"Muchos de los factores por los que se rebelaron los rusos en 1917 siguen estando presentes"

Pablo Stefanoni y Martín Baña son los autores de “Todo lo que necesitás saber sobre la Revolución Rusa”, un ensayo de divulgación sobre el gran levantamiento popular cuyos efectos marcaron el siglo XX.

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En 12 años, de 1905 a 1917, Rusia padeció un extenso período convulsionado, de guerra civil y de privaciones que culminó con una antigua dinastía monárquica autoritaria, para dar lugar al primer y más importante experimento de gobierno comunista de la historia. Todo lo que necesitas saber sobre la revolución rusa (Editorial Paidós) es un esfuerzo intelectual por condensar los momentos e hitos fundamentales de la rebelión política y social de obreros y campesinos que sacudió el mundo en el siglo XX, y terminaría partiéndolo en dos.

Con una profunda vocación pedagógica, Martín Baña, profesor adjunto de la materia Historia de Rusia de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) e investigador del Conicet, y Pablo Stefanoni (editor de Nueva Sociedad), reflejan en el texto los aspectos más destacados del proceso. Ambos doctores en Historia, los autores advierten la excepcionalidad y creatividad constitutivas de una revolución que desborda su relevancia puramente política.

"No negamos que haya sido una revolución obrera, rusa y bolchevique o de octubre, pero creemos que fue mucho más que eso. Rescatamos una multiplicidad de voces, grupos sociales y motivaciones que se produjeron en 1917, como el campesinado, en la que su participación fue fundamental, los soldados, los artistas de vanguardia, los intelectuales, o la dimensión de género que también fue importante", asegura Martín Baña.

El ensayo incluye no solo los hitos relevantes del proceso revolucionario, fundamentales para entender el período, que van desde la constitución de la Duma en 1905, pasando por la Primera Guerra mundial, la situación de "doble poder" entre los soviets (órgano de democracia directa de obreros) y el gobierno provisional de Alexandr Kerensky, hasta la posterior consolidación del poder bolchevique, con sus órganos de planificación y represión, como La Cheka. Pero también aborda acontecimientos y curiosidades menos recordadas: los cambios sutiles en el lenguaje, los experimentos feministas para la reorganización familiar (las casas comuna) o la legalización y acceso gratuito del derecho al aborto, los reclamos de los mozos contra las propinas, el Narkomprós o la llamada "revolución en las aulas", o el movimiento nudista, entre otros puntos que dejan de manifiesto la complejidad y riqueza cultural del proceso.

Vladimir Ilich Lenin, máximo dirigente del partido bolchevique (Foto de Fine Art Images/Heritage Images/Getty Images).
Vladimir Ilich Lenin, máximo dirigente del partido bolchevique (Foto de Fine Art Images/Heritage Images/Getty Images).

"Queríamos salirnos de un poco de la interpretación más política: rescatar que hubo otras insurgencias en el arte, la cultura y la vida cotidiana", añadió Baña.

Para Stefanoni, la toma del poder por el partido bolchevique o las figuras rutilantes de Vladimir Illich Ulianov (Lenin)León Trotsky, y Iósif Stalin opacaron la existencia de otras corrientes políticas que protagonizaron el período insurgente. Junto a esa vanguardia, existía una tradición socialista rica y compleja integrada por socialistas revolucionarios, mencheviques, anarquistas y populistas, entre otros grupos. Estos últimos constituyeron el grupo más vigoroso y con mayor presencia en el contexto autoritario y prerevolucionario de mediados del siglo XIX, cuando la autocracia del zar Nicolás II seguía en pie y estaba lejos de caer. Una auténtica constelación de ideas y prácticas cuya proyección política estaba articulada en la comuna rural y que se convertiría luego en uno de los insumos y antecedentes fundamentales del socialismo ruso moderno.

Soldados bolcheviques marchan por las calles de Moscú  en 1917. (Foto de © CORBIS/Corbis via Getty Images).
Soldados bolcheviques marchan por las calles de Moscú  en 1917. (Foto de © CORBIS/Corbis via Getty Images).

"El populismo ruso dio lugar a la intelligentzia, conformada por intelectuales, que planteaba lo que se llamó "la ida hacia el pueblo", ir hacia el campo para sublevar a los campesinos. Muchos, que se consideraban a sí mismos como clases privilegiadas, y se campesinizaron para pagar su deuda con el pueblo", afirmó Stefanoni. "Como la estrategia de Lenin fue exitosa, se dejaron de lado todas esas experiencias que participaron de la revolución. Y si bien fracasaron en términos tácticos o estratégicos para tomar el poder, muchas de estas corrientes visualizaron algunos efectos que la política bolchevique iba a tener hacia adelante, como sus sesgos autoritarios".

