Por momentos elabora un idea, por momentos hace un largo silencio. Se detiene, reflexiona sobre lo que acaba de decir y lo reformula. Su forma de hablar se asimila a lo que los lectores experimentan con su libro de relatos iEstanque/i, que sorprendió al mundo en 2016 y que este año fue editado por el sello local Eterna Cadencia. De hecho, cuesta encontrar una definición para su trabajo. ¿Es iEstanque/i una novela? ¿Se trata de una secuencia de relatos?
"Yo simplemente lo llamo 'libro'. Es la forma más fácil. Esta pregunta aparece bastante seguido. Pareciera ser una preocupación para la gente pero no lo es para mí. Yo no sé, simplemente prefiero llamarlo libro y ya", asegura Claire-Louise Bennett en diálogo con Infobae.
En efecto, en iEstanque/i hay unos veinte relatos breves y todos parecen estar unidos por algunas cosas en común: la mayoría están escritos en primera persona, están protagonizados por una mujer sin nombre que vive sola y transcurren en un lugar rural de Irlanda.
"Como no pienso en términos de argumento, tampoco diría que en el libro haya historias cortas, no estoy segura de que lo sean", sostiene, mira hacia arriba y ríe.
En el libro debut de esta autora británica hay obsesiones, descripciones minuciosas y cierto extrañamiento producido por los objetos cotidianos como perillas, ventanas, alimentos, ropa interior. Hay un soliloquio que por momentos lo invade todo y por otros es la naturaleza que rodea a la protagonista la que toma el poder.
Por su magnetismo, al que una reseña en la revista The New Yorker definió como "un entramado psicológico en tiempo real" en el que el lector "experimenta el mundo de la narradora al mismo ritmo que ella", resulta curioso entender cómo fue el proceso de escritura del libro. "Algunas veces lo digo así: me llevó 20 años llegar a él y dos años escribirlo. Se podría decir que estuve escribiéndolo mucho tiempo antes de escribirlo. Para mí escribir no tiene que ver con producir un libro. Yo puedo escribir felizmente sin producir un libro", sostiene, vuelve a largar una risotada y agrega algo incómoda: "Esta pregunta de 'cómo escribiste este libro' es difícil. No sé, ¿cómo te vestiste esta mañana? (risas). No soy un persona que tiene pensamientos claros todos los días. Y no tengo un método. Además, apenas tengo un solo libro entonces realmente no sé bien sobre cómo es el proceso. Mi relación con la escritura cambia todo el tiempo".
No es mucho lo que se sabe de Bennett y ella parece querer resguardarse. Se sabe que creció en Wiltshire, en el suroeste de Inglaterra y que publicó relatos y ensayos en distintos medios, como The Moth, Colony, The Irish Times, The White Review, entre otros.
El curioso espacio en el que está ambientado iEstanque/i es algo muy cercano a la autora. Ella misma, como la protagonista de sus relatos, vivió en una cabaña en algún lugar irlandés por lo que no fue azarosa su elección.
"Viví en una durante algunos años. Fue muy hermoso y la extraño. Fue como un regalo, me llegó en el momento justo. Fue un lugar hermoso para escribir un libro. Yo creo que escribo sobre lo que tengo en la proximidad, sobre lo que pasa. Entonces fue natural para mí incluir ese lugar y todo lo que trajo. Ese espacio le dio forma a un montón de ideas que yo tuve durante mucho tiempo. Sin embargo estaba temerosa de las circunstancias. Pensé 'esto puede volverse solitario'. Y también estaba interesada en lo que implica un espacio como una casa, para qué está.
Cuando ves descripciones de hogares en revistas, éstas son lugares donde viven familias. Están ocupadas por familias y dan un sentido a cierta vida familiar, a cierta idea de lo que conlleva una vida familiar. Hay fotos siempre de cocinas o de chicos dibujando, la idea de una madre. Después me llegué a preguntar: '¿necesito una casa?'. ¿Es de alguna manera extravagante tener una casa toda para mí?", se pregunta ahora, de paso por Buenos Aires. Fue indagando sobre la importancia de los espacios donde transcurren distintas acciones que llegó, justamente, a Gastón Bachelard y su libro iLa poética del espacio /iy también a la cabaña como material interesante para la ficción. "Él hace una interpretación muy diferente del resto sobre qué es un hogar y nuestras relaciones con él, el impacto que tiene una casa sobre nuestra imaginación y cómo vivimos el mundo más allá de ese espacio. Esto me permitió incluso habitar mi casa de una manera gratificante y enriquecedora. Pude ver más allá de su significado doméstico. Sobre la cabaña específicamente, en su libro Bachelard dice que uno de los más perfectos espacios y con más potenciales cósmicos. Está en los cuentos de hadas, en los relatos fantásticos. Siempre está la idea de ir viendo al costado de un camino solitario una cabaña perdida, aislada en medio de la nada. Tiene todas esas connotaciones a través de la historia de la narrativa y de las imágenes poéticas", cuenta con entusiasmo.
Pese a ese entorno que podría parecer a priori lúgubre, solitario y algo aislado, en iEstanque/i no falta humor. Según la autora, esa dimensión es esencial: "Por suerte tengo una fuerte capacidad para el humor y para detectar humor en las cosas. Era importante para mí que eso fuera una corriente en el libro. Porque sin eso, hubiera sido muy difícil, aburrido, o como un gran sermón. Realmente no me gusta eso para nada. Hay una tradición de escritores con humor que yo disfruto mucho, como Thomas Bernhard, Samuel Beckett o Shirley Jackson. No me gusta el sentimentalismo ni nada que haga que uno se tome a sí mismo muy en serio. El humor tiene muchos usos que ayudan a prevenir eso. Y ciertamente suprime cualquier tipo de autoindulgencia".
Bennett fue galardonada con distintos premios internacionales. Con iEstanque/i fue finalista del International Dylan Thomas Prize 2016 y su libro en la actualidad fue traducido a varios idiomas. Después de un debut tan promisorio, resulta inevitable consultar sobre si ya está trabajando en nuevos materiales. Ella dice que no, que aunque hay algunas cosas dando vueltas todavía no tuvo tiempo ni el impulso necesario. Otra vez reflexiona, busca reelaborar una idea. "Yo siempre necesito un período sostenido para prestar atención a estas cosas. No lo puedo hacer entre aviones. Además, es un poco aterrador meterse profundamente adentro de uno", concluye.
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