Lo más destacado del primer fin de semana del Festival de Cine de Mar del Plata

El encuentro, que se prolongará hasta el 25 de noviembre, comenzó con salas repletas. Cuáles fueron las películas, documentales y cortos que cautivaron al público

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Esta 32ª edición, se desarrollará hasta el 25 de noviembre
Esta 32ª edición, se desarrollará hasta el 25 de noviembre

El pasado viernes por la noche comenzó oficialmente el Festival de Cine de Mar del Plata. La lluvia que se desató sobre la ciudad impidió que la elegancia de la "alfombra roja" diera marco a la ceremonia de apertura. De todos modos la producción había preparado un importante show dentro de la sala Astor Piazzolla del Teatro Auditorium, que incluyó gran cantidad de audiovisuales y la presencia de una orquesta en vivo, interpretando el tema musical de la película Un hombre y una mujer.

Hubo un cambio tal vez menor, pero notable en la tradición de las ceremonias del Festival. En lugar de estar a cargo de alguna de las dos habituales conductoras desde hace muchos años, Gabriela Rádice y Federica Pais, este año quien ofició de maestro de ceremonia fue el productor Axel Kuschevatsky. Sin dudas que su pasado como periodista y enviado a la entrega del premio Oscar le dan por bien ganado un lugar en este tipo de eventos. Pero Kuschevatsky es hoy uno de los principales productores del cine comercial argentino, y como tal tiene una relación de intereses, gestiones diversas y acuerdos con el INCAA. Esta elección permite volar a la imaginación de quien ve sentidos implícitos en cada gesto.

José Martínez Suárez, presidente del Festival
José Martínez Suárez, presidente del Festival

Otro dato que no dejó de sorprender fue la ausencia de mujeres tomando la palabra pública. Este año fueron hombres tanto el conductor como los cuatro funcionarios que hablaron, Ralph Haiek, presidente del INCAA, Fernando Juan Lima, vicepresidente, José Martínez Suárez, presidente del Festival y Peter Scarlet, director artístico. Las mujeres estuvieron presentes en los homenajes, como Divas. Las cuatro mujeres elegidas para ser homenajeadas fueron Tita Merello, Mirtha Legrand, Graciela Borges y Norma Aleandro, que fue la única presente en la ceremonia.

Norma Aleandro, homenajeada por su extensa y destacada carrera en cine
Norma Aleandro, homenajeada por su extensa y destacada carrera en cine

Dos cineastas fueron destacados, ambos hombres: Claude Lelouch, quien fue ovacionado por su trayectoria de más de 50 años y Serge Bozon, director de Madame Hyde, la película que abrió el Festival.

Señora Géquil, madame Hyde

Bozon, quien es además un reconocido actor, ha realizado La France y Tip Top, entre otras películas. En la película que abrió el Festival, la magistral Isabelle Huppert se convierte en la profesora Géquil, maestra de ciencias con problemas de relación con los alumnos. Una descarga eléctrica en el laboratorio transformará a esta empequeñecida profesora. La versión de Bozon, quien fue el mismo profesor de escuela, traslada de hombre a mujer y del victorianismo británico a un suburbio francés del presente el mito creado por Stevenson, Dr. Jekyll y Mr Hyde.

Madame Hyde
Madame Hyde

Con ese traslado, y la más absoluta irreverencia estética que propone, Bozon comprende a Jekyll como aquel que vino a hacer visible lo oculto tras un orden que no podía sostenerse. Lo que era violencia en el relato original, acá es interrogante y un sorprendente heroísmo, casi naive, que interpela a un modelo educativo en una comunidad en los márgenes del bienestar. La película devela el desfasaje entre ese modelo de escolarización y el modo en el que la institución se imagina a sí misma. Con ironía y una extrema libertad formal, Bozon deja un planteo potente. En la tradición del Jerry Lewis y su Profesor Chiflado, el irreverente director francés construye una comedia donde todo se desordena, para que la acción del monstruo/superhéroe que encarna Huppert, reponga las fichas de un modo distinto. Porque donde pasa el humor, el orden nunca puede ser el mismo.