Arte e intelectualidad

De esta vasta tradición ilustrada aparecieron los principales dirigentes de la revolución. El propio Lenin se consideraba como un "hombre de letras" en los censos de la época. Pero también generó el clima de ideas que fue erosionando el antiguo régimen y que, en paralelo, iba sentando las bases culturales del nuevo. Fueron numerosos los exponentes que emergieron en este contexto desde el pensamiento y la literatura, como Alexandr Herzen, Nikolái Chernyshevski, Fiodor Dostoievski, Leon Tolstoi y Máximo Gorki; en las artes pictóricas, Kazemir Malevich; en la música, las experimentaciones de Lev Theremin, el primer antecesor de la música electrónica, o de Arseny Avraamov o Georgy Rimsky-Korsakov en las composiciones de micro tonos y "acordes sintéticos".

"El arte no esperó a la revolución para revolucionarse. Antes de 1917, ya se pueden ver experimentos en el arte y la cultura que tuvieron una influencia significativa durante todo el siglo XX. El caso más emblemático es el de Kazemir Malevich, que en 1915 pintó su Cuadrado negro sobre fondo blanco y dio lugar al suprematismo, movimiento vanguardista que vino a marcar el fin de la figuración en la pintura a nivel mundial", planteó Baña.

"Muchas producciones literarias, filosóficas y artísticas se orientaron, si no a la revolución, al menos a una fuerte crítica al zarismo. En ese grupo tenemos una gran cantidad de intelectuales muy disimiles entre sí, como Chernyshevski, que escribió la novela Qué hacer, fuente de inspiración de Lenin; o Dostoievski, que si bien no era un un escritor revolucionario, en sus escritos se puede ver una crítica al régimen social que luego será retomada por los partidos de izquierda", añadió.

“Cuadrado negro sobre fondo blanco”, de Kazemir Malevich.
“Cuadrado negro sobre fondo blanco”, de Kazemir Malevich.

Balances historiográficos

Volver a pensar la revolución rusa es indagar sobre en qué momento se produce su giro totalitario, dictatorial. Es que, a pesar de haber atravesado un período cruento, marcado por la Primera Guerra Mundial y la violencia política entre clases sociales, la experiencia dio nacimiento a instituciones profundamente democráticas, como los soviets y los consejos de fábrica, o experiencias libertarias que, por ejemplo, soñaron con la emancipación de la mujer y del trabajo.

"La revolución se hace contra un régimen autocrático y Rusia no había tenido antes una experiencia democrática como en los países occidentales. La política rusa era autoritaria en general, no era solo patrimonio de los bolcheviques", señaló Stefanoni. Sin embargo, sí advierte que desde el principio los bolcheviques fueron un "desafío" para todo el proceso, ya que el asalto al Palacio de Invierno fue organizado únicamente por el partido de Lenin, que era minoritario, mientras había un consenso social para que se instaure un gobierno socialista heterogéneo, integrado por distintas corrientes y bajo control de los soviets. Con la creación de La Cheka, cuyo objetivo era poner fin a las revueltas y a los saboteadores de la revolución, se sentarán las bases del aparato represivo.

Postal sobre la batalla que involucró al acorazado Potemkin, hito del levantamiento fallido de junio de 1905. (Foto de: Sovfoto/UIG via Getty Images).
Postal sobre la batalla que involucró al acorazado Potemkin, hito del levantamiento fallido de junio de 1905. (Foto de: Sovfoto/UIG via Getty Images).
Registro sobre el alzamiento de lo marineros de Kronstadt contra el gobierno soviético. En la foto, tropas del Ejército Rojo.
Registro sobre el alzamiento de lo marineros de Kronstadt contra el gobierno soviético. En la foto, tropas del Ejército Rojo.

"Hay un momento muy importante que es la rebelión de los marineros de Kronstadt. Estos marineros habían sido héroes de la revolución, muy elogiados por Trotski y Lenin, en 1921 se rebelan contra la dirección bolchevique por planteos económicos y contra el comunismo de guerra (NdR: el sistema político y económico de racionamiento y control centralizado que existió en el marco de la guerra civil, hasta 1921)", recuerda Stefanoni. "Esa rebelión va a ser aplastada muy brutalmente. Quizás ahí encontremos algunos de los momentos en que se puede preveer un devenir más autoritario y totalitario, aunque si lo que vino después con Stalin ya estaba inscripto en Lenin, es un gran debate historiográfico y político".

