

"Estoy conmovido, impresionado por la cantidad de gente. Hoy todas las mesas estuvieron a tope, a full". El que habla es Alarcón, ya distendido y con una copa en la mano, en el cóctel del final día. "Me impresionó la mesa que tuvimos con Leila —continúa en diálogo con Infobae— que mucha gente se quedó afuera del salón y pusieron una pantalla. Ella sigue pensando que la crónica es de nicho, yo creo que ya no, que lo desmiente la circulación digital de revistas como Anfibia y otras revistas de América Latina. Hay un público lector que, no sé si devoto, pero sí fascinado por la narrativa de la no ficción. Es un género que ya habita la vida de la gente, de la que forma parte. Eso me parece más importante que saber si vendemos más o menos libros. Hay otras experiencias que están más abrazadas a lo contemporáneo y por lo tanto se tienen que proyectar al futuro pensando en las audiencias más juveniles. A mí me desvive el pensamiento digital y la cultura digital para ver cómo podemos inventarnos algo para que no sea tan aburrido como simplemente creer que la vida empieza y termina en el texto."

Cristian Alarcón (Nicolás Stulberg)
Cristian Alarcón (Nicolás Stulberg)

Pablo Avelluto, de traje azulado y anteojos redondos, le cuenta a Infobae que cuando los organizadores se acercaron al Ministerio de Cultura a contarles el proyecto "nos pareció una iniciativa muy interesante, porque Argentina tiene y tuvo a lo largo de la historia extraordinarios escritores de no ficción, de esto que es difícil definir: periodismo narrativo, nuevo periodismo, periodismo de largo aliento, de investigación. Pero si uno piensa en el Facundo de Sarmiento o en la obra de Rodolfo Walsh o las influencias entre la historia y la literatura creo que el interés que está despertando, de la gente que se acercó, habla de un encuentro muy valioso". Entre 1995 y 1999 Avelluto fue gerente del Grupo Planeta, una de las editoriales más importantes de habla hispana, su relación con la literatura no ha cesado: "Soy más lector de no ficción que de ficción, pero ahora soy lector de expedientes, te diría", dice con humor, y continúa: "Tenemos narradores que pasan de la ficción a la no ficción, como fue el caso de Tomás Eloy Martínez o Martín Caparrós, pero también hay una nueva camada de escritores jóvenes que utilizan los recursos de la literatura para trabajar. Martín Sivak por ejemplo. Me parece que es un género o un espacio para muchos géneros que nos permite, cuando se trata de temas argentinos, conocernos desde lugares que a veces no son los más frecuentados y con plazos que no son los de las urgencias del periodismo tradicional."

(Nicolás Stulberg)
(Nicolás Stulberg)

En todas las actividades que transcurrieron este primer día la idea de periodismo como género literario de no ficción se erige fuerte, como algo más que una opinión. ¿Qué son todos esos textos que se amontonan en los diarios, en los suplementos culturales, en los portales de noticias, en los blogs informativos, en las revistas digitales sino un corpus literario —escrito a veces con urgencia, otras tantas con paciencia— que da cuenta de lo real, de lo que acontece, de lo que se estrella contra la verosimilitud? Entonces, como una planta que crece y crece, cientos de preguntas como ramas, que a su vez tienen hojas, miles, ya es un árbol sólido: un festival que aborda con densidad el periodismo narrativo que hoy, quizás más que nunca, necesitamos.

 

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