Los géneros cinematográficos, que han sido en gran parte el sustento del desarrollo industrial hollywoodense, hace unos años comenzaron a ser aceptados en los festivales internacionales de cine clase "A", decisión que ha despertado –y sigue despertando- enfervorizadas polémicas.
El Festival Internacional de Cine de Mar del Plata ha tenido siempre espacio destinado a los géneros, especialmente el de terror, en su tradicional sección Nocturna. Ahora son tiempos en que estas propuestas atraviesan todas las secciones competitivas y los panoramas, reclamando para sí el mismo derecho que cines más arriesgados en términos estéticos, o compitiendo con obras de autor.
En la competencia oficial se presentó Thelma, película de origen nórdico de Joachim Trier. Thriller psicológico emparentado con Carrie de Brian de Palma, que trae la historia de una joven que llega a la ciudad cargada de una férrea educación religiosa y su consecuente represión sexual. Después de una escena inicial impactante, la película recorre lugares comunes y, salvo en la resolución final, no escapa de lo previsible. Sin embargo hay una cuestión que debería poder repensarse ¿cuánto puede utilizarse una patología real para hacer funcionar su síntoma como origen de un poder que mata? La cuestión de la enfermedad, la normalidad, la verdad, la mentira y el asesinato se entraman de un modo cuanto menos confuso. ¿Será momento en que algunas cuestiones muy repetidas –la enfermedad neurológica como un poder asesino-deberán ser repensadas?
Terror y conurbano
"Espero que la pasen mal", dijo ante una sala colmada Demian Rugna, director de la película nacional Aterrados. La película, que cumple con originalidad cada uno de los objetivos del género, ocurre en el conurbano bonaerense y esto agrega una rara verosimilitud a alguna de las singularidades del film. Aterrados, que participa de la Competencia Oficial Argentina, avanza a partir de la aparición de lo extraño. Algo de sangre, algo de muertos que no lo parecen, paranoias y sospechas por todas partes. Y tres particularísimos investigadores de fenómenos paranormales que, a pesar de no parecerlo, son tan traídos del mundo real como la misma muerte. Rugna consultó, como explicó tras la presentación del filme, con un cazafantasmas local para dar forma a uno de los personajes. La película es puro disfrute, aunque siempre un poco malsano como en cualquier película de terror.
Del conurbano también, pero en un registro completamente diferente es El origen de la tristeza, basada en la novela homónima de Pablo Ramos. El propio autor tuvo a su cargo el guión del film dirigido por Oscar Frenkel. El relato cuenta la historia de Gabriel, sus amigos del barrio y su familia y de cómo la tristeza tuvo su origen. Pablo Ramos pone su voz para el texto en off que borda la narración ubicada en el Sarandí natal del escritor. Las calles, la pelota, las aventuras que son y no son tales, y el dolor de crecer en un momento complicado son parte de la película. El realizador y su productor, Javier Leoz, prometieron que a esta primera obra la continuarán películas basadas en el resto de la trilogía de Ramos, La ley de la ferocidad y En cinco minutos levántate María.
El hombre que sabe de cine
Por la tarde se presentó el libro Hablemos de cine. Antología Volumen 1, editado por Isaac León Frías y Federico de Cárdenas. Ambos son peruanos y fundadores de la revista homónima, que durante 20 años fue central en las discusiones sobre cine latinoamericano. La revista se distribuía en Buenos Aires y casi todas las capitales de la región. Frías, acompañado por el crítico local Guillermo Colantonio, presentó este primer volumen que recopila notas sobre cine peruano y latinoamericano. "Cuando hicimos el primer número todos los fundadores teníamos 20 años. Publicarla fue una osadía, una especie de audacia excesiva", afirmó Frías. "Chacho", como se lo conoce en casi todo mundo, es uno de los críticos más respetados de habla hispana, y el próximo 6 de diciembre recibirá el Premio Fénix al Trabajo Crítico.
Los imperdibles del jueves 23
Sin dudas la presentación de Coco, la nueva producción de Pixar, es una de las mayores atracciones de este jueves. Mucho más si se considera que el público contará con la posibilidad de conversar cara a cara con Gastón Ugarte, animador argentino que trabajó en películas como Up -Una aventura de altura, WALL-E y Un gran dinosaurio.
En la competencia internacional se presentan dos películas de realizadores argentinos: Primas de Laura Bari e Invisible, de Pablo Giorgelli, realizador de la muy premiada Las acacias. También se verá por primera vez una de las más esperadas por la crítica, La telenovela errante, obra póstuma de Raúl Ruiz, el cineasta chileno que vivió hasta su muerte en Francia.
Para los amantes de los clásicos, hay tres imperdibles bien diferentes: Robocop, de Paul Verhoeven, Octubre de Serguei Einsenstein y Pizza, Birra, Faso de Adrián Caetano y Bruno Stagnaro. Para cerrar un infaltable de Mar del Plata, Takeshi Kitano y su Outrage: Coda.
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