¿Qué es el teatro? ¿Para qué sirve todo ese acting, toda esa organización y división de tareas, esa minuciosa puesta en escena? El escritor y dramaturgo español Alfonso Sastre dijo alguna vez que "el teatro se trata de implicarse en la vida social, comprometerse en las luchas de la sociedad". Entonces, si pensamos al arte de la actuación en vivo y en directo como una forma de intervenir en la realidad, ¿cuántos casos emblemáticos hay en Argentina? Por suerte, muchísimos; sin embargo el del Grupo Teatro Catalinas Sur es el que establece un paradigma, tanto por su forma de trabajo -autogestión y cooperativismo- como por su función social en la sociedad. "Para los que no conocen, Catalinas Sur es un barrio peatonal de seis hectáreas que está detrás del Hospital Argerich. Es un barrio muy arbolado con placitas y una escuela en el centro del barrio", cuenta Celia Molina a Infobae, quien se ha encargado de recopilar en un libro la gran historia de este teatro barrial. La celebración. 1983-2013: treinta años del Grupo de teatro Catalinas Sur es el título de un texto súper colorido, con imágenes, ilustraciones de Omar Gasparini, datos y emotivos relatos que -editado por Eudeba- pone en papel tanto trabajo y tanta experiencia.
Comenzó como una organización escolar, luego pasó a ser barrial y ahora ya es estrictamente teatral. Comenzaron con algunos eventos durante el proceso militar -muestra de escritores, de fotógrafos-, pero "ya en el 83 estábamos haciendo 35 actividades diferentes y de pronto empezamos a hacer todo en la plaza, al aire libre. La propuesta fue tan feliz que no paramos nunca más. Se armó una cosa muy grupal. Todo el mundo tiene dones que no desarrolla. Por cosas de la vida, uno desarrolla ciertas cosas y otras no. Nosotros nunca pensamos hacer lo que terminamos haciendo: un teatro comunitario". Una historia de puja, de resistencia pero también de alegría, de convicción, de amor al arte y de tener la firme creencia que es mediante la cultura que las sociedades se vuelven más solidarias y más comprensivas. Y qué mejor que el teatro, una actividad artística que se abre a lo grupal, que permite incluir y respetar en la diversidad.
– ¿Cómo fueron esas primeras irrupciones en la plaza?
– Nosotros jugábamos en la plaza dos días a la semana. Los vecinos pasaban y pensaban qué está haciendo esta gente y se sentaba en algún banco a ver, a tomar mate y a participar. Cuando dijimos que íbamos a estrenar, la plaza se llenó y se reunieron 800 personas. Veníamos de un tiempo de mucha frialdad, de mucha represión.
– Imagino que habrán sido duros esos años…
– A nosotros todo el tiempo nos denunciaban y venía la policía. El director iba a la comisaría y explicaba lo que estábamos haciendo. No sé cómo hacía pero los convencía y nos dejaban seguir. Estuvimos 15 años trabajando al aire. No cualquier grupo dura tanto trabajando en la calle. La plaza era nuestro espacio. Ahora al teatro le llamamos nuestra plaza techada.
– ¿Quiénes participaron en todo este armado?
– Fuimos desarrollando muchas capacidades diversas. Había arquitectos, dibujantes, sociólogos, artesanos, herreros, carpinteros, psicólogos. Todo lo que se necesitaba estaba a mano. Todos esos dones se fueron integrando. Además, íbamos a otros barrios que nos convocaban.
– ¿Piensan al teatro con una función social?
– Sí, desde luego. Todos pagamos una cuota mínima y el que no puede no importa. Se trata de hacer todo entre todos. Es un lugar amigable.
– ¿Y en cuanto a los temas? Imagino que hay ciertas temáticas que atraviesan toda esta historia…
– Nuestro arranque fue trabajar con la memoria. Nuestra esencia fue preguntarnos quiénes somos, dónde estamos, qué pasó acá. La impronta más importante en el barrio fue la inmigración, lo que más nos tiñe y emociona. Además, es sumamente importante esta cosa de pertenencia y de reconocimiento.
– Por último, ¿cómo se llevan con los circuitos comerciales y la cultura del estrellato?
– Nadie se acerca a nuestro teatro para ser famoso. No trabajás por la plata, no tenés que tener éxito. Eso es una exigencia terrible. Nosotros hacemos teatro y tratamos de hacer buen teatro. Siempre pusimos alta la vara en todos los aspectos: intelectual, estético, de lo que sea. La potencia del trabajo en grupo da un resultado enorme.
– Si tuviera que definir al teatro comunitario, ¿qué es?
– El teatro comunitario es una forma de hacer y de trabajar.
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