Apenas unos minutos y Kazuo Ishiguro ya estaba entre los trending topics de las redes sociales. A las ocho de la mañana (hora Buenos Aires) se lo anunció, tras días de especulaciones que sólo se alejaban de lo que finalmente ocurriría, como el gran ganador del Premio Nobel de Literatura 2017. Pero, ¿quién es este autor japonés nacionalizado británico? ¿Es realmente justo el galardón? ¿Qué relación guarda con la polémica del año pasado en que se premió a Bob Dylan?
"Estoy contentísima —le cuenta Claudia Piñeiro a Infobae—, primero me sorprendió porque no estaba entre los nombres que se barajaban. Es un autor que me gusta muchísimo y que es netamente un novelista. Así como no me molestó que se lo dieran a Bob Dylan, también me encanta esto, que hayan premiado a un novelista porque ponen a la novela en otro lugar. Se venía premiando otro tipo de narrativa, más la crónica, el teatro con Dario Fo, Bob Dylan con las letras de canciones. Ahora es la novela clásica e inglesa. La novela inglesa es la que más me gusta, aunque este autor también tiene su toque oriental. Pero me encanta que se lo hayan dado a él y que, básicamente, se premie a la novela."
Por su parte, el escritor chileno Rafael Gumucio también habló con Infobae: "El premio a Ishiguro es un premio al clasicismo literario, un escritor riguroso, preciso y delicado, que es un gran continuador de la novela europea del siglo XIX con la sangre nueva del Japón". "Es un anti Bob Dylan Hablando de anti, la falta del Antipoeta en el premio se hace más patente cada año", agrega el autor de Milagro en Haití y El galán imperfecto, entre otros, sobre su coterráneo Nicanor Parra. "Un artista del mundo flotante es un gran libro por el que se merece de más el Nobel. Lo más raro es que un fan de Dylan, o sea a partiendo de Dylan, llegó a Henry James cuando todo el mundo parece hacer lo contrario".
La periodista y escritora española Rosa Montero comentó: "Este año el Nobel ha sido una alegría porque además ya teníamos, o yo tenía, que Ishiguro no fuera a recibirlo, que se quedar afuera, a lo mejor por su profundidad, por su seriedad literaria, por la construcción de esa obra que es como un mundo propio y que se mueve entre la crueldad y la dureza más absolutas pero con una envoltura de delicadeza y de sensibilidad. Lo que queda el día es una maravilla. Nunca me olvidé su distopía bestial de niños criados para ser donantes: es una de las grandes novelas que representan el mundo contemporáneo. Enhorabuena, Ishiguro.
Para Martín Caparrós, el ángulo es otro. "Me sigue sorprendiendo la importancia que le da el mundo a la opinión de una docena de antropomorfos suecos que ya probaron una y otra vez que no tienen nada interesante que decir. Cuando le den su premio a Proust, a Kafka, a Joyce y a Borges volvemos a hablar. Y, mientras ¿tan poca confianza tenemos en nuestro propio juicio, que esperamos que vengan ellos y nos digan quiénes son los que son y quiénes no?", le dijo a Infobae.
"Ishiguro es un maestro de la estructura narrativa —dice Sergio Vila Sanjuán, periodista y escritor español— a través de la dosificación informativa sobre el argumento que relata, como se ve muy bien en Los restos del día. Pero también es uno de los grandes exploradores de la psicología del trauma humano, que es la materia de su obra maestra Nunca me abandones y de las menos perfectas pero muy sugestivas Los inconsolables y El gigante enterrado." Por su parte, el escritor nicaragüense Sergio Ramírez agrega que "Kazuo Ishiguro el japonés entra, para mí, en la lista de los grandes escritores que viniendo de una lengua ajena han engrandecido la de adopción, tal como Joseph Conrad el polaco, y Vladimir Nabokov el ruso. Ellos tres han hecho el idioma inglés más rico y profundo. Desde Los restos del día, a Nunca me abandones, a El gigante enterrado, las novelas de Ishiguro revelan lo que un verdadero escritor siempre debe ser y hacer: enseñarnos que el mundo de la ficción está hecho de palabras convertidas en los destellos de un espejo encantado que copia con ventaja al mundo."
"Es un Nobel que se va a lo seguro —le cuenta a Infobae el escritor boliviano Edmundo Paz Soldán—. Ishiguro es muy respetado como un estilista de primera línea, que en novelas como Los restos del día y Nunca me abandones ha logrado unir su estilo sobrio y elegante con una profunda resonancia emocional. A mí me interesa mucho su trabajo con el punto de vista, cómo logra hacer que sus narradores le transmitan al lector mucho más de lo que ellos mismos saben; en ese desfase entre lo que ellos saben y lo que el lector descubre que ellos no saben, y van aprendiendo muy de a poco, descansa buena parte del poder narrativo de las mejores novelas de Ishiguro. Me parece que después de la polémica con Dylan la academia sueca prefirió este año evitar cualquier tipo de controversia. Lo único que puede sorprender que sean dos escritores de lengua inglesa seguidos, pero no tanto: pese a que de tanto en tanto los suecos se arriesgan con escritores y lenguas de los márgenes, un repaso a los premios de los últimos veinte años hará ver que la académica prefiere el centro al margen."
Ángeles Becerra, escritora colombiana radicada en España, opinó que la decisión del Nobel "me parece muy acertada. Volver a las atmósferas y al universo de sensaciones que con maestría empleara Kawabata es homenajear la literatura. Sensaciones y emociones por encima de los argumentos. Regreso al ser". Por su parte, el narrador argentino Luciano Lamberti cuenta que leyó Nunca me abandones y "me pareció tan genial como todas las novelas 'de género' (ciencia ficción, en su caso) escritas por alguien que no se dedica exclusivamente a eso. Pienso en La carretera, de Cormac McCarthy. Nunca me abandones es una novela engañosa, por supuesto: arranca como realista, trío amoroso, instituto educativo, jardines ingleses, pero lentamente nos vamos enterando de la naturaleza de sus personajes y todo se vuelve cada vez más terrible. Ahí radica uno de sus grandes encantos: en la mezcla entre una trama ajustada, llena de pequeñas sorpresas, y el nivel de emoción que recorre la novela".
Jaime Clara, periodista y escritor uruguayo, sostiene que ahora "las cosas, en su sitio. Creo que este Nobel es un premio justo, más allá de la media o mucha sorpresa que haya causado. Digo las cosas en su sitio, porque tras Bob Dylan, que fue una suerte de tsunami en el mundillo literario, este premio vuelve a encauzar la entrega del premio. En las redes, lo que más he visto, son reflexiones de muchos editores, periodistas y escritores que celebran que es un Nobel que al menos han leído. No es poco. Un escritor que, además, ha tenido la difusión del cine. Además, queda demostrado, que la Academia no suele guiarse por apuestas ni nombres cantados, sino que trata siempre de sorprender. Generalmente lo logra, aunque el galardón pueda llegar a alguien que no lo merezca".
Si bien Ishiguro escribió de todo —cuentos, guiones televisivos, letras de canciones—, la novela es el género que lo catapultó al público masivo y mundial. Sus dos obras más destacadas son Los restos del día y Nunca me abandones, ambas adaptadas al cine. La última fue El gigante enterrado, que salió en 2015 y el año pasado la editorial Anagrama la tradujo al español. Como es de esperar (y suele suceder), estos libros adquirirán un valor simbólico mucho mayor de ahora en más. Posiblemente tendremos mucha tela para cortar y lecturas que atender. Según sus colegas escritores, y pese a los matices, se trata de un gran novelista. Habrá que zambullirse en sus páginas y comprobarlo.
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