Uno de los puntos más álgidos del debate sobre la revolución rusa es el rol de Lenin. Con la instauración del primer gobierno puramente comunista en octubre de 1917, el asalto al poder impulsado por el líder bolchevique fue considerado entonces como una "usurpación" de parte de los otros partidos de izquierda, que esperaban, un día antes, la celebración de una Asamblea Constituyente que definiera la continuidad del desprestigiado gobierno de Kerensky, luego de la masiva radicalización social que sobrevino tras el fallido golpe de Estado contrarrevolucionario del general Lavr Kornilov.

UNSPECIFIED - CIRCA 1917: Moscow 1917, The picture shows the Kreml in Moscow-Uprisings during the revolution, Photograph, October 1917 (Photo by Imagno/Getty Images) [Moskau 1917, Das Bild zeigt den Kreml in Moskau-Aufst?nde der Revolution, Photographie, Oktober 1917]
Levantamiento en Moscú, durante la revolución de octubre de 1917. (Foto de Imagno/Getty Images).
"El partido bolchevique tuvo muchos problemas para afianzarse en el poder. Hay anécdotas sobre las dificultades que tenían para ocupar los ministerios, donde los empleados públicos los resistían", afirmó Stefanoni.

Más allá de lo exitosa estrategia de poder de los bolcheviques, el ensayo destaca los vaivenes del líder revolucionario y cómo "todos los partidos fueron sorprendidos por lo que iba pasando". "Incluso Lenin dijo que no iba a ver la revolución tan solo meses antes de que se produjera. La marea revolucionaria que triunfó en febrero fue afectando a todos, nadie tuvo una receta. La idea de que el partido bolchevique captó el arte de las leyes de la historia y operó siempre en la línea correcta se construyó después con el comunismo oficial", advirtió Stefanoni.

Según los autores, el actual contexto político permite dejar de lado décadas en que los antagonismos políticos dieron lugar a miradas opuestas sobre la revolución bolchevique. El aniversario número 100 habilita así una oportunidad para reflexionar sobre el período, lejos de la pulseada entre Occidente y Oriente de la Guerra Fría, o el pesimismo de izquierda que predominó en los años noventa y que irrumpió tras la caída del Muro de Berlín.

Octubre de 1917. En la foto, miembros del Ejército Rojo. (Foto Hulton Archive/Getty Images)
Octubre de 1917. En la foto, miembros del Ejército Rojo. (Foto Hulton Archive/Getty Images)

"Hubo dos corrientes o visiones sobre la revolución de 1917, una más vinculada a la izquierda tradicional, que es más autocelebratoria y poco crítica, y otra más condenatoria y asociada al liberalismo. Nos pareció que podíamos hacer una historia de la revolución que se saliese de esas dos interpretaciones, que rescatase su carácter social", aclaró Baña.

"La historia siempre se escribe desde el presente", consideró Stefanoni. "Ésta etapa es distinta todas las anteriores, es más indefinida, quizás con menos carga histórica -continuó-. El desafío es escribir sobre una revolución cuando ésta parece estar fuera de horizonte, ponernos de nuevo en los zapatos de quienes hicieron una revolución y pensaron en eso que se llamó en algún momento asaltar los cielos".

¿Por qué pensar y volver sobre un hecho tan distante, y que parece agotado, irreproducible, como la revolución rusa? Los autores no dudan."Muchos de los factores por los que se rebelaron los rusos en 1917 siguen estando presentes, como la presencia del Estado, del mercado, es decir, del sistema capitalista. Queríamos ver qué es lo que tienen para decirnos hoy esos ancestros que se rebelaron, y si nos pueden ayudar a pensar nuestro presente en un sentido emancipatorio", sostuvo Baña. 

"La revolución rusa pone en discusión cómo construir un mundo nuevo, con qué métodos, con qué ideas de la democracia y de participación popular", advirtió Stefanoni. "Hubo ideas y reformas que se enfrentaron con muchos problemas no previstos por la teoría, y hubo que tratar de resolverlos en la práctica. Es un desafío para la izquierda, que a veces cree que las cosas están en los libros y que eso basta para la transformación social". 

*"Todo lo que necesitás saber sobre la Revolución Rusa" será presentado hoy, jueves 19 de octubre, a las 19 en El Ateneo Grand Splendid, Av. Santa Fe 1860, 2do piso. 

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