Los transeúntes que recorran la vereda de la Fundación Proa, en La Boca, serán cautivados por la instalación monumental del artista chino Ai Weiwei, de 9 metros de alto por 16 de largo, "Forever bicycles", conformada por 1.254 bicicletas de acero entrelazadas entre sí que han llegado a Buenos Aires desde Londres en un viaje en barco que duró tres semanas, aseguró la directora de Proa, Adriana Rosenberg, a Télam.
En el mismo sitio exacto donde alguna vez se vio "Maman", la araña monumental y de bronce de la escultora francesa Louise Bourgeois o el hipnótico "Penetrable azul" del venezolano Jesús Rafael Soto, se erige ahora la instalación del artista oriental que hace referencia al medio de transporte más utilizado en China, pero también un guiño a su admirado artista
conceptual Marcel Duchamp.
Esta impactactante obra, que demandó una semana de trabajo, grúas, y la llegada de expertos internacionales para su armado, recontextualiza y desmantela un objeto cotidiano de china como lo es la bicicleta, y con ella metaforiza el cambio permanente de la cultura, su metamorfosis, ahora devenida en una estructura gigantesca de acero, luz y sombra.
Titulada "Inoculación", la exposición que curará el brasileño Marcello Dantas desde el sábado 25 reúne instalaciones monumentales, objetos, fotografías y videos de fuerte impacto político y simbólico, que brindan un amplio panorama de sus trabajos más icónicos y dan cuenta de la prolífica e intensa carrera del artista, al tiempo que despliega su trabajo en la totalidad de la arquitectura de Proa, lo que incluye la vereda, la librería, y el café, además de las salas.
Ai Weiwei es uno de los mayores exponentes del "arte no casto", y uno de los artistas más influyentes de la escena cultural contemporánea. Se lo ha llegado a catalogar como "el artista que incomoda a China". Su creatividad, su sensibilidad y compromiso social se manifiestan en esculturas, fotografía y filmes. Inquieto y polifacético, también se desempeña como curador de muestras.
Entre las obras más reconocidas que se verán destaca "Sunflower Seeds", una instalación de quince toneladas de semillas de girasol con las que tapizó en 2010 la totalidad de la Sala de Turbinas de la Tate Modern de Londres. Cada una de las semillas de porcelana -un material tan característico de su tierra natal- fue pintada a mano por miles de artesanos chinos de la ciudad de Jingdezhen, por lo que, si bien aparentan ser idénticas, cada una es única. La obra funciona como una alusión al consumo masivo y a la producción industrial "Made in China" que caracteriza a su país.
Casi en simultáneo a la inauguración de su exposición en Proa, la película "Human flow" ("Marea humana"), documental dirigido por Ai Weiwei y dedicado a la crisis de los refugiados, donde el artista chino recoge diferentes voces y testimonios a lo largo de 22 países, se estrenará el 23 de noviembre en el 32° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
El tema de los refugiados y las migraciones está muy presente en las últimas obras de Ai Weiwei, incluida su película, tanto es así que en la Argentina -según confirmó Rosenberg- se verá una obra inédita y monumental: "Ley del viaje (Prototipo B)" incluye un inmenso bote inflable de tres metros por cinco, y más de 50 figuras apiñadas a bordo.
"Esta película me dio el panorama completo de un refugiado y cuál es su futuro. Esta es mi visión de los refugiados", había dicho el artista cuando visitó la Argentina por primera vez, durante una conferencia de prensa con la que cautivó al público, de cara a los preparativos de su exposición y como parte de un itinerario que incluyó también Chile y Brasil.
"¿Qué impresión le dejó Latinoamérica?", lo consultó el curador Dantas luego de la gira por Sudamérica, texto que acompañará el catálogo. "Para mí -dijo Ai Weiwei-, Latinoamérica sigue siendo como la novela de García Márquez, Cien años de soledad. Es surrealismo fantástico. Las cosas son reales, pero hay algo fantástico en el aire. La naturaleza, la gente, su propia
comprensión del tiempo y del espacio, tan distinta de la de la sociedad industrial. Pienso que se trata de una cultura muy rica", opinó.
Otro de los imperdibles de la muestra será uno de sus más célebres autorretratos, que primero fue fotografía pero que el artista presenta aquí recreada con piezas de Lego.
"Dejando caer una urna de la Dinastía Han" es una obra irreverente en tres actos. En la primera escena, el artista chino sostiene un jarrón de la dinastía Han de 2.000 años de antigüedad; en la segunda se lo puede ver soltando la pieza; y en la tercera mira a cámara con cara de póker justo detrás del jarrón hecho pedazos en el piso.
Los materiales, las imágenes y las técnicas tradicionales de la cultura china son materia prima permanente de la imaginería de este creador, que conjuga una relación ambivalente con su país, entre la crítica y el sentido de la identidad.
Debido a sus reiteradas denuncias y cuestionamientos al gobierno de su país -que ha llegado a instalar micrófonos y cámaras alrededor de su casa y su taller de Beijing para vigilar cada uno de sus movimientos-, Weiwei fue detenido 2011 en el aeropuerto de Beijing, y permaneció arrestado durante 81 días sin cargos oficiales.
Finalmente, y acusado de "evasión de impuestos", fue liberado el 22 de junio de 2011. Su pasaporte fue retenido por las autoridades de su país y le fue devuelto recién cuatro años después, en 2015. Desde entonces, no para de viajar por el mundo y de postear en redes sociales cada uno de sus movimientos.
El padre de Weiwei, Ai Ching, fue un reconocido poeta revolucionario y miembro del Partido Comunista. En 1956 escribió el poema "El sueño del jardinero", obra que fue considerada contrarrevolucionaria por lo que fue confinado al exilio y obligado a limpiar baños públicos en una aldea de 200 personas.
"A mi padre lo consideraban un enemigo del Estado, como lo soy yo", sentenció el chino durante aquella conferencia de prensa que brindó en julio en Buenos Aires, en el que también se refirió a la amistad entre su padre poeta y el chileno Pablo Neruda.
"Inoculación" permanecerá hasta el 25 de febrero de 2018 en Fundación Proa de La Boca, en Avenida Pedro de Mendoza 1929, y luego de verse en Buenos Aires, la misma muestra viajará al Centro Cultural Banco de Brasil (CCBB) de Río de Janeiro, el museo más visitado del vecino país.
*Con información de Télam
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