Dos documentales para pensar América Latina

Completamente diferentes en su temática y su propuesta estética, se presentaron durante el fin de semana dos notables documentales que permiten pensar la historia de América Latina desde la segunda mitad del siglo XX.

El primero fue El silencio de los fusiles, la película colombiana de Natalia Orozco, que da cuenta de la historia de la violencia en su país, desde la perspectiva del importante proceso de paz que se inició con los acuerdos entre el gobierno y las FARC. La historia de la violencia colombiana es también la historia de la desigualdad y de la dependencia económica de los países de la región. La película es un relato pormenorizado, con testimonios muy importantes, profundos y sinceros, como no se había visto hasta su estreno en marzo de este año. Si lo local es tan intenso, como lo fue la historia de los enfrentamientos violentos en Colombia, aquello que da cuenta de orígenes y formas de aquella violencia, perfectamente puede servir para pensar lo que ocurrió y lo que aún sucede en algunos de los países de América Latina.

Ata tu arado a una estrella
Ata tu arado a una estrella

El otro filme que recorre esos tiempos, y en parte esos mismos debates, es Ata tu arado a una estrella, de la argentina Carmen Guarini. La directora recupera la figura de Fernando Birri, cineasta y gran maestro de realizadores audiovisuales de toda la América Latina. En diálogos en dos tiempos (1997 y el presente) Guarini toma el trabajo de Birri de hablar con distintos interlocutores sobre el Che y la Utopía, veinte años atrás, para también hacer hablar al propio maestro santafesino, y a su cine, de la Utopía como sentido último de su producción poético cinematográfica. El pasado de las luchas revolucionarias, el momento neoliberal de los noventa y el tiempo presente en la región están atravesados por los vasos comunicantes que proponen Guarini y Birri en viajes por distintos países. Birri a los 92 años sigue siendo un hombre íntegro, lúcido y utopista.

Cortos, Comedias y Boleros

No todo el público se asoma a los cortometrajes, y lo cierto es que son películas que muchas veces son tan completas como cualquier largometraje. Un consejo de visitante asiduo de festivales, siempre que puedan, pasen y vean. Los cortometrajes deparan buenas sorpresas.

La competencia de cortometrajes argentinos trajo varios nombres muy reconocidos en la industria del cine, algunos menos conocidos y alguna clave para mirar esta selección. El multipremiado animador Juan Pablo Zaramella, la directora Paula Hernández (Familia Lugones, Herencia, Lluvia, entre otras), la actriz y realizadora Jazmín Stuart (Desmadre, Pistas para volver a casa), entre los reconocidos y Santiago Korovsky, entre los artistas emergentes.

Estos dos últimos comparten en sus propuestas varias características. En primer lugar son directores y protagonistas de las películas. En segundo las dos están marcadas por la presencia del bolero. La tercera es que ambas son comedias. Despechada, el corto de Jazmín Stuart, absolutamente negra en su resolución. El muy buen trabajo de Korovsky, una comedia romántica del más absoluto presente porteño.

Pasión Oriental, de Santiago Korovsky
Pasión Oriental, de Santiago Korovsky

En Pasión Oriental, Korovsky cuenta una hora de amor de una pareja joven en un hotel alojamiento. Pero lo hace para desarmar mitos, como la profunda experiencia sexual de los jóvenes, o para contar con gran sutileza las formas de expresar el amor entre ellos, siempre en duda, siempre ansiado. El bolero, que en la película de Stuart era el lugar de la tragedia, acá se convierte en la llave que abre la puerta al erotismo. Pero además, al ridículo íntimo, un ridículo que en definitiva no lo es en tanto sirve al deseo de la pareja, Korovsky demuestra manejar el timing de la comedia y con ese manejo sutil puede repensar la tensión vigente sobre los roles de género en la vida y en ese espacio íntimo del amor.

Mar del Plata cierra un fin de semana inestable y con frío. Sin embargo los turistas han hecho de la zona de playas el protagonista de una ciudad que se ve, gracias al fin de semana largo, mucho más llena que en otras ocasiones. Las salas, como es la sana costumbre, se llenan de gente. Esperemos que sea el comienzo de una gran semana de cine.

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