A las ocho de la mañana, hora Buenos Aires, se anunció al ganador del Premio Nobel de Literatura 2017. Las expectativas eran muy altas tras otorgarle el premio anterior a Bob Dylan, un personaje que generó mucha repercusión. Mientras unos decían que se trataba de hacer justicia a un poeta con guitarra, expandiendo el concepto de escritura más allá de los libros, para otros significaba apartar el Nobel de la literatura y dejarse llevar por la masividad y el mercado. Como sea, lo cierto es que este año el galardón de la Academia Sueca fue para Kazuo Ishiguro.
Nacido en 1954 Nagasaki, Japón, pero nacionalizado británico —a los seis años se trasladó a Londres—, este autor ha conmovido a millones de personas con sus libros que, si bien varios son de relatos, su fuerte es la novela, pues es considerado un gran novelista. Sus dos obras más destacadas son Los restos del día, publicada en 1992, y Nunca me abandones de 2005; ambas fueron adaptadas al cine por James Ivory y Mark Romanek, respectivamente. Su última obra fue El gigante enterrado, que salió en 2015 y el año pasado la editorial Anagrama la tradujo al español.
Su ingreso en el arte fue desde otro ángulo, con la música: entre los 5 a los 12 años estudió piano y allí posiblemente haya adquirido la sensibilidad que lo caracteriza, esa que según la Academia que lo acaba de galardonar posee una "gran fuerza emocional" capaz de develar "el abismo debajo de nuestro ilusorio sentido de conexión con el mundo". Luego, al mundo de la escritura también ingresó desde una costado poco común. Fue a partir de escribir guiones para series de televisión que terminó por hacer pequeños relatos. Sus libros de cuentos supieron generar un gran interés en el público lector, pero fue el género novela lo que lo catapultó.
En los días previos, y al no haber candidatos, los favoritos se barajaron por los sitios de apuestos. Lo destacado es que Ishiguro no se encontraba en el listado. Para la gran mayoría, el escritor keniata Ngugi Wa Thiong'o era el que se lo ganaba; de no ser así le seguían en posibilidad Haruki Murakami, Margaret Atwood, Ko Un y Yan Lianke. Más adelante, en el puesto doce entre los que más cerca estaban de obtenerlo según los usuarios de la casa británica de apuestas Ladbrokes, figuraba el argentino César Aira.
Contra todos los pronósticos, el Nobel quedó en manos de un novelista, de Kazuo Ishiguro. Parece que este premio literario de gran prestigio mundial ha vuelto a tener su brillo, el que siempre tuvo.
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