La literatura no es un shopping. O mejor dicho: la literatura no es sólo un shopping. Detrás de los best-seller, de las celebrities literarias, de los carteles, los grupos, las polémicas, las modas, los fans club y las especulaciones, hay un trabajo de hormiga que hace tiempo dejó de ser una aguja perdida en un inmenso pajar. El fin de semana del 9, 10 y 11 de junio se llevará a cabo la VI Feria de Editores, un encuentro que reúne a más 140 editoriales pequeñas y medianas de Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Uruguay y Venezuela que trabajan codo a codo para hacerse un lugar en la escena literaria local. Aisladas, su suerte varía azarosamente, pero juntas forman un tótem con catálogos interesantísimos forjando una parte fundamental de la cultura argentina del siglo XXI.
"La Feria de editores va hacia un mayor nivel de profesionalización", dice Damian Tabarovsky, editor de Mardulce, y continúa: "La edición independiente fue de lo más interesante que ocurrió en los últimos 10 o 15 años en el ámbito cultural, y si hubiéramos tenido un buen gerente de marketing, ahora se estaría hablando de 'nueva edición argentina', tal como en su momento se habló de 'nuevo cine argentino'. La pregunta clave es la de saber si la edición independiente conformó un mercado viable. Es decir, que más allá de la dimensión cualitativa, de la calidad de los productos que ofrece, saber si además en estas décadas se constituyó un mercado amplio de lectores, sólido, sustentable. Esa pregunta es de difícil respuesta debido a un condicionante crucial: la paupérrima situación económica, que pienso además que va a tender a empeorar."
Santiago Kahn es editor de La Parte Maldita y Maten al Mensajero, ambas participantes del evento. "Hay un grado de maduración. De pasar a la época donde se pudo imprimir en buena calidad, sin tener que hacer de a cinco mil, pero también generó la emergencia de muchas propuestas. Además, hay también como una especie de recorte por el espacio, porque no están todas las editoriales independientes pero sí las que vienen laburando desde hace años. Pero en general se ve un mapa de sector", explica, y sigue: "No es lo mismo editar que imprimir libros. Creo que la Feria de Editores pone en valor la figura del editor".
"La Feria ha crecido muchísimo -dice Ricardo Romero, editor de Aquilina-, mucho más de lo que esperábamos. La que se hizo el año pasado superó ampliamente nuestras expectativas. Así que ahora queremos mantener ese caudal de gente. Un público muy ávido por leer. La relación entre público y venta de libros es mucho más alta de lo que se puede experimentar en cualquier otro tipo de ferias". La referencia tiene lugar con lo que decía recientemente Ignacio Iraola, director de Planeta, sobre la Feria del Libro: "El público no es cien por cien de los libros". En este sentido, la que se hará el fin de semana que viene, muestra una singularidad: los que asisten, ya son lectores antes de cruzar la puerta de Santos Dumont 4040.
Entonces aparece el lado A, el mainstream, la hegemonía. Dentro de la agenda literaria, la Feria del Libro, que se hace en La Rural, es el gran evento del año: dura tres semanas y contiene editoriales con amplios presupuestos y una publicidad sideral. ¿Se puede pensar a la Feria de Editores como una alternativa a la Feria del Libro? ¿Qué rol ocupa hoy, cuando está a punto de lanzarse su sexta edición?
"Muchos de los editores de esta feria también vamos a la Feria del Libro. No es una contraferia, pero la propuesta es distinta, está hecha en pocos días. La Feria del Libro es un monstruo gigantesco, el nuestro es más cercano y chico; chico en el buen sentido, no es precario. Además, no creo que ninguna de estas editoriales esté pensando en ser multimedio. Hay otras experiencias de organización más cooperativa, no es que está provocando un monstruo que se va a comer a los demás. Hay una idea de editar otros temas, otras cosas. Muchas de estas editoriales, como la nuestra, es convertirlo en tu laburo, no es un hobbie y un pasatiempo. Querés que vean que también tu laburo crece", sostiene Kahn.
Por su parte, Tabarovsky agrega: "No la pienso ni como una resistencia ni como una alternativa a la Feria de Libro, sino más bien como complementaria. Va por otros carriles, con otra envergadura (mucho menor), con otra metas. El principal objetivo de la Feria de editores, en mi opinión, es crecer y a la vez irse consolidando". Sin embargo, hay un contexto que no ayuda: "La recesión, que parece ser una política deseada por el gobierno y buena parte de la oposición, genera siempre una baja en los consumos culturales, que pasan a ser poco menos que suntuarios. Que el libro se haya convertido en estos meses en un producto casi de lujo, habla de la brutalidad del ajuste que estamos padeciendo. Esta recesión distorsiona entonces la respuesta a la pregunta por la conformación de un mercado. No hay industria del libro sin un fuerte consumo interno. No obstante, la edición independiente la viene peleando, y ferias como estas no son iniciativas menores".
Si la edición independiente, como se conoce al fenómeno de las pequeñas y medianas editoriales que empezó a crecer en el cambio de siglo, continúa hoy en pleno desarrollo, ¿se puede seguir hablando de boom o se trata, más bien, de algo que está comenzando a institucionalizarse? Para Romero "el boom es algo que explota y después se desinfla. Acá hay una cultura que ahora se profesionalizó. Las editoriales independientes son menos ingenuas, más audaces y eso se nota en la calidad de los libros y los catálogos. Esto es algo muy particular de Argentina. Además, anticipa de alguna manera una realidad más global que tiene que ver con la necesidad de los autores, porque se sienten más comprendidos dentro de este panorama".
El año pasado se organizó en la galería de arte Central Newbery; ahora será en Santos Dumont 4040 con casi el doble del espacio. ¿Hay expectativas? "El año pasado fue muy exitosa, esperemos que este año se repita", dice Tabarovsky, mientras que Romero cree "que va a estar muy bien a pesar de la coyuntura del mercado editorial".
¿Hacia dónde va la Feria de Editores? Como un pichón que poco tiempo atrás rompió el cascarón y comenzó a alimentarse de lo que encontraba alrededor, hoy ya vuela y hasta se anima a cazar como cualquier águila imperial. Aún le falta peso y velocidad, tendrá que seguir una buena dieta y un entrenamiento prolongado.
Para Kahn: "Si el sector sigue creciendo de esta manera, puede convertirse en una referencia, en una cita obligada. La Feria de Editores puede convertirse en un hito en el calendario editorial, que creo que ya está pasando. Y también me parece que hay una puesta en valor del trabajo que hacemos los editores durante el resto del año. A nosotros nos sirve juntarnos, intercambiar ideas, forjar un espacio de discusión". "A futuro, la deseo con continuidad internacional, sobre todo con muchas editoriales del interior del país. Y además me gustaría imaginarla con cierta itinerancia, animándose a que ocurra en otras partes del país", cierra Romero.
* VI Feria de Editores. Viernes 9, sábado 10 y domingo 11 de junio de 15 a 20 horas
Santos Dumont 4040 – Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Entrada libre y gratuita